𝘾𝙝𝙤𝙘𝙤𝙡𝙖𝙩𝙚 𝙮 𝙈𝙚𝙣𝙩𝙖 - 17

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ESTA HISTORIA ES ADAPTADA BAJO EL PERMISO DE LA AUTORA

 -No me contesta nunca, Tzuyu –dijo Lisa en un suspiro cansado

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 -No me contesta nunca, Tzuyu –dijo Lisa en un suspiro cansado.

-Dale tiempo. Seguro que acabará por comprender la situación –aseguró con gesto tranquilizador la pelinegra.

Lisa bebió un poco de café. Después dejó la taza sobre el pequeño plato y volvió a suspirar. Desde que Taehyung se fue del apartamento, hacía casi un mes, no le había vuelto a ver y aún menos había escuchado ninguna palabra de él. Lo había llamado miles de veces y él no se lo cogía; ni siquiera le devolvía las llamadas. Entendía que no lo hiciera. También que necesitaba tiempo pero no dejaba de pensar que ella había tenido la culpa. Por eso quería hablar con él, pero no parecía posible en esos momentos.

Tzuyu le dio un pequeño apretón en la mano que tenía extendida sobre la mesa, como muestra de apoyo. Lisa sonrió levemente, agradecida. Ambas se encontraban en la cafetería del hospital tomando un pequeño descanso. Lisa podría irse dentro de un rato ya que había sido llamada fuera de su horario de trabajo para una emergencia y había hecho horas extra. Tuvo que dejar una nota a Jungkook en medio de la noche para no tener que despertarle. Le hubiera encantado quedarse acurrucada junto a él hasta que despertase. Maldito trabajo.

-¡Lisa! –exclamó la voz autoritaria y potente de la directora del hospital.

La peliplata se dio la vuelta en su asiento y vio cómo su jefa atravesaba la estancia con paso decidido y gesto serio. Llevaba la bata blanca que diferenciaba a los médicos de los enfermeros puesta, al igual que ella. Lisa no se alarmó. Ya conocía suficientemente bien a su superior como para saber que siempre mostraba aquel porte enfadado.

-¿Ocurre algo Seulgi? –preguntó con tono y rostro calmado.

-El chico Jeon –dijo directamente parándose delante de ella, poniendo sus brazos en jarras. Lisa alzó una ceja- Jungkook Jeon está esperándote en la entrada –Lisa abrió los ojos sorprendida- Te agradecería que, ya que vas a irte ahora, le dijeras que dejara de venir sin avisar. Está desconcentrando a mi personal –exigió frunciendo levemente el ceño.

Lisa se levantó inmediatamente de la silla y apuró al límite su café. Le dio un beso en la mejilla a Tzuyu como despedida y agradeció a Seulgi el aviso con otro beso. La rubia suavizó el gesto y sonrió dulcemente. Le recordaba tanto a ella de joven...

Lisa fue a su despacho para coger su bolso y bajó por las escaleras en vez de coger el ascensor. Cuando llegó a la recepción se encontró con un pelotón de enfermeras mirando por las cristaleras de la entrada, como si algo extraordinario hubiera allí fuera. Y no se equivocaba: Jungkook estaba allí, vestido con su elegante traje negro y su corbata a juego. Llevaba puestas sus gafas de sol Ray-Ban, ocultando sus ojos de los rayos del sol de febrero. Estaba apoyado en su Audi con los brazos cruzados, una pose despreocupada. Ahora entendía el porqué de la desconcentración del personal.

Un problemón muy llorón | LK ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora