3. Despertares y agua

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Cuando Alba se despertó por la mañana, aún quedaban 20 minutos para la hora de levantarse. Bajó despacio de la litera y, cuando llegó abajo, se sorprendió de no ver allí a Samantha. Se puso una sudadera gris por encima del pijama, salió de la cabaña y justo al cruzar la puerta, vio salir a Hugo de la suya.
   -Buenos días, Albita. ¿Buscas a Sam?
   -Pues sí la verdad. La oí salir de madrugada, pero no la escuché volver.
  -Normal- le contestó él riéndose a carcajadas- Yo sí la escuché volver, ven.
   El rubio abrió la puerta de la cabaña e invitó a Alba a asomarse. Allí, pudo ver a Samantha y a Flavio dormidos los dos abrazados. Iba a decir algo, pero Hugo le dijo que estuviera callada y tiró de ella hacia fuera.
-Pero Hugo, en qué momento están durmiendo juntos.
   -Pues mientras tú también dormías, parece ser.
   -Serás gilipollas.
   -Tranquila eh.
   -Sí sí, lo que tú digas. -terminó Alba.
   Fueron a sentarse a los sofás del medio mientras no era la hora en la que se levantarían los demás. Estuvieron hablando cinco minutos hasta que una voz les interrumpió:
   -¿Qué hacéis vosotros despiertos tan pronto?- preguntó Aine.
   -Pues yo había perdido una Samantha y Hugo me la ha encontrado.- le contestó la chica.
   -En fin. ¿Despertáis vosotros al resto?
   -SÍ POR FAVOR- gritó Hugo.
   Fueron primero hacia la cabaña 7,donde Eva y Anaju seguían dormidas en la litera de arriba.
  -Pero bueno hoy todo el mundo durmió acompañado o qué- susurró el rubio al verlas.
   -BUENOS DÍAS PAREJA- dijo Alba mientras les movía un poco la cama.
   -Ostia Alba casi me matas del susto- dijo Eva mientras las dos se sentaban. - Buenos días, Hugo. ¿Y Sam?
   -Espérate y verás. -le contestó el rubio- Venid un segundo a mi cabaña.
   En cuanto entraron por la puerta Eva y Anaju también se quedaron a cuadros. Decidieron despertarlos con cosquillas, así que Hugo y Alba cogieron dos pulseras de hilo que les prestaron las chicas.
   -Pero qué cojones- dijo Samantha.
-Eso decimos nosotros SAMANTHA. -respondió Alba.
  -Tampoco os montéis películas que no es para tanto- intervino Flavio mientras se ponía las gafas.
   -Illo yo ya he llamado a Netflix para hacer una serie.
   -Pues cancélala.- respondió Flavio un poco borde.
   -Ostia ni me había fijado en que ahí había dos personas- dijo Rafa mientras aparecía detrás del semicírculo que habían montado alrededor de los dos chicos- Buenos días, chicas.
   Fueron a vestirse y a desayunar. Al volver, vieron en el horario que esa mañana harían paddlesurf en la playa, así que fueron a ponerse un bikini y a coger el neopreno. Mientras se cambiaban, Samantha les contó a las chicas como había acabado en la cama con Flavio, jurándoles y perjurándoles que solo se habían besado. Cuando estuvieron listas, cogieron la mochila con una toalla y fueron a esperar a los chicos para ir andando hasta la playa. Una vez allí, Aine los dividió por parejas para que pudieran ir dos por tabla. Hugo y Alba cogieron la suya y se metieron en el mar.
  -A ver Alba, dame la mano y te ayudo a ponerte de pie.
   -No me fío un pelo de ti, me voy a pegar la ostia del siglo.
   -Que no, pesada. A veeeer.- dijo mientras le extendía la mano.
   Ella la aceptó y se puso de pie pero, entonces, Hugo la empujó hacia el agua.
   -Serás gilipollas, Huguito.- dijo mientras le agarraba de una pierna para acabar tirándole a él también.
   Muy cerca estaban Eva y Sam subidas a su tabla. La rubia sabía perfectamente que su compañera no era muy hetero y quería demostrarle que podía hablar de ello con ella.
  -¿Sabes cuándo lo dejaron Anaju y Rafa? -preguntó Eva curiosa.
   -Hace dos meses más o menos. Lo de llevar una relación a distancia no les iba bien, así que decidieron dejarlo. Pero ahora se llevan muy bien igualmente. ¿Por?
   -Nada, curiosidad.
  -¿Segura? -le dijo levantando una ceja- Evi, puedes contarme lo que quieras.
   -Es que no estoy segura de qué me pasa. Me siento confusa y no sé qué hacer.
   -A ti lo que te pasa es que te sientes atraída por una chica y nunca te había pasado. Pero no tienes que sentirte mal ni nada de eso.
   -Es que lo veo tan difícil que pienso que ojalá las cosas no fueran así- dijo mientras una lágrima le caía por la mejilla.
   -Ey, no llores. Ven que te doy un abrazo- respondió mientras se acercaba a ella con cuidado de no caerse de la tabla.- Estate tranquila y no te agobies. Además, no vas a tener ningún problema con Anaju, créeme.
   Cuando Eva estuvo más tranquila, siguieron remando un poco en la tabla hasta que oyeron a dos personas caerse al agua:
   -Pero cómo se pueden caer de una tabla de paddle.- dijo la pequeña.
   -Estos acaban liados, te lo digo yo.- afirmó la rubia sonriendo. Se sentía un poco mal por haber sacado a Eva del armario de una patada, pero Anaju había pasado por lo mismo otro año y sabía que era lo mejor.
   Ya fuera del agua, estaban Flavio y Gérard con Anaju y Rafa sentados en las toallas. Habían conseguido sobrevivir a la actividad sin sufrir inesperadas caídas al agua y estaban completamente secos.
  -Me sé de dos que van a venir bastante empapados- dijo Flavio- Vi a Alba tirar a Hugo de la tabla a lo lejos- les explicó a los demás.
   Anaju se tumbó con la cabeza encima de Rafa, que ya se había quitado el neopreno porque al no mojarse tenía bastante calor.
   -No sabía que aunque no estuviéramos juntos podías tirarte encima de mí.- le vaciló un poco el chico.
   -Hay privilegios que nunca se pierden, cariño- le respondió la chica guiñandole un ojo. Mientras tanto, Gérard saludaba a las dos chicas que acababan de salir del agua:
   -Menos mal que no os habéis marcado un Alba y Hugo y venís sequitos también.
   -No teníamos interés en picarnos entre nosotras como si nos gustáramos- le dijo Samantha mientras le daba un abrazo a Eva, que ya estaba un poco más animada.- Atención que viene ahí mi pareja favorita.
   -Pero si esos siempre seremos Anaju y yo, Masantha- le contestó Rafa.
   Alba llegó corriendo mientras escapaba de Hugo, que la quería volver a tirar al agua, y se puso detrás de Flavio, que se acababa de levantar.
   -Ay Alba no me toques que estás congelada- le dijo alejándose un poco.- ¿Qué se supone que hacéis?
   -Ella se escapa de mí porque cree que la voy a secuestrar o algo- dijo Hugo dejando de perseguirla.
   -Pesado- dijo ella acercándose a él otra vez. Se quitó el neopreno y se puso una camiseta por encima del bikini, pues estaba muriéndose de frío. El rubio aprovechó que estaba distraída para cogerla en brazos y tirarla al mar vestida.
   -HUGO QUÉ COJONES HACES- dijo Alba saliendo enfadada del agua.
   -Albitaaa, no te enfaaades porfa.
   -Aún voy a pillar un resfriado por tu culpa. - dijo mientras llegaban a donde estaban los demás.
   -A ver, ponte mi camiseta que estás tiritando y a mí no me hace falta- Hugo cogió la camiseta morada que había traído puesta a la ida y se la dio a la chica.
   -Eres tontísimo- contestó Alba mientras se la ponía.
   -No sé si llamaros Huba o Albugo.- intervino Samantha.
   -Tú también eres tontisima- le dijo su amiga mientras recogía sus cosas.
   Volvieron juntos andando al campamento, se cambiaron y dejaron las cosas cada uno en su cabaña. Vieron que por la tarde les tocaba composición, lo que alegró mucho a Alba. Se dirigieron al comedor para comer todos juntos. Una vez en la mesa, Hugo, que estaba sentado al lado de la chica, empezó a hablar con ella:
   -¿Ya no estás enfadada no?
-Que noooo- dijo ella mientras seguía comiendo ensaladilla- A ver, cuéntame algo de tu vida.
   -Pues a ver... Tengo una hermana mayor y un perro llamado Tex. Estoy estudiando Trabajo Social en Madrid a la vez que termino el Grado Profesional de guitarra. Llevo viniendo aquí prácticamente desde que se creó y supongo que cuando ya no pueda volver me haré monitor. Ahora dime algo tú, venga.
  -Yo vivo en Marín y voy a hacer 2° Bachillerato por Ciencias Sociales. Tengo un hermano pequeño y mis padres se divorciaron hace dos años, y menos mal. La mayoría de mi familia es de Bilbao, así que voy mucho por allí. Aún no tengo nada claro qué voy a hacer el año que viene, la verdad. Ah, también tengo una perrita que se llama Luna.
  En el otro lado de la mesa, Flavio y Samantha se habían sentado enfrente. Cada vez que la chica lo miraba, él apartaba la vista, lo que la desconcertaba enormemente. El chico estaba un poco confuso por lo que había pasado la noche anterior, él no estaba acostumbrado a lanzarse tan pronto y con ella, que era mucho mayor, lo había hecho sin pensarlo demasiado. No es que se arrepintiera, se había sentido muy cómodo con ella cuando estuvieron hablando, pero ahora no sabía cómo reaccionaría si Samantha le entraba, así que estaba evitándola un poco.
   Acabaron de comer y fueron a sentarse a descansar un rato en los sofás. Samantha le dijo a Alba que necesitaba hablar con ella, así que se separaron de los demás y fueron a sentarse a la terraza de su cabaña.
   -Flavio me está evitando, Alba, y no sé por qué.
   -¿Y por qué no se lo preguntas?
-Supongo que me da miedo que se esté arrepintiendo. Ayer me sentía tan bien con él...
   -Sam, no creo que sea eso lo que le pasa. A lo mejor solamente está confuso. En vez de darle vueltas al asunto, habla con él y averígualo.

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No es que esté teniendo mucho éxito como escritora en Wattpad, pero la verdad es que me da igual.

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