2 personas que se odian + un bebé llorón = Un problemón muy llorón.
Esa es la situación de Jungkook y Lisa, dos jóvenes enfrentados por sus diferencias.
Esta historia será una comedia romántica, donde los tríos amorosos e incluso los "cuartetos amor...
ESTA HISTORIA ES ADAPTADA BAJO EL PERMISO DE LA AUTORA.
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-Y eso fue todo... Toma –dijo Yeri en un suspiro. Le tendió la taza de café a Sehun y se sentó a su lado en el sofá.
-¿Qué vas a hacer entonces? ¿Seguirás yendo detrás de Jungkook? –preguntó Sehun mirándola de reojo. Le dio un sorbo al café y se inclinó para dejar la taza en la pequeña mesa que había delante del sofá.
Yeri se quedó mirando el líquido oscuro de su taza, pensativa. Después de que se fuera del apartamento de Jungkook, lo único que hacía era pensar en las alternativas que tenía o que había tenido. Ella siempre se había visto al lado de su amado Jungkook, pero ahora que aquella realidad había cambiado, se sentía vacía por dentro.
Sehun, su mejor amigo, se había dado cuenta de que le pasaba algo y luego de convencer a Yeri de que se lo contara, ella le invitó a su piso para pasar la tarde juntos. Yeri le contó lo extraño que había estado Jungkook últimamente, lo arisco y brusco de su humor y sus inminentes invitaciones a su apartamento. Para ella, aquel tramo de la historia estaba bien, porque hacía mucho que Jungkook no le otorgaba el honor de poder estar en su compañía. Aunque todo cambió cuando Lisa tuvo una "charla" con Jungkook. Los dos acabaron la discusión tan felices que cuando fueron a coger al bebé, éstos se hubieron reconciliado como si fueran una pareja casada formando una familia. Se dio cuenta de que ella allí sobraba y se fue sin decir nada. Seguramente ni se dieron cuenta. El chico escuchaba fielmente a su amiga, ocultando el disgusto y enfado que sentía hacía Jungkook de que hubiera utilizado a Yeri de aquella manera. Quizás tendría una pequeña conversación con él en cuanto pudiera.
La pelirroja dio un pequeño sorbo y suspiró. Colocó la taza entre sus manos y subió los pies descalzos al sofá, sentándose con las piernas cruzadas. Se colocó un mechón de pelo detrás de una oreja y antes de hablar volvió a tomar un trago.
-No lo sé... Jungkook ha representado un gran tramo de mi vida y si lo dejara ir me quedaría vacía, como si él fuera lo único por lo que he estado viviendo –dijo en tono bajo- Pero por otra parte, no quiero ir detrás de alguien que ya ha elegido a otra persona, sufriendo y dejando escapar mi vida así por así... Uf, todo esto es demasiado complicado y doloroso; ¡si tal vez no hubiera sido tan ingenua desde el principio, si tal vez hubiera sabido que Jungkook en realidad no me quería, si tal vez...! –su voz se fue apagando a medida que las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos.
Inmediatamente, Sehun se acercó a ella y, después de quitarle la taza de las manos, la rodeó en un abrazo de consuelo y cariño.
-Hey, hey... Aquí todo el mundo sabía que Jungkook no era ningún santo, incluso tú –susurraba en el oído de Yeri- Pero te enamoraste de él, Yeri, y de eso si que no tienes ninguna culpa –dijo acariciándole el pelo.
Yeri siguió llorando durante unos minutos más, desahogándose como sólo podía hacerlo delante de Sehun. Se estrujó todo lo que pudo al pecho del peliblanco, mientras él la retenía más fuerte entre sus brazos.
