Dieciséis

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     Alma le colgó el teléfono a su amiga preocupada, pero antes de que pudiera ponerse a analizarlo sonó el timbre. Era Christopher. Se miró por última vez en el espejo, besó a sus padres antes de salir, recogió el abrigo y se encontró con él en el portal.
Christopher se sentía extraño, era la primera vez que salía con una de sus estudiantes, no era como si fuesen pareja ni nada, además, ambos se encontrarían con otros amigos en el estadio, pero, de todos modos, para él era una sensación acabada de estrenar.
- Hola  le sonrió entusiasmada al salir  Ha llegado realmente temprano.
- Me considero una persona puntual  respondió  Aunque hay dos cosas que me sorprenden.
- ¿Qué?  dudó ella.
- La primera es que tú estés lista a tiempo  dijo mientras se encaminaban al auto  Usualmente las mujeres siempre nos hacen esperar; y como tus amigos dicen que sueles ser menos inglesa que los demás bueno, es increíble que estés lista.
- Muy chistosos, tanto mis amigos como usted.
- Esa es la segunda cosa que me sorprende.
- ¿Qué?
- Que, aunque te lo pedí, me sigues tratando de usted.
- Perdone digo, perdón, es la costumbre, usted digo, tú sabes que los hábitos son difíciles de cambiar.
- Pues cámbialos, cuando me dices usted me haces sentir viejo.
- Pero no eres joven.
- ¿Cómo no? Si solo tengo 26 años.
- Soy ocho años menor que tú  calculó ágilmente  Si eres joven, yo soy una bebe recién nacida.
- Es cierto  le sonrió mientras subían a la parte trasera del auto.
Los amigos de Christopher eran divertidos, pasaron el camino entero bromeando con ellos, diciendo de forma chistosa que él era un viejo prematuro por haber estudiado tanto, porque no sabía divertirse, porque de no ser por Alma, ahora mismo no estaría allí. Ella se sonrojó con facilidad varias veces antes de llegar al estadio con aquellos comentarios que tenían demasiadas intenciones.
Al llegar, Alma comenzó a buscar en todas las direcciones posibles, pero no veía ni siquiera un rostro conocido. Su cara se oscureció.
- ¿Estás bien?  se preocupó percatándose  Pareces molesta.
- No estoy bien  protestó  Se suponía que Johana estaría esperándome aquí; y no está.
- ¿Te molestaría tanto pasar la noche solo conmigo?  indagó notando que sus amigos también lo habían dejado solo a él - ¿Tan aburrido soy?
- No  se rió  Pero la verdad es que se siente raro, eres mi profesor.
- Ah  comprendió  Pensé que era yo el único que se sentía raro por salir con una estudiante.
- No estamos saliendo  reaccionó  Solo asistimos al mismo concierto, casualmente juntos, pero no somos pareja ni nada  espetó con rapidez  Digo, a fin de cuentas, nos separaríamos al llegar, solo que mis amigos me plantaron.
- Tranquila, no te alteres. Los míos hicieron lo mismo apenas llegamos y no se los tengo en cuenta. Estamos aquí para divertirnos  dijo extendiéndole una entrada - ¿Vamos?
- Sí  aceptó complacida.
- Te tomo la mano porque dentro hay muchas personas  explicó él de forma respetuosa  No quiero que te pierdas. De algún modo me siento responsable por ti  sonrió mientras ella se dejaba arrastrar dentro.
Avanzaron entre la multitud, lo suficiente para acercarse al escenario, para ver a The Police desde primera fila, apretados y sufriendo empujones, pero bailando cualquier cosa menos el tango de Roxanne con el que comenzaba el concierto. Se miraban de vez en cuando, tomados de la mano, sin soltarse un segundo, ni siquiera para secarse el sudor; y en sus miradas brillaba una chispa de alegría que no estaba relacionada a la música.

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