Kagami Tsuguri es la hija de los dueños de un importante almacén de telas importadas, el cual iba en apogeo ante la demanda del sector femenino que afrontaba un cambio en su estilo de vestimenta: el rechazo a las curvas, predominando la sencillez y la línea recta. Sobre todo, los elementos que significaban una verdadera revolución en el vestir de la mujer; enseñar piernas, cortarse el cabello, que era un atributo de gran connotación simbólica, el cual solo se sacrificaba ante dios, en un principio.
La nipona se enorgullecía de ser extranjera y, que su familia fuera exitosa a pesar de todo lo que afrontaron al comienzo de la guerra; fueron víctimas del racismo, incluso considerados espías del enemigo, pero todo eso había acabado con el fin de la guerra.
En parte eso justificaba el carácter reservado y frío de Kagami, para con personas ajenas a su círculo social, el cual era muy limitado. Sin mencionar que sus padres eran personas regidas por tradiciones y doctrinas, que los llevaba a ser cerrados y con pocas muestras de afecto hacia su única hija.
En su periodo de oscuridad, Kagami conoció a Adrien Agreste, quien con su trato afable le brindo su amistad cuando los otros niños y niñas evitaban estar cerca de ella, por su procedencia. Los días eran menos dolorosos en compañía del rubio y, a medida ambos crecían juntos, aquel sentimiento de agradecimiento de parte de ella hacia él se convirtió en amor.
Amor que no era correspondido; al menos eso creyó la nipona, cuando una tarde lluviosa Adrien llegó hasta su puerta, completamente empapado, para confesar que estaba enamorado de ella y que la haría su esposa una vez tuviera la solvencia económica. Esa tarde, ella se entregó a él con la mayor dicha de su corazón; al finalizar, el rubio le confesó su extraña enfermedad de la cual se hubo enterado ese día. Aclaró que necesitaba expresar su amor por ella, y una vez estuviera sano y con una estabilidad laboral, pudieran vivir su idilio que, de momento sería un amor clandestino. Condición que no le importó a Tsuguri, al menos hasta ese momento.
Su miedo más grande se estaba haciendo realidad, Adrien estaba interesado en otra chica. Mientras la madre de la nipona se recuperaba de una fatiga por el exceso de trabajo, Agreste estuvo ayudándola en el negocio familiar medio tiempo; en varias ocasiones lo noto despistado y suspirando a la nada, viendo el cielo con ilusión, no era ninguna tonta para deducir que su amor de toda la vida se estaba enamorando de otra mujer.
La tortura en su corazón ante la sensación de perderlo pesaba, lo peor de todo es que no conocía a su rival, cosa que no le permitía idear un plan y recuperar el amor de Adrien. Lo único que la ataba a él, eran esos encuentros fortuitos en la casa de los padres de la de ojos almendrados; aunque de nada servían, pues este, los olvidaba de un día para otro, culpa de su misteriosa enfermedad.
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Kagami caminaba con calma hasta su casa, había sido un día productivo en el almacén, su madre estaba mejor de salud y ya se había apersonado al local junto a su padre, así que Adrien dejó de llegar a ayudarla. Era lo justo pues no deseaba abusar de la bondad del rubio, aunque eso significara no disfrutar de su compañía. Su padre había decidido llevar a su madre a celebrar su recuperación a un restaurant elegante. Kagami les dio su espacio fingiendo estar cansada para no acompañarlos.
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FLM +18 Felinette// Adrinette (EN HIATUS POR EDICIÓN)
FanficFélix es un fotógrafo amante del espiritismo y lo paranormal, cosas que está muy de moda en los locos años 20's. Su curiosidad es insaciable, por ello investiga algunos casos que captan su atención. Un día buscando a su primo para que lo acompañe a...