Quince

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Alma apenas esperó a que sus amigas se marcharan. Tomó el móvil y tecleó con agilidad: - The Police se reúne en el Wembley Arena esta noche para dar un concierto, le aviso porque usted dijo que le gustaba el grupo. Iré con algunos amigos. Puede unirse. ¿Se anima?  dejó el móvil en la mesita de noche y se sentó a leer Cincuenta Sombras de Grey, excitada por los relatos del libro y entusiasmada en la espera de una respuesta.
Johana abrió la puerta de su habitación con naturalidad. Encima de la cama encontró una nota  Cariño, esta noche iremos al concierto de The Police. Nos divertiremos muchísimo. Te recojo a las 8:00pm  era de Saúl. El concierto comenzaba a las 10:00pm, por lo que Johana asumió que primero irían a comer a algún sitio.
- Mamá  llamó.
- Dime  corrió la madre a su encuentro.
- Esta noche saldré.
- ¿Con quién?
- Con mi novio y algunos amigos.
- ¿Tu novio?
- Lo conoces hace un año. Es Saúl  soltó aquella noticia sin pensarlo; y antes de que su madre tuviese tiempo para reaccionar continuó explicando  No te preocupes, es un concierto de The Police en el Wembley Arena, regresaré temprano y vendré bien acompañada.
Su madre se quedó mirándola, dándose cuenta de que las palabras se alojaban en su garganta, negándose a salir delante de aquella desconocida que resultaba ser su hija.
- Mamá  dijo Johana notando que apenas la escuchaba - ¿Me has entendido?
- Sí  fue lo único que pudo contestar.
- ¿No pelearás?  se sorprendió.
- Nunca nos diste problemas siendo menor de edad  concluyó su madre  Confío en que esta noche, que ya tienes 18 años, no sea la excepción.
- Eres un encanto  sonrió besándola en la mejilla.
- Pero - reaccionó su madre  ¿Tienes dinero para ir a ese concierto?
- Tengo mis ahorros, esos que no tenía en qué gastar. No creo que haya mejor ocasión.
- Pero - interrumpió su padre entrando a la habitación  He escuchado que vas con tu novio y unos amigos.
- Sí.
- ¿Hay hombres en el grupo?
- Mi novio y algunos amigos míos a los que ya conoces.
- Y en estos tiempos contemporáneos - dudó - ¿Los hombres ya no asumen los gastos?
- Sí, ellos pagan las entradas, las bebidas y los comestibles. Pero ¿y si se me antoja algo que no puedan permitirse?
- Si tú puedes permitírtelo, también tu novio puede, es mucho mayor que tú. Tendrá un trabajo, ¿no?  preguntó algo preocupado.
- Papá, tengo cuatro cosas muy importantes que decirte: el amor no tiene edad, así que no me saques en cara nuestras diferencias; por supuesto que tiene un trabajo, es asesor fiscal. Puede que él quiera darme todos mis gustos, pero sabes cuánto odio depender de la gente y si discutimos podré volver en taxi a casa.
- No entiendo las relaciones de ahora  protestó  Pero ojalá tu madre, solo de vez en cuando, deseara pagar la cuenta  bromeó, luego volvió a reflexionar  Y ¿cuál es la cuarta cosa que tenías que decirme?
- Te quiero  lo besó en la mejilla  A ti también mamá  repitió el gesto para no ponerla celosa y corrió a ducharse.
Al salir de la ducha se tomó su tiempo vistiéndose y maquillándose, se hizo un peinado hermoso y al terminar pidió opinión a sus padres. Ambos alabaron su belleza, dudó un poco. Llamó entonces a la asistenta y le pidió su opinión: un tanto sincera, un tanto cohibida por miedo a perder la paga semanal que tampoco pudo convencerla. Saúl tenía que ver en ella a una mujer; y Johana se atrevió a exagerar un poco el maquillaje resaltando sus pequeños labios con un creyón rojo intenso.
- ¿Vienes a comer?  preguntó su padre cuando estuvieron en la mesa.
- No, hoy como fuera  le sonrió  Saúl debe estar por llegar, son las 7:30pm y me dijo que estaría aquí a las 8:00pm.
- Espero que comas bien  exigió su madre.
Antes de que la muchacha pudiese replicar sonó el tono de los mensajes en su móvil y corrió a revisarlo: - Perdona cariño, pero hoy se me hizo tarde en el trabajo y estoy muy cansado. ¿Podemos dejar el viaje para otro día?  ¿Otro día? ¡Claro, porque The Police decide reunirse y dar conciertos en Londres todas las semanas! Pero ¿serás imbécil?  pensó Johana tan molesta que un rojo puchero invadió su rostro.
- ¿Qué sucede?  cuestionó su madre notándolo enseguida.
- Sucede que tengo un novio viejo e imbécil  protestó  Pero yo no me perderé el concierto por su culpa. No tengo porqué ir con él, no tengo que ir con nadie porque no dependo de nadie. Tengo mi propio dinero y mi modo de divertirme sola. Mis amigas irán y nos encontraremos allí. ¡Me voy sola!
- No tan rápido  interrumpió el monólogo su padre  No puedes irte sola. Habrá un montón de personas y te será imposible encontrar a tus amigas cuando entres. No puedo permitir que pases toda la noche sola; y menos que regreses sin compañía. No es por maldad o falta de confianza, es porque me preocupa tu seguridad.
- Si es así  respondió aún molesta, pero sin perder la calma  Antes de las 9:00pm encontraré con quien ir al concierto.
Corrió a su habitación y tomó el teléfono. A la primera que llamó fue a Alma:
- Hola  respondió su amiga entusiasmada.
- Hola.
- Ah, Johana  sonó decepcionada  Eres tú.
- Ya veo lo mucho que me quieres  se molestó.
- Perdona, es que estoy esperando una llamada de Christopher.
- ¿Cómo? Y ¿desde cuándo el profe pasó a llamarse Christopher?
- Desde que me pidió que fuera de clases no lo llamara profe ni le dijera usted.
- Bueno, entonces hablaré rápido. ¿Irás al concierto?
- Sí, iré con él, por eso espero su llamada.
- ¿Puedo ir con ustedes?
- Me encantaría, pero el profe digo, Christopher vendrá a recogerme a las 9:00pm en el auto de un amigo. No estoy en posición de pedir favores.
- Pensé que el profe tenía auto.
- Lo tiene, pero está en el mecánico. Espera  reaccionó - ¿Por qué necesitas ir con nosotros? ¿Y Saúl?
- No quiero hablar del tema, pero no te preocupes. Gracias.
- Pero ¿irás?
- Si consigo compañía sí, pero no te prometo que nos veamos allá.
- No te preocupes. Luego nos llamamos y nos lo contamos todo.
No había remedio, hizo lo peor que puede hacerse en semejante situación, tomó el móvil y tecleó: - Me perderé el concierto de The Police porque el imbécil de mi novio decidió estar cansado a última hora y me plantó a través de un mensaje. Necesito a alguien que me acompañe  iba a enviarle el mensaje a su mejor amigo, quien, sin que ella hubiese prestado mucha atención a aquel asunto, también se llamaba Alessandro. Confundió los contactos, pero cuando se dio cuenta, del mismo modo que la primera vez que lo llamó, ya era tarde. Solo quedaba esperar.

ImpredecibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora