9. Arreglar las cosas

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Hugo se metió enfadado en su cabaña. Le había molestado porque se había dado cuenta de que todo lo que decía Aine era verdad. Pero todo eso le asustaba y no estaba preparado para hacerle frente. Se sentía genial siempre que hablaba con Alba, y probablemente fuera verdad lo que decía de que siempre sonreía cuando la veía aparecer. Nunca había conocido a una chica como ella, una chica que desprendiera tanta luz.
Su hermana se quedó fuera esperando a que Jorge saliera de la cabaña de los chicos. Alba seguía allí quieta, pensando en lo tonta que había sido al no darse cuenta.
-¿Qué pasó? -dijo el chico mientras le pasaba un brazo por encima de los hombros. Ya había terminado la charla nocturna con sus chicos.
-Nada. Sólo quería ayudarle, pero he quedado de hermana sobreprotectora.- respondió Aine frustrada. -No quiero que le haga daño.
-No lo hará, no te preocupes. Es un chico listo, ella le importa y se nota perfectamente. Vamos a la reunión, venga. - se dieron un beso y se marcharon de la mano.
Después de presenciar tantas cosas que no se esperaba, Alba decidió volver a entrar en la cabaña. Eva y Anaju ya se habían dormido, juntas otra vez. Sam estaba sentada en la cama, esperando a que su amiga volviera.
-¿Dónde estabas?-preguntó la rubia.
-¿Tú sabías que Aine es hermana de Hugo?
-Emmmmm... pues si. Lo descubrí el primer día cuando llegué. Aine lo trajo en coche y se les notaba muchísima familiaridad. Él me pidió que no contara nada. ¿Cómo te has enterado?
-Estaban fuera discutiendo sobre algo de lo que no me enteré. Ah, y creo que Jorge y Aine tienen algo, les vi besarse.
-Eso sí que es una novedad. Vaya noche más productiva has tenido, mi niña.
-Ya ves.-dijo Alba- ¿Hoy duermes con Flavio?
-No lo sé, la verdad.
Las dos chicas se acostaron, pero Samantha esperó despierta creyendo que Flavio iría a verla. Sin embargo, el cansancio le acabó venciendo y se quedó dormida esperando.
Como todas las mañanas, al día siguiente Aine entró a despertarlas.
-Buenos días mis niñas, hora de levantarse. Hoy por la mañana creo recordar que iréis a un parque de tirolinas, así que poneros un pantalón largo. Ah, que se me olvidaba. La velada de esta noche serán una especie de citas escogidas por los acampados. Durante todo el día, tenéis que meter papeles en la urna de recepción proponiendo parejas.
Alba se vistió rápido, pues quería hablar con Hugo antes de ir a desayunar. En cuanto salió de la cabaña, se encontró con que él también salía de la suya.
-Hugo, ven un momento porfi.- dijo la chica.
-Buenos días bebé, ya veo que te gusta mi sudadera. ¿Qué pasa?
-¿Cuando me ibas a contar que Aine es tu hermana?- preguntó mirándole mientras sonreía.
-Ostia. ¿Te lo dijo alguien?- respondió él sorprendido.
-Qué va. Te escuché ayer discutir con ella.
-¿Qué escuchaste exactamente?- dijo Hugo mientras se ponía pálido y el corazón empezaba a latirle muy rápido, cómo si fuera a salirsele del pecho. Como la chica hubiera escuchado la parte en la que Aine insinuaba que tenía sentimientos por ella, estaba perdido.
-Que era tu hermana y se preocupaba por ti y algo de que no harías daño a alguien porque te importaba.- el chico suspiró aliviado al oír eso. Menos mal que la chica casi siempre estaba en las nubes. -Ah, y la vi besar a Jorge. ¿Por qué no querías que la gente lo supiera?
-No sé, me parecía que sería incómodo que la gente supiera que Aine es mi hermana mayor. Ya está ella más pendiente de mí de lo que me gustaría como para que ahora lo estén también los acampados.
-Bueno, no te preocupes que no se lo voy a contar a nadie, bebé.- dijo ella dándole un abrazo.
Siguieron caminando hacia el comedor, donde desayunaron. Al acabar, Alba decidió meter en la urna un papel con la pareja de Flavio y Samantha, pues le daba la sensación de que no estaban bien y quería que lo arreglaran. Sam metió dos papeles, uno de Alba y Hugo y uno de Eva y Anaju. Hugo decidió meter uno con su nombre y el de Alba, pues le apetecía estar con ella. Sam se acercó a Alba para hablar con ella:
-Flavio me vuelve a estar evitando.
-¿Segura?- le preguntó Alba.- A lo mejor simplemente se quedó dormido o está muy cansado.
-Me está evitando, Alba. No me habla y no me mira ni siquiera. No sé por qué tuve que empezar a pillarme por un niño.
-Sam, venga, no te enfades tanto. No sabes por qué está así.
-Pues ahora mismo no me apetece saberlo.- dijo la rubia.
-Dale una oportunidad.
-No, si el verdadero problema es que sé que se la voy a dar.
Todos se prepararon para subir al bus hacia Marín, donde estaba el parque multiaventura. Había media hora de camino aproximadamente. Se sentaron hacia la parte de atrás, Rafa, Gérard, Hugo y Sam atrás de todo y, justo delante de ellos, Alba y Flavio y Eva y Anaju.
-Hola, creo que no habíamos tenido oportunidad de hablar demasiado. -le dijo Flavio a su compañera.
-Pues no, la verdad. ¿Qué tal todo?- respondió la chica.
-Ahora mismo un poco regular.
-¿Es por Sam?
-Más o menos- respondió él sorprendido. -Me siento fatal por estar comportándome así con ella, pero es que creo que todo está yendo demasiado rápido.
-Sinceramente, yo creo que si ella te gusta y tú le gustas a ella, no tiene que haber ningún problema, ¿sabes?
-No sé, no estoy seguro de que esto sea lo correcto.
-Habla con ella, por favor.
Hablaron de bastantes cosas, cantaron canciones con los demás y así se les pasó el viaje y llegaron al parque. Bajaron del autobús y Hugo se acercó a Alba.
-¿Esto está cerca de donde vives no?-le preguntó el chico.
-Sí, de hecho ya vine hace dos años con el Instituto. Está muy guay.
-Pues genial entonces.
Se estaban acercando a la recepción cuando Alba vio allí a la persona que menos le apetecía ver.
-Mierda.- dijo dándose la vuelta. -Tenía que encontrarme con él, no vaya a ser que tenga buena suerte en la vida.
-¿Quién es? - le preguntó Hugo hablando en voz baja.
-Mi ex.
-¿El de lo que me contaste?
-El mismo.
Cada vez estaban más cerca del chico y Alba solo quería que le tragara la tierra.
-Hola, Alba. Hacía mucho que no te veía.- dijo Manu cuando la chica llegó hasta ella.
-Hola. Tampoco es que pusieras mucho interés en verme.
-¿Aún sigues enfadada?
-Manu, cómo no voy a estar enfadada.
-Pues qué poco has tardado en buscarte a otro- dijo refiriéndose a Hugo.
-Ey, déjala tranquila anda- dijo Hugo con voz calmada.
-No te preocupes, Hugo, creo que ya va siendo hora de hablar las cosas entre nosotros.-contestó ella- Cuando estemos dentro del parque, búscame- dijo dirigiéndose a él.
-Vale, de acuerdo.- respondió Manu.
Los del campamento cogieron las entradas, se acercaron a donde sería la explicación de cómo moverse por allí. Alba estaba nerviosa por lo que le esperaba después, llevaba sin hablar con él desde el día que habían roto. No sabía por qué, pero necesitaba arreglar las cosas para poder seguir con su vida y cerrar esa etapa.
-¿Estás segura de que quieres hablar con él? - le preguntó Hugo, que no se había separado de ella desde el encuentro de antes.
-Tengo que hacerlo.- se sintió agradecida porque el chico se preocupara por ella.
-Vale. -dijo mientras le abrazaba- Estaré por ahí pendiente por si acaso.
-Tampoco creo que me tire por una tirolina eh- respondió ella riéndose mientras se separaba para mirarle a la cara.
-Por si acaso- repitió Hugo.
Alba vio a Manu a lo lejos y se acercó a él.
-Hola.- dijo él- Siento haber sido tan borde antes. No tenía ningún derecho a sacar conclusiones sobre tu vida.
-No te preocupes, ya estoy acostumbrada a que estés pendiente de lo que hago todo el rato.
-Fui bastante gilipollas contigo, Alba. No te lo merecías y nunca me disculpé.
-Al menos lo admites, ya es un paso. Acepto tus disculpas, pero no te creas que lo voy a olvidar de un día para otro.
-Lo siento.
-¿Por qué tuviste que hacerme tanto daño?¿No te llegaba con ponerme los cuernos que tenías que ir soltando toda esa mierda de mí?-dijo Alba mientras le miraba a los ojos.
-Las cosas entre nosotros estaba claro que llevaban un tiempo sin funcionar y en vez de hablarlo y acabar bien, no se me ocurrió nada mejor que hacerlo por las malas.
-¿Y para eso necesitabas acostarte con una amiga mía?- le estaban empezando a caer lágrimas de los ojos. Desde una torre del circuito de tirolinas, Hugo observaba a los dos chicos hablar, preocupado por la chica. Nadie se merecía llegar a estar tan rota como había estado ella. -¿En algún momento de esos seis meses me llegaste a querer, Manu?
-Claro que te quería, Alba. Fui un cobarde.- dijo mientras se acercaba a ella cada vez más.
-A la gente a la que quieres no se le trata como tú me trataste a mí.- contestó alejándose. Se negaba a volver a liarse con él, sería volver a abrir la herida.
-Ya lo sé, y no hay día que no me arrepienta de no haber intentado arreglar las cosas. Te echo de menos, Albi.
-Llegas tarde, yo ya hace un tiempo que no lo hago.-terminó ella. Dio media vuelta y volvió a donde le estaba esperando Hugo, que la acogió con cariño entre sus brazos y le acarició el pelo.
-¿Todo bien?- le preguntó al ver que había llorado.
-Mucho mejor, necesitaba soltarle todo lo que me había guardado dentro.- contestó la chica mientras se refugiaba en ese abrazo.
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