XII - Caccia fallita.

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Cacería Fallida.

Hela

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Hela.

La caravana de camionetas se detienen al costado del Jet Lion, es un Gulfstream G650ER, avión privado de lujo el cual, es de los más pequeños que mi apellido posee. El motivo de mi urgencia no es solo el viaje, ni el atractivo moreno que nos espera al pie de la escalera con las manos en sus bolsillos, sino el hecho de solo tener una oportunidad para atrapar al enemigo desprevenido. Y con ello, tener una carta a mi favor para pedir dignamente mi libertad.

—Mi bella italiana —alza las manos a sus costados y yo lo recibo con un abrazo efusivo, demostrándole lo mucho que añoraba volver a verlo.

—Dylan —nos separamos para darle lugar a los dos hombres que, por obra del destino que se apellida Gagliano y su primer nombre es Hela, ambos bajan de la misma Cadillac, furiosos el uno con el otro.

—Debo suponer, que el que me ve como si quisiera arrancarme la cabeza es el tal Dante —susurra solo para nosotros—. Y el que en este momento me está enviando a los infiernos por su propia mano, es Luka.

—Acertaste en ambos, si —asiento afirmándolo.

—Y el que está cayendo de cara contra el piso, es el infame Carlo —frunzo el entrecejo desviándome en su búsqueda, y es cierto, puso mal su pie antes de bajar y ahora está a punto de besarse con el asfalto.

—¡Que se cancelen las ambulancias y sus corazones vuelvan a latir! —se levanta con rapidez—. ¡Que Carlo no se lastimó!

Los presento el uno con el otro, todos suben al avión y yo me quedo a la espera del chico de rizos, el cual lucha por no demostrar que si le dolió.

—Ven aquí —lo tomo de las solapas de su saco atrayéndolo hacia mí.

—Carlo no se lastimó, Hela, no debes preocuparte —limpio con delicadeza la arena que tiene sobre la mejilla, impregnada al raspón sangrante—. Aunque no me negaré si me quieres besar y así intentar curarme con tus poderes de sanación...

—Solo límpiate para que no se infecte, no me apetece cambiar a mi escolta —mis dedos terminan de asear su piel y dejo un casto beso en su otra mejilla antes de apartarme y subir.

El despegue del avión ni lo siento estando sumida en la pantalla de mi MacBook y con un dispositivo bluetooth en mi oreja. Dylan Craig, el cual se considera hacker a sí mismo y es el motivo de que nos conociéramos, se encuentra esparciendo carpetas y papeles sobre la mesa a mi lado mientras él también teclea en su laptop. Compartimos la información que vamos sacando, videos de vigilancia, imágenes captadas de los móviles por los que pasó cerca, facturas de los lugares en los que estuvo y...

My Legacy  (Saga Dinastía Gagliano #2) [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora