ONLY YOU #2 (Saga STARVING)|Christopher Vélez.(Completa)

C1. París.

Abro los ojos lentamente y cuando lo hago un gemido de sorpresa se escapa de mis labios mientras mis ojos somnolientos vagan por cada centímetro del lugar en el que me encuentro. La habitación del hotel está repleta de flores de todos los colores que alguna vez vi y el olor que emanan es demasiado embriagador. Me incorporo en la cama de golpe y me froto los ojos con ambas manos al tiempo que varios golpes en la puerta de la habitación se hacen presentes secundados por un agudo ladrido de Teenie que descansa a mis pies.

Camino con pasos lentos para atender  mientras trato de entender en que jodido momento pasó esto y cuando lo hago me encuentro con Gabrielle, Belenn y Aarón del otro lado del umbral de la entrada de mi habitación con amplias sonrisas adornando sus labios.—¡Feliz cumpleaños, Dan!—anuncian en unísono y un segundo después sus brazos están rodeándome con fuerza.

—Dios, es mi cumpleaños…—susurro una vez que logro separarme de su abrazo tan efusivo. Entonces caigo en cuenta de porque mi habitación parece un invernadero.

—No me digas que lo olvidaste…—me reclama Aarón entornando sus ojos.

—Pues para ser honesta sí.—murmuro volviendo a la cama mientras ellos me siguen en silencio.—Pero bueno, no importa. Así que ustedes fueron los culpables de que esto parezco más un invernadero que una habitación…

—¿Nosotros?—cuestiona Gabbe alzando una ceja.—No querida, no fuimos nosotros. El responsable de todo esto no fue otro más que tu novio.—mi corazón da un vuelco apenas las palabras abandonan sus labios. Me giro sobre mis talones y la miro un segundo sin terminar de dar crédito a lo que acaba de confesarme.

—¿Qué?

—Christopher lo hizo todo.—responde encogiéndose de hombros haciendo parecer que despertar en medio de lo que bien podría ser un jardín es la cosa más normal del mundo. Es decir; es sorprendente pero también es lindo.—Nosotros solo colocamos todas las flores dentro y lo hicimos en total silencio mientras dormías porque como comprenderás no íbamos a dejar que cualquier extraño entrase en tu habitación pero en realidad la idea fue de Chris…

—Y babeas cuando duermes. Tengo muchas fotos de eso.—se burla mi hermano.

—Oh, Dios…—murmuro sin ser incapaz de contener la sonrisa.

—Acá hay una nota…—anuncia mi nueva cuñada señalando uno de los tantos arreglos florales que descansar encima de la mesilla.

—Mira Dan…solo veníamos a desearte un feliz cumpleaños; como sabes tenemos un día libre así que puedes hacer lo que te plazca siempre y cuando no te pongas en peligro, quiero decir…—asiento.—pero eso sí, más tarde celebraremos juntos ¿de acuerdo?—asiento de nuevo.

—Gracias, Gabbe…

—De nada.—me da una sonrisa.—Ahora, llama a Chris porque acá son las ocho de la mañana pero recuerda que tenemos una diferencia horaria de nueve horas y ese hombre no va a dormir hasta que lo llames…—me rio.—Y…te enviaremos un desayuno digno de una cumpleañera a la habitación...