ESTA HISTORIA ES ADAPTADA BAJO EL PERMISO DE LA AUTORA.
Cuando llegaron al hospital se encontraron con que a Suk no le pasaba nada grave, sólo un poco de indigestión. Hana estaba muy preocupada mientras que Jung mostraba una actitud tranquila y un poco indignada por la exageración de su mujer. Les explicó que había hecho lo posible para que no le diera tanta importancia y les llamara, pero no pudo hacer nada ante la cabezonería de la pelinegra. Lisa entró en la sala de pediatría para atender al pequeño mientras que Jungkook se quedó en la sala de espera con sus padres. Hana, al ver resuelto el problema de Suk, inmediatamente preguntó a su hijo por la cena de aquella noche. Jungkook puso una cara que reflejaba todo lo ocurrido.
Comenzó por las buenas noticias y sus padres se contentaron mucho al recibir la noticia de la boda de Naruto e Hinata. Pero después contó la parte que menos le había agradado y sus padres sonrieron ante el ataque de celos de su hijo. Jungkook se molestó y les echó en cara la culpa de que ahora mismo no estuviera "bailando" con Lisa. Su madre se disculpó dándole un beso cariñoso en la mejilla, como si fuera un niño pequeño, y Jungkook suspiró con cansancio. No podía enfadarse con ella, nunca, aunque tuviera la culpa de que Lisa y él no estuvieran ahora mismo en la cama... "bailando".
Lisa salió con Suk en brazos, arrullandolo con palabras tiernas. El pequeño estaba medio dormido por el efecto de la medicina, pero le quedaron fuerzas para regalarle una dulce sonrisa a Jungkook antes de verse envuelto en los brazos de Morfeo. Jungkook le acarició suavemente la cabecita y después cogió las cosas de Suk que le entregaban sus padres. Al final pasaría la noche en casa.
Cuando abrieron la puerta del apartamento, una agradable ola de calor les dio la bienvenida. Se habían dejado puesta la calefacción por las prisas, pero lo agradecían porque aunque estuvieran a mediados de octubre ya hacía bastante frío.
-Jungkook –llamó Lisa- Puedes irte a dormir ya... Yo me encargaré de Suk –dijo Lisa amablemente.
Jungkook dejó las cosas encima de un sillón y con gesto adormilado se despidió de Lisa y del pequeño. Estaba tan cansado que ni siquiera se dio cuenta de que hacía un buen rato ya estaba tirado en la cama, mirando al techo como si estuviera durmiendo despierto. Sin poder pensar en nada, se levantó como pudo y comenzó a quitarse la ropa. Casi se cae al suelo cuando se quitó los pantalones, y menos mal que tenía la cama cerca para apoyarse. Cuando se puso de una vez el pijama, que sólo consistía en un pantalón gris largo de deporte, se fijó en la hora que marcaba su reloj de mesilla y eran, nada más y nada menos, que las cuatro y media de la mañana. Soltó un gruñido y se dejó caer de nuevo sobre la cama.
Al menos le hubiera gustado darle un beso de buenas noches a Lisa.
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Un problemón muy llorón | LK ✔️
Romans2 personas que se odian + un bebé llorón = Un problemón muy llorón. Esa es la situación de Jungkook y Lisa, dos jóvenes enfrentados por sus diferencias. Esta historia será una comedia romántica, donde los tríos amorosos e incluso los "cuartetos amor...