Daniel dio un puñetazo a la pared ocasionándose daño en los nudillos, poco le importó el dolor cuando se sentía devastado por no estar junto a Mariam. Enfrascado en el alcohol intentaba olvidar lo que estaba haciendo con su vida. Su padre lo había usado de una forma bizarra, enviándole fotos de Mariam en su trabajo, caminando en soledad, o entrando a su casa, con el único fin de amenazarlo para que accediera a tener una relación con Arlén.
Debía de aceptar o dañaría a Mariam, algo que no permitiría que sucediera jamás. Su padre era frívolo, calculador, corrupto, y muchas cosas más, que lo hacían enfurecer.
Sabía que para terminar con todo eso, solo había una opción, tenía que encontrar las pruebas que le ayudaran a exponer a ese hombre ante la población, tenía que lograr que perdiera las elecciones, que lo enjuiciaran y que pagara por los desvíos de dinero, soborno y plazas fantasmas.
Levantó el teléfono con disgusto, bebió otro sorbo de vodka y llamó a la pelirroja para invitarla a cenar, mientras giraba hacia el balcón, el sitio donde había pasado hermosos momentos junto a la mujer que amaba.
Leonardo sonrió satisfecho cuando el investigador privado le envió la imagen de su hijo cenando junto a Arlén, como bien sabía, siempre obtenía lo que quería. Llamó al otro tipo que también le trabajaba, para que dejara de seguir a la chica de cabellos castaños, por ahora la dejaría en paz, pero si su hijo se equivocaba, él mismo se encargaría de encontrarla. Un simple secuestro bastaría para tener a Daniel a su merced, quizá lo utilizaría cuando llegara el momento en que le ordenaría que contrajera matrimonio, pero por ahora todo estaba en orden, ya lo tenía en sus manos.
Mariam entró a la clase junto a Elisa, después de una larga plática en donde habían acordado no volverse a ocultar nada, el silencio que la recibió fue peor que si le hubiesen hostigado con preguntas, las miradas la siguieron hasta que se acomodó en su lugar. Henry comenzaba a recobrar las esperanzas de conquistarla, ahora que Daniel no estaba en su camino, tenía vía libre para intentarlo.
Alessa y Anastasia en voz alta pronunciaban lo bonita que era la nueva novia de Daniel, algunas chicas las rodeaban para escucharlas con atención, curiosas por la nueva relación del pelinegro. Melany se sintió apenada por lo ocurrido, Mariam podía no ser su favorita, pero tampoco era su enemiga, Andrea también se acercó a la castaña para entablar conversación, opacando las voces grotescas de las dos chicas que parecían cacatúas.
Mariam agradeció cuando comenzaron hablar de lo que habían hecho el fin de semana, de repente volteo a la ventana como si hubiese un imán, Daniel atravesó el pasillo, sus ojos se toparon con cientos de emociones.
Mariam estaba decepcionada, el pelinegro no era quien había creído, con dolor apartó la vista, sumergiéndose en los dibujos con lapicero que habían plasmado en su escritorio, para evitar que la viera llorar.
Daniel en cambio la observó preocupado, se veía decaída y distante, quería poder acercarse y abrazarla, quería decirle cuanto la amaba, que no la podía apartar de sus pensamientos, porque ella era la dueña de ellos, la única dueña de su corazón. Guardó las manos en sus bolsillos y derrotado siguió avanzando, al menos había logrado su objetivo, ver, aunque sea de lejos y por un momento a Mariam.
Al terminar las clases Mariam se detuvo a observar que llamaba tanto la atención, para que los alumnos estuvieran compilados en el portón.
Fue la peor idea, Arlén abrazaba a Daniel con tanta efusividad que parecía querer fundirse en él. Un beso, un beso que le pareció eterno fue lo más doloroso, Daniel se apartó de inmediato, sabiendo que alguien a la lejanía tomaba fotos para mostrarle los avances a su padre, pero se encontró con la mirada de Mariam.
En ese momento todo pasó en cámara lenta, Daniel quiso acercarse a ella para explicarle, Arlén lo sujetó del brazo impidiéndolo, mientras miraba con desagrado a la impertinente de su ex novia.
Mariam por su parte agradeció el sentimiento de rencor, porque eso opacaba el dolor, no quería saber nada de él nunca más, Daniel Aldana estaba formalmente fuera de su vida.
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UNA NUEVA OPORTUNIDAD
RomanceMariam debe regresar a su vida cotidiana a tan solo siete meses de perder a sus padres, el instituto ya no es lo que fue y no logra adaptarse a sus compañeros, su vida parece caer en picada, hasta que alguien se cruza en su camino para ayudarle a sa...