Capítulo Especial

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Foto de mi bello rostro porque soy el protagonista de este capítulo c:

Primero que todo: este capítulo no tiene nada que ver con la historia. Es un reto para el concurso en el que participo organizado por TheBerryEditorial , así que no se lo tomen en serio.

El reto básicamente consiste en introducirme a mí mismo (sí, el escritor) en la historia. Por lo que me van a ver de protagonista en este pequeño relato xD 

Todos los pensamientos y las conductas de mi personalidad estarán aquí. Trataré de hacerlo lo más realista posible. Y esta pequeña historia en particular se trata de yo caminando por Las calles del infierno después de regresar de la universidad (aunque realmente no voy a la universidad, pero es para darle ambientación. Ustedes entienden v:). Espero que se diviertan.

 Espero que se diviertan

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EL ASESINO INFERNAL

El bus de regreso a casa me dejó en el paradero de siempre; había culminado un día ajetreado en la universidad, y tuve que permanecer hasta tarde para terminar algunos proyectos, así que al descender de mi transporte ya era de noche.

Vivo en una de las zonas más marginales de la metrópoli de Zaphara; el barrio La Paz. Y por supuesto, de «Paz» solo tiene el nombre; todos los días hay robos y asesinatos. Aunque mientras no te metas con nadie, estás relativamente a salvo.

Pero claro, de camino a mi hogar siempre estoy expuesto a los peligrosos corredores del lugar al que llaman «Las calles del infierno»; un conjunto de edificios abandonados, olvidados por el gobierno y dejados a su suerte, en donde abundan la prostitución y los drogadictos. 

No concurriría ese pasaje de no ser menester, pero aquellos desaliñados rascacielos representaban un atajo que me ahorraría recorrido; si decidía rodearlos en vez de atravesarlos, no solo me tomaría más tiempo, sino que realmente no sería una gran diferencia en cuanto a la inminente amenaza en que me vería sumergido, puesto que ambas zonas eran similares en peligrosidad.

Había escuchado en las noticias que el día anterior encontraron un cadáver calcinado en Las calles del infierno, y no puedo negar que me causó algo de inquietud. Pero al final le atribuí aquel acto a las pandillas que por lo general se peleaban entre sí por la dominancia de algún distrito.

Lo usual.

Tras dejar la parada del bus, me adentré por la amalgama de residencias en ruinas. Las calles estaban desérticas, característico de la oscuridad que traía el ocaso. Y vagué por algunos minutos hasta que escuché algo a mis espaldas.

«Mierda», pensé, mientras dirigía mi cabeza hacia atrás en busca del causante de aquel ruido. «Me van a robar otra vez», aseguré.

Pero no encontré nada en el panorama. Sin embargo, por alguna extraña razón, mi cerebro me mandó una señal y me obligó a instalar los ojos en uno de los edificios que tenía a mi costado.

Coronavirus Zombie (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora