Las murmuraciones no cesaban después del anuncio que había mejorado el estado ánimo de los alumnos, la fiesta de bienvenida se realizaría en un hotel a la orilla del mar, los aplausos se hicieron presentes cuando la encargada del programa salió del salón.
—¡Es maravilloso!, ¿no crees? —Elisa no paraba de dar pequeños saltos de emoción.
—Lo es... —contestó Mariam, sonriendo para agradar a su grupo.
—¡La pasaremos de lo mejor!, ¡nos podremos hospedar las cuatro en una misma habitación! —comentó Melany mirando a Andrea, mientras de soslayo reparaba en Mariam, sintiendo molestia porque debía de añadirla en contra de su voluntad.
—No lo creo... Elisa sale con Henry, ¡así que tendrá una noche inolvidable! —añadió Andrea mientras las tres estallaban en risas.
Los compañeros del salón repararon en el grupo de chicas animadas, Alessa levantó el mentón con desaire, molesta por la atención que recibían ahora que Mariam había regresado, a pesar de haber creído que nada volvería a ser igual, escuchaba a los alumnos decir que la castaña había regresado más amigable y no tardaría en ocupar el trono.
Giró rápidamente hacia la ventana para observar al chico que avanzaba sin prestarle atención al revuelo que estaba causando, en el rostro de Alessa se formó una sonrisa al pensar lo mucho que le gustaba, él se había convertido en la estrella principal, opacando a Henry y a su grupo de amigos, recordó que la profesora de inglés se había referido a él, como un joven de familia pudiente, que se había trasladado a ese centro con intenciones de pasar su ultimo año fuera del foco social.
Admiró su rostro simétrico y esos ojos hipnotizantes, si alguien estaba en su mira tenía que ser para ella y él no sería la excepción, cerró la mochila con desinterés, dirigiéndose a buscar a su amiga Anastasia, con quien lideraba el primer escalón de popularidad, para trazar un plan que le ayudaría a conseguir lo que quería.
Mariam se adentró en la biblioteca vacía, acercándose a la mesa más recóndita y se dejó caer en la silla para adelantar las tareas, los estudiantes no se acercaban a ese sitio en horario de receso, preferían divertirse como todo adolescente. Colocó su cuaderno en la mesa pensando también en el viaje, no tenía deseos de asistir, pero tampoco de quedarse en casa de su tía, el costo de la excursión era alta, pero podría costearlo si entre cuatro pagaban una sola habitación, lo meditó hasta darse cuenta que estaba perdiendo el tiempo, regresó al cuaderno repleto de ejercicios por resolver, adentrándose con aspereza en terminarlos antes del toque de timbre.
Las sonrisas coquetas, las invitaciones a salir y las solicitudes de su número telefónico lo tenían agotado, había supuesto que ese instituto al no ser de los más reconocidos en el país sería más llevadero para su gusto, sin embargo, las cosas seguían como siempre. Ser hijo del congresista más importante siempre le seguía a donde quiera que fuera, por lo que debía mostrarse decoroso en todo momento para no darle mala publicidad, sobre todo, ahora que lanzaría candidatura para ser presidente constitucional.
El edificio de la biblioteca llamó su atención por la escasez de alumnos, se adentró esperando terminar allí la hora de receso, la alfombra aminoró sus pasos, se detuvo examinando las estanterías que guardaban cientos de libros, recorrió con tranquilidad cada una de las secciones, cuando de repente en las mesas de estudio observó aquel rostro conocido que no había podido quitarse de la mente. Ella estaba concentrada escribiendo anotaciones, luego acercaba la calculadora para realizar comprobaciones, el chico sonrió al verla tan sumergida en los estudios, sin darse cuenta de que la luz del sol la hacía ver más bonita de lo que él recordaba.
El resultado no coincidía con la comprobación, arrugó la frente con molestia, tres operaciones y terminaría, pero su cabeza ya no daba para más, sintió un aroma suave a colonia, alzó el rostro para mirar con asombro al mismo chico que la había acercado a casa. Llevaba puesto el uniforme del instituto y una sonrisa brillante en el rostro, no había pasado por su mente que pudiera volver a verlo y menos que estudiarían en el mismo sitio.
ESTÁS LEYENDO
UNA NUEVA OPORTUNIDAD
RomanceMariam debe regresar a su vida cotidiana a tan solo siete meses de perder a sus padres, el instituto ya no es lo que fue y no logra adaptarse a sus compañeros, su vida parece caer en picada, hasta que alguien se cruza en su camino para ayudarle a sa...