𝙎𝙤𝙨𝙥𝙚𝙘𝙝𝙖 - 19

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ESTA HISTORIA ES ADAPTADA BAJO EL PERMISO DE LA AUTORA.

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Jungkook......... Jungkook...... Jungkook... Jungkook...

El pelinegro abrió los ojos de repente encontrándose con los ojos marrones de Lisa.

-Ohayo –saludó con una sonrisa la chica, tal y como lo hacía todas las mañanas.

-Hmp –respondió adormilado, frunciendo el ceño y tapándose con un brazo los ojos para protegerlos de la dañina luz de la mañana que entraba por la enorme ventana que abrió Lisa sin ningún cuidado.

-Hoy me ha costado despertarte más de lo normal. Es extraño levantarme y no encontrarte desayunando y listo para irte a trabajar –explicó mientras se peinaba el largo pelo platino delante del tocador. Le miró a través del espejo- ¿No estarás trabajando hasta tarde, verdad? –preguntó con reproche en su voz mientras veía como Jungkook se desperezaba. La mayoría de los días se tiraba el día trabajando de la noche al día, además de los ratos que cuidaba a Suk, y estaba preocupada por sus horas de sueño.

-Ayer me quedé un poco más porque tenía que preparar una reunión para hoy a primera hora, y se me hizo tarde, nada más –explicó sentándose en el borde de la cama, alborotandose aún más el pelo. Se fijó en la mirada de reproche que la peliplata le mandaba desde el espejo. Suspiró y se acercó a ella para dejar un delicado beso en su aterciopelado cuello- No te preocupes, solo ha sido esta noche –la tranquilizó susurrándole al oído. Sintió que el cuerpo de la chica se estremecía con su contacto. Sonrió de lado y se separó de ella para meterse en el cuarto de baño.- Además estoy más preocupado por ti: últimamente haces muchas guardias por la noche. ¿No estás cansada? –preguntó desde el baño.

-Es agotador, sí. Pero sabes que necesito pocas horas de descanso para reponerme, no como uno que yo me sé –inquirió levantando la voz en la última frase con claro significado enfático hacia él.

Sonrió al escuchar el gruñido de Jungkook en el baño. Era como un ogro, siempre malhumorado y gruñendo. Pero era muy gracioso y divertido, y muchas veces, infantil.

Terminó de cambiarse y fue a su habitación a coger una barra de labios que tenía guardada desde hace tiempo. Todavía mantenía ciertas cosas en la habitación que había sido suya por dos años pero la mayoría de la ropa la había trasladado al enorme armario de Jungkook. Prácticamente desde que comenzaron a salir, compartían la misma habitación: la enorme y espaciosa habitación principal. La verdad es que ese hecho hacía que se ilusionase de más y lograba sacarle una sonrisa tonta cada vez que pensaba en ello.

-¡Oru! ¡Oru! –escuchó la jovial vocecilla de Suk llamar al gran perro.

Los imponentes pasos de Orus andando rápidamente por el pasillo se hicieron presentes en el apartamento. Se adentraron en el cuarto del pequeño y acto seguido se escucharon las dulces risas del bebé. Lisa soltó un pequeño quejido al saber con certeza que Orus estaba baboseando a Suk con su gigantesca lengua. Guardó el pintalabios en el bolso y salió de la habitación para entrar en la de enfrente. Allí vio lo que se temía y se dispuso a apartar al canino de la cuna. Orus se había convertido en un cachorro de casi medio metro que casi podía colar su gran cabeza por encima de la cuna. Y eso que solo habían pasado 4 meses desde que se lo quedaron. Por supuesto, era un gran perro: tierno y juguetón, a la vez que tranquilo e inteligente. Si hubiera sido una persona hubiera sido un bonachón fácil de querer.

Un problemón muy llorón | LK ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora