12. Ansiedad

121 6 0
                                    

  Cuando se despertó a la mañana siguiente, Alba no se acordaba de dónde estaba, más bien estaba un poco desubicada. Entonces sintió que le acariciaban muy despacio el brazo, miró ligeramente hacia arriba y vio a Hugo sonriéndole.
  -Eres adorable mientras duermes.- le dijo a la chica. Verla dormir le daba mucha ternura y ya llevaba un rato observándola.
  -Buenos días a ti también- le respondió ella dándole después un beso en la mejilla. -Me marcho antes de que vaya tu hermana a despertarnos y yo no esté.
  -Me parece una gran idea, no necesito que se ponga pesada- contestó recordando la discusión del otro día.
  Alba se levantó e iba a abrir la puerta cuando escuchó moverse a uno de los otros chicos:
-Bueeeeeenos días Albaaaa- dijo Rafa alargando las palabras- Espero que hayas dormido bien y que tu cama haya sido cómoda.
  -Serás tonto. Ala, me voy.
  La chica salió por la puerta y entró en su cabaña. Sus amigas ya estaban despiertas y Flavio y Samantha estaban en la cama liándose. Eva se levantó corriendo y tiró de Alba hacia la cama donde estaba sentada Anaju. Cuando Flavio fue consciente de la hora que era, decidió volver a su cabaña:
  -Me voy, que va a venir Aine y además creo que Alba tiene bastantes cosas que contar.- dijo guiñandole un ojo a la chica. Salió de la cabaña y dentro todas se quedaron en silencio un rato hasta que Sam reaccionó y corrió hacia Alba para darle un abrazo.
  -POR QUÉ NO ME DIJISTE QUE IBAS A DORMIR CON HUGO- le dijo emocionada.
  -¿Y tú cómo sabes que dormí con Hugo?- le respondió riendo.
  -¿Pero tú te has visto la cara cuando entraste por la puerta?- Alba miró hacia abajo para que su amiga no notara que se estaba poniendo nerviosa.- Como me digas que no te liaste con él es que de verdad que os mato a los dos.
  -Pues vete buscando una forma porque no nos hemos liado, Sam.
  -Dios sois increíbles, de verdad. No me puedo creer que con todo lo que os gustáis sigáis haciendo el gilipollas y no os comáis la boca.
  En la otra cabaña, Flavio entró y se encontró a Hugo sentado en la cama.
   -Explícame a qué estás jugando, Hugo.
  -¿A qué te refieres? -le respondió Hugo poniéndose de pie.
  - Lo sabes perfectamente. Tienes novia y acabas de dormir con Alba.
  - ¿Y qué? No he engañado a Ana, Flavio. Solo hemos dormido. Ni siquiera nos hemos liado, illo.
  - Eso no cambia lo que sientes por ella. Si no le dices que tienes novia vas a acabar haciéndole daño, Hugo.
  - Yo nunca le haría daño a Alba.- dijo el rubio muy seguro. La chica le importaba demasiado, además, ya estaba buscando formas de dejar a su novia.
  - Más te vale.- respondió Flavio dando por finalizada la conversación.
  Cuando estuvieron listos, todos se dirigieron hacia el comedor para desayunar y se sentaron en la mesa de siempre. Hugo se sentó en frente de Alba y se dedicó a observarla comer. La chica se dio cuenta y se empezó a reír de forma que no era capaz de seguir comiendo.
  -¿Qué pasa bebé?- le dijo el chico vacilándola- ¿Te pongo nerviosa?
  -No no- dijo sin parar de reírse. El chico no dejaba de mirarla.
  -Si quieres me doy la vuelta para que puedas terminar de desayunar eh.
  Alba siguió riéndose mientras el chico se dedicaba a admirar su sonrisa. Continuaron un rato entre batallas de miradas y risas hasta que acabaron y salieron del comedor.
  Esa mañana la utilizarían para preparar las coreografías de las actuaciones grupales, pero primero tuvieron una especie de clase de iniciación a la danza contemporánea. Tanto Alba como Eva habían bailado durante bastante tiempo, así que no tenían ningún problema para seguir a Laura, la monitora encargada de esta actividad.
  -No me puedo creer que encima también sepa bailar.- murmuró Hugo.
-Pues parece que sabe- le dijo Sam sobresaltándolo.- Estás pilladísimo, Huguito.
  -Claro que no.- respondió él.
  -Claro que sí- le discutió la rubia.
  -¿Qué pasa?- intervino Alba al escucharles.
  -Nada.- afirmó Hugo marchándose. No sabía por qué le molestaba tanto que le dijeran eso. Bueno, sí que conocía la razón de que estuviera molesto. Y es que sabía que lo que todos le estaban diciendo era verdad. Estaba más pillado de una chica a la que conocía de cuatro días que de su novia con la que llevaba dos años. Definitivamente tenía que buscar la forma de hablar con ella antes de que pasara algo con Alba.
  Se separaron en los grupos para las actuaciones de la noche y empezaron a montar toda la coreografía con ayuda de Laura. Sam no tenía la misma destreza para bailar que Eva y Alba, pero al igual que Anaju lo iba pillando sin mucha dificultad.
  Después de comer llegó el tiempo libre. Hoy les volvían a dar los móviles, así que Alba cogió el suyo y se alejó de los demás. Quería llamar a su mejor amiga, Jimena, para pedirle consejo sobre Hugo. Avisó de que se iba a pasear por el bosque y la llamó.
  -Hoooooola- le saludó su amiga- ¿qué tal todo?
  -Muy bien, ¿y tú?
  -Genial. Me he enterado de que has visto a Manu.
  -Bueno, sí. Pero todo bien, le solté toda la mierda que se merecía.
  -Esa es mi chica. ¿Era eso lo que me querías contar?
  -No, es otra cosa.-no sabía cómo empezar- Me estoy pillando por un chico. Hugo se llama.
  -¿Ya lo conocías de antes o algo?
   -No, claro que no.
  -Ten cuidado, Alba. A ver si te va a hacer daño.
  -Hugo no es así, no es como Manu.
  -Yo no estaría tan segura.
  -Tía Jimena, no lo conoces.
  -Y tú realmente tampoco. Ala, tengo que colgar. Pásalo bien.-se despidió su amiga un poco borde.
  Alba guardó el móvil y de repente se empezó a agobiar. ¿Y si Jimena tenía razón? ¿Y si realmente no conocía a Hugo de verdad y le volvían a hacer daño? No se veía capaz de volver superar algo como lo que ya había superado ese último año. Empezó a sentir una presión en el pecho, así que tuvo que sentarse. Hundió la cara entre las piernas e intentó respirar hondo, pero no era capaz. Hacía mucho que no tenía un ataque de ansiedad y ya no se acordaba de lo que era. Tenía mucho miedo de confiar en Hugo y que al final a él no le importara y ella acabara cayendo en un pozo sin fondo. No fue consciente de cuánto tiempo estuvo ahí sin moverse, pero le pareció una eternidad.
  Hugo estaba preocupado porque la chica aún no había vuelto del bosque, así que se separó de los demás chicos y fue a ver si estaba bien. Rodeó varios árboles y de repente la vio, echa un ovillo en el suelo, y se acercó despacio.
  -Albi, ¿estás bien?- le dijo en voz baja. Se dio cuenta de que estaba llorando y que respiraba muy entrecortadamente. Se acercó un poco más a ella y le levantó la cara suavemente agarrándole la barbilla.- Ey, mírame.-Los ojos verdes de la chica estaban rojos de llorar, pero se le veían mucho más claros. - Intenta respirar hondo.-Su respiración se empezó a ralentizar y, poco a poco, su corazón también dejó de latir como si se le saliera del pecho. Hugo se sentó a su lado y muy despacio le pasó un brazo por detrás y acercó a la chica hacia él.
  -Lo siento- dijo Alba mientras se refugiaba en los brazos del chico. Le incomodaba que la hubiera visto así, en un momento en el que se sentía tan pequeña comparada con él.
  -Ni se te ocurra decir eso. Sabes que yo siempre voy a estar para escucharte y ayudarte, bebé.- la tranquilizó dándole un beso en la frente. Se quedaron un rato ahí sentados, con Alba pensando en lo irónico que era que el chico por el que lloraba la estuviera consolando. En cuanto la chica estuvo un poco más tranquila, se levantaron y empezaron a andar hacia el campamento.
  -Voy a hablar con Aine para que te quedes descansando un poco esta tarde.- le dijo el chico.
  -No hace falta, Hugo, de verdad.- le dijo ella. Estaba segura de que Aine le preguntaría qué le había pasado y no quería tener que explicárselo.
  -Sí hace falta. Espérame aquí mientras hablo con ella.- terminó él. Encontró a Aine delante de recepción.
  -Qué has hecho ya.- le dijo ella.
  -Joder, Aine, no es eso.- le respondió- Es Alba, le acaba de dar un ataque de ansiedad.
  -Qué dices, ¿dónde está? ¿por qué no me avisaste?
  -Eso es lo que estoy haciendo. ¿Puede quedarse en la cabaña por la tarde?
  -Claro. Quédate con ella, por favor. Voy a verla un segundo.
  Aine fue rápido hasta dónde su hermano le había dicho que estaba la niña le dio un abrazo.
  -¿Estás mejor? Vaya susto me acabas de dar, mi niña.
  -Estoy bien, Aine, no te preocupes.

___________________________________________

Creo que a partir de aquí la historia ya es un poco más interesante ;)

<3

DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora