Al otro lado

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Lunes 20 de marzo de 1922, Marinette se encontraba de pie junto al umbral en la sala de la mansión Bourgeois

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Lunes 20 de marzo de 1922, Marinette se encontraba de pie junto al umbral en la sala de la mansión Bourgeois. La euroasiática mantenía su cabeza baja, escuchando la conversación entre su patrona y la pelirroja Alix, que había llegado a recogerla como de costumbre para llevarla a la Tierra de los Miraculous.

—No comprendo—madame Audrey se paseaba imponente frente a la pelirroja, abanicándose con ímpeto — cómo es que alguien de su posición, continúa requiriendo los servicios de una sirvienta tan ordinaria—miró con desdén a la azabache.

La orgullosa y narcisista diseñadora tomó asiento en su lujosa silla estilo Luis XV, diseño que predominaba en cada rincón de la mansión.

—Tenemos un trató, madame Bourgeois—le recordó Alix, plantándose firme frente a la mujer. La pelirroja tenía la ventaja de estar en un nivel social superior al de la rubia—. El Chateau de los Kubdel necesita mantenimiento durante la primavera—le recordó a la arrogante mujer—Marinette es la empleada que ha logrado satisfacer las necesidades exigidas para el lugar, en el tiempo que desempeña su labor—Audrey iba contradecirla, pero la pelirroja se apresuró a continuar—en ocasiones ella es torpe, sin embargo, ha demostrado que está bien instruida. No es para menos, ha servido por tantos años a una de las mejores diseñadoras que París a conocido—aduló la de ojos azules.

Audrey se hinchó de orgullo, nada la complacía más que denotaran su fama. Con la elegancia que la caracterizaba, la diseñadora se puso de pie, dejando apreciar su atuendo color perla de mangas largas, cintura baja y dobladillo abombado. Sus manos estaban cubiertas por unos delicados guantes de seda.

Con paso firme, sin perder la sutileza de su andar, Audrey se posicionó frente a Marinette. La joven se estremeció por la cercanía de su patrona, su cuerpo comenzó a temblar. Audrey era peor que Chloe para infringir castigos importándole poco la fuerza aplicada. Prueba de ello eran las cicatrices que el cuerpo de Marinette tenía y que, gracias al poder de la creación de la guardiana de la primavera, desaparecían. Hasta que la narcisista diseñadora le provocara unas nuevas.

—Ve con la Señorita Alix—la ojiazul levantó su vista, solo para encontrase con la despectiva mirada de la rubia. Sin consideración alguna, apretó la punta del abanico en el pecho de la joven— No te atrevas a cometer un tan solo error—le advirtió, entre dientes—lo pagaras muy caro—Audrey no solo era conocida por ser una diseñadora de renombre, también lo era por ser déspota con sus empleados—recuerda que estarás al servicio de la presidenta de la Sociedad Teosófica de París. Es una mujer poderosa a la cual no quiero importunar por el mal comportamiento de, una criada de alquiler.

—Si señora—respondió la ojiazul.

Una severa bofetada hizo ladear el rostro de Marinette. La ojiazul llevó su mano temblorosa a su mejilla, sintiendo la sangre manchar su pálida mejilla, producto de la herida que provocó el abanico de la rubia.

FLM  +18 Felinette// Adrinette (EN HIATUS POR EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora