𝙀𝙣 𝙛𝙖𝙢𝙞𝙡𝙞𝙖 - 13.1

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ESTA HISTORIA ES ADAPTADA BAJO EL PERMISO DE LA AUTORA.

-¡Mi-mia! -dijo Suk señalando a un pequeño bulto al lado de un banco

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-¡Mi-mia! -dijo Suk señalando a un pequeño bulto al lado de un banco.

-¿Qué es, pequeño? -preguntó Jungkook acercándose con la sillita.

Ambos se quedaron mirando aquel bulto gris y pequeño. Si Lisa estuviera allí seguramente ya lo habría movido o cogido. La verdad es que no podía llamarle al hospital (por muchas ganas que tuviera) y preguntarle qué hacer. Sonrió. Era la primera vez, creía, que Suk y él iban al parque de los cerezos sin ella, pero no pudo de ser de otra manera ya que a Lisa le había surgido un imprevisto y se tuvo que marchar a trabajar, dejando al pequeño a cargo de Jungkook en su día libre. Fue un golpe de mala suerte. En realidad, querría haber pasado su día libre con ella...

El caso es que, en el tiempo en el que Jungkook estuvo pensando en ello, un par de ojos grises azulados se posó sobre Suk y él. ¡El bulto se había convertido en un precioso cachorro de Dogo alemán! El pelinegro se sorprendió al ver una raza de perro tan poco común en Japón, mientras que a Suk se le iluminó el rostro, y con una sonrisa y los brazos extendidos hacia el cachorro, gritaba:

-¡Perito! ¡Perito! -gritaba una y otra vez, abriendo y cerrando las manos, haciendo que el perro ladrara feliz moviendo la cola.

Jungkook sonrió. Cogió al perro entre sus manos y lo observó. Era muy bonito, de piel gris y suave, pero estaba hambriento, supuso el pelinegro, ya que se le notaban las costillas a ambos costados. También supuso que no tenía dueño porque no tenía collar y estaba bastante sucio. Aun así, el animalito le miraba con ojos alegres y con la lengua fuera, jadeando contento. Jungkook torció el gesto sin saber muy bien qué hacer. Así que lo volvió a poner en el suelo. De repente, pegó un aullido de dolor. El pelinegro se sobresaltó y volvió a cogerlo rápidamente. Se dio cuenta de que tenía una profunda herida en una de las patas traseras. El pobre gemía de dolor.

Jungkook sintió la manita de Suk tirándole del abrigo. Jungkook lo miró y se encontró con la mirada preocupada del pequeño.

-Perito malito, perito malito -dijo con lágrimas en los ojos.

Jungkook sujetó con un brazo al perro y después se inclinó hacia el pequeño y con un dedo le limpió las lágrimas. Regalándole una sonrisa tranquilizadora, dijo:

-Sí, el perrito está malito pero papá lo llevará con su amigo médico para que se ponga bueno, ¿vale? -dijo el pelinegro calmándole al instante- ¿No ves? No hay necesidad de llorar -dijo sacándole una amplia sonrisa al pequeño.

Y con el cachorrito a buen resguardo entre los brazos de Suk, se dirigieron a la clínica veterinaria de Jinyoung.

Y con el cachorrito a buen resguardo entre los brazos de Suk, se dirigieron a la clínica veterinaria de Jinyoung

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Un problemón muy llorón | LK ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora