25. Fiesta sangrienta

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—¿Así que teníamos espías? —dijo Ricky.

—Sí, estos dos estúpidos intentaron infiltrarse —comentó la pelirroja.

Roxana había traído al detective Williams y su hermano hasta el sótano. Ahora reposaban amarrados en una esquina junto a Ryan, que aún seguía con vida.

—¿Y quién es ella? —preguntó Ricky, refiriéndose a la acompañante de la pelirroja.

—Es Claudia —respondió, ignorando que en realidad se trataba de Vicky—. Será mi invitada de honor hoy, así que no la mates. Yo misma me encargaré de comérmela... —La miró con picardía mientras Vicky le devolvía una sonrisa—, a mi manera.

—Como sea —habló él—. ¿Ya está todo preparado?

—Sí —aseveró ella—, cerramos todas las salidas. Nadie podrá escapar. Además, subimos el volumen de la música para que nadie pudiera escucharnos.

—Perfecto. —Ricky observó al detective Williams y Malcolm—. Qué suerte que decidimos usar los bloqueadores de señales y confiscamos los celulares por precaución. 

—Sí, estos idiotas no tenían ninguna oportunidad —comentó ella.

—¡No le hagan nada a él! —imploró Joe, mirando a su hermano—. ¡Yo soy el infiltrado, él no tiene nada que ver!

Roxana y Ricky se burlaron.

—¿Qué haremos con ellos? —cuestionó la pelirroja—. Quiero torturarlos. —Sonrió.

—Después de la fiesta, lo harás. Primero necesitamos asesinar a los invitados para crear nuestro pequeño ejército y rescatar a mi padre.

—¿Y qué hay de él? —Roxana posó sus ojos en Ryan—. Ya no lo necesitamos, ¿por qué no lo matamos?

—A él no lo toques, yo mismo me encargaré de asesinarlo en frente de George. Así aprenderá una lección por haberme rechazado. ¡Nadie me rechaza!

La puerta del sótano fue abierta súbitamente, era Krayn, con una bolsa de hielo en su cabeza por el golpe que había recibido. Al entrar dijo:

—Ya puedes empezar la masacre, Ricky.

—Ah, cierto, la masacre... —Su rostro esbozó una sonrisa—. Empezaré contigo, Krayn.

—¡¿Qué?!

—Me sirves más muerto que vivo, tu cerebro no sirve para nada. ¿Cómo mierda te dejaste engañar de un detective?

—¡Fue una distracción, no volverá a pasar! —Krayn reculó, tenía miedo.

—Mátenlo —ordenó Ricky a los zombies.

Hamilton se abalanzó sobre Krayn, pero este alcanzó a desviarlo con su fuerza hasta hacerlo chocar contra la pared. Sin embargo, no pudo hacer nada para detener a Bennet, que también había saltado hacia él, instalando una mordida mortífera en su cuello.

El suelo se pintó de rojo vino. Krayn convulsionaba, todavía aferrándose a la vida. Luego de casi un minuto, sus extremidades cesaron en contorsionarse y la fría muerte lo acobijó sin piedad.

El detective, Malcolm y Ryan observaban la escena atónitos. No podían creer cómo Ricky le había hecho algo así a su propio ayudante. ¿Qué podrían esperar ellos sino una muerte incluso peor que la que acababan de presenciar?

—Vayan por los demás invitados —indicó Ricky a los zombies.

Los monstruos obedecieron. Primero se adentraron en los cuartos del pasillo; puerta por puerta tumbaron y comenzaron a devorar a las personas que hubieran en el interior indiscriminadamente. Después, traspasaron el corredor y llegaron hasta el epicentro del bar, en donde la mayoría de individuos se reunían.

Coronavirus Zombie (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora