Capítulo 16

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[ P á n i c o ]

—¿Cómo hará aquello? ¡La descubrirán!—el grito de Beatrice hizo que Alessandro y yo nos dejáramos de mirar.

—No lo harán—respondió Alessandro tan seguro de sí mismo.

Mire a las dos personas en la habitación, realmente no tenía opción, había decidido venir aquí, había decidido escapar de casa, de mi padre, simplemente no podía retractarme, debía aprender a ser fuerte.

—Lo haré—hablé temblorosamente y Alessandro volteó a mirarme incrédulo.

Saque el celular y busque el número en las llamadas, presione el botón verde y me lleve el celular a mi oreja. Tragando duro mire la mirada de Alessandro con atención...

Por alguna extraña razón no sentía pánico, no sentía miedo en esos enormes ojos azules, en la profundidad de ellos, me sentía bien.

—Oh, ¡la princesita que a escapado!—la horrible voz de un hombre viejo me inundó, sin despegar los ojos de él, tragué saliva.

—Sí, soy yo.

—Ya veo, es algo así como un milagro. ¿Sabes? ¡Creí que la dejarías morir!—su escandalosa voz hizo que algo pesado se cayera en mi pecho, asfixiándome.

—Por favor... no le hagas daño—y ahí me deshice, tan solo el hecho de saber que mi prima estaba en peligro me rompía cada vez más. —Solo para, ¡si le haces daño...!

—Shhh, ella podría ya no oírte...

Las palabras hicieron que perdiera mi peso y me pusiera de rodillas mirando a la nada.

—¿Qué...?

Lo siguiente que sentí fue algo yéndose de mi mano, mirar unas limpias botas al frente de mi, estaba en un limbo, no escuchaba ningún ruido, ni siquiera recordaba donde estaba, ni siquiera recordaba su mirada preocupada...

.•*

Abrí lentamente los ojos, para después volverlos a cerrarlos por la luz de los focos, finalmente acostumbrándome observé a Beatrice sentaba en la mesa recargando su cabeza totalmente dormida.

Miré a mi alrededor para encontrarme con Alessandro en una esquina del cuarto recargado en la pared, su mirada me asechaba, como un gato, silencioso.

—¿Pero..?

Intenté decir pero el nudo en mi garganta me lo impidió, intentando pasar saliva los recuerdos llegaron; la llamada, yo entrando en pánico.

"Sígueme" las palabras no dichas de Alessandro me hicieron mirar su espalda ancha perdiéndose afuera del lugar.

Quería que lo siguiera.

Me levante del sillón un poco entumida, después sintiendo colgar algo de mis hombros mire la enorme chaqueta de cuero color negro, y exquisito olor a perfume, podría reconocerlo si fuera de alguna marca, pero mi olfato me fallaba, nunca había probado este olor, pero era aterradoramente atrayente.

Camine silenciosamente temiendo despertar a Beatrice, mientras le acomodaba bien una sábana azul que igual tenía puesta en su espalda.

Abrí la puerta y al salir el helado frío hizo que apretara la chaqueta a mi alrededor, ¿que hora sería? Mire a mi alrededor y el oscuro lugar no me hacía ver más que pequeños rayos cayendo en la tierra y pedazos de construcción en el camino.

Intenté buscar con la mirada a Alessandro pero no se veía algo, caminando un poco más lejos mire un lugar completamente abierto, no había edificios, solo un enorme pasto. Mientras mis dientes tintineaban mire la silueta de un hombre mirando el cielo.

Su espalda estrecha estaba bajando y subiendo bruscamente, tenía sus puños apretados haciéndolos blancos, el pequeño rayo de luna le daba en el perfil de su rostro, y dejaba ver una mueca triste.

Su rostro volteó al sentir mi mirada y el rayo de luz le dio por completo, la pequeña mueca de dolor desapareció.

—Ella estará bien—.

cerezaytristeza

Si tan solo supieran que la chica detrás de esta historia no tiene fuerzas, pero esta aquí por ustedes <3

Enserio, sé qué tal vez a nadie le importe, pero gracias por pedirme que actualice, he querido dejarla pero sé que puedo terminarla

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Él es más que un chico malo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora