La sala de interrogatorio se había transformado en mi zona predilecta de alimentación; los detectives conseguían restos de carne humana de criminales recién fallecidos y los disponían en la pequeña mesa de la habitación. Algo poco ético, al menos para ellos, pero eran conscientes que de no hacerlo, terminaría asesinando gente como la última vez.
Al comienzo intentaron con carne de otros animales, a pedido de algunos científicos que estudiaban mi caso, sin embargo, como era de esperarse, la vomité. E incluso si traían carne humana, por alguna razón cada vez tenía menos apetito y ni siquiera probaba más de un bocado; a diferencia de Joseph que comía como si no hubiera un mañana.
Sí, Joseph; había escapado la misma noche en la que lo metieron a ese centro psiquiátrico. Dijeron que rompió la camisa de fuerza que le habían puesto para inmovilizar sus brazos, y después se tiró por una ventana. Lo último que se supo es que había llegado a la comisaria, y trataron de detenerlo, mas no tuvieron éxito.
No entendía por qué, pero buscaba desesperadamente mi presencia. Desde ese día no había parado de seguirme a donde sea que fuera; eso lo tranquilizaba, y los policías tuvieron que aceptarlo.
Ojalá pudiera decir lo mismo de mí, pero no había podido dormir en paz sabiendo que Ryan seguía secuestrado quién sabe en dónde. Lo extrañaba mucho, y me sentía culpable por haberlo metido en ese problema.
¿Será por eso que había perdido el apetito?
Aunque a pesar de aquello, aún conservaba mis fuerzas. De hecho, mi cuerpo había recuperado gran parte de la fornida figura que ostentaba antaño. Incluso Joseph parecía estar regenerando partes de su cerebro, y la costra de sangre coagulada que cubría su pecho también empezaba a adquirir una tonalidad más natural.
La ausencia de Ryan no solo me afectaba a mí, sino también al hospital San Nicolás; su presencia allá era imprescindible, por no decir menos. Y aunque su asistente estaba al tanto de todo lo que ocurría y hacía lo que podía, no era suficiente.
Anunciar públicamente que habían secuestrado al director del hospital más importante de la ciudad no era una buena idea; el mundo estaba siendo azotado por un virus fuera de control, y la urbe de Zaphara se encontraba entre sus víctimas.
Los pocos casos de contagios tratados en el hospital se habían duplicado, pero estaban de cierta forma bajo control. Sin embargo, las autoridades sanitarias recomendaban aislamiento preventivo; la soledad era la única compañera que tenían las calles en la noche, irónicamente.
No solo se debía al distanciamiento social que aconsejaban los expertos, sino también al hecho de que había un asesino suelto. El temible «Asesino Infernal», que por alguna razón había cesado sus actividades.
Por supuesto, tampoco se le dijo a la población que habían atrapado a aquel asesino, y lo peor, que clamaba ser un zombie. Nadie lo creería, y solo generaría más pánico del que ya estaban sometidos.
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Coronavirus Zombie (completa)
Horor(LGBTQ+) George es transformado en zombie tras ser infectado por un nuevo virus, viéndose obligado a asesinar personas para poder alimentarse. ¿Logrará recuperar su humanidad? ═════════ Sinopsis: Al regresar de un viaje de negocios en China, George...