XI - Errori passati.

177 17 0
                                    

Errori Passati.

Arabia Saudí/Asia.

Seis meses atrás.

Habían pasado años desde que la mafia italiana le arrebató la última persona a quien se juró amar, la última persona que era ese pilar que mantenía en su lugar a todos esos pensamientos que lo obligaban a actuar como alguien que no era, que lo obligaban a actuar como un verdadero demonio. Aquel demonio que al no tenerla, surgió de entre la oscuridad en donde lo mantuvo oculto toda su vida.

Oculto en las colinas de arena del desierto, observaba desde un rifle francotirador, a la espera del encuentro entre dos grandes capos. La reunión se llevaría a cabo para garantizar que su poder continuaría una vez el nuevo régimen de La Orden se efectuara.

¿Su misión? Asesinar al fantasma que hacía que el poder del capo italiano ascendiera tan ridículamente en tan poco tiempo.

No sabían ni cómo, pero cada persona que se atrevía a retar las órdenes impuestas, terminaba en pequeños cofres dorados y cada una de sus extremidades llegaba a la puerta de cada miembro de su familia.

Se puso en alerta al momento de ver la caravana de camionetas negras acercarse hacia aquel punto, en donde esperaba, no el capo árabe, sino un doble.

La arena se alzaba con el pasar de los neumáticos, creando por un efímero instante una capa de polvo que no le permitió ver más allá de las ventanillas.

—Mi señor —el supuesto jaque árabe se inclinó en reverencia como muestra de respeto.

—Ahmad Saúd —ambos se dieron la mano, uno frente al otro, con sus escoltas resguardando sus espaldas.

—Me comentó que alguien más se uniría a esta unión de lazos —el capo frunció levemente su ceño. No habían tenido contacto personalmente, pero algo en él llamó sumamente su atención.

Massimo alzó su mano hacia una de las camionetas, y esa fue señal suficiente para que los escoltas abrieran la puerta, dándole paso a la persona oculta bajo una bufanda blanca y gafas que escondían su rostro por más que intentaba enfocarla con el lente.

—Insistió en venir —parecía una queja del capo. El emir empezó a alterarse con su sola presencia a unos pasos, a pesar que se mantuvo en silencio y ni siquiera se dignó en presentarse.

¿Puedes confirmar que es Adriáno Gagliano? –preguntaron desde el aparato que yacía en su oído.

Había visto cientos de fotos de cada miembro de los Gagliano, y este era en demasía escuálido para ser uno de ellos.

–No estoy seguro aún –continuaba enfocando la mira como si así pudiera atravesar las prendas que vestía aquel fantasma.

El consigliere ordenó sacar diez maletines del auto y los hombres trajeados los abrieron dejando a la vista del supuesto emir la gran suma de dinero. Estaba perplejo, jamás había visto tantos billetes juntos.

—Cien millones de euros —Valentín afirmó.

—La otra mitad te será entregada cuando el nuevo régimen haya sido efectuado —como cualquier persona en el mundo, sus ojos brillaron de avaricia al ver tal cantidad dispuesta solo para él.

My Legacy  (Saga Dinastía Gagliano #2) [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora