Capítulo 13

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Dedicado a Adamlevine222mylove

Se encontraron con Santino a las afueras de la ciudad. Él llamó a algunos paramédicos que los llevarían de inmediato a urgencias.

Lía acompañó a su mamá en el vehículo, mientras a Adam y Jeremy los subieron a otro par de ambulancias para partir camino al hospital. Santino los alcanzaría allá. Meredith la tomó de la mano.

—Tranquilízate, hija —dijo al notar que ésta temblaba de angustia y miedo—. Todo va a estar bien, ¿de acuerdo? Sólo nos revisarán y mantendrán en reposo hasta que sanen nuestras heridas, después de eso podremos volver a nuestra vida como antes, lo peor ya ha pasado.

—¿Cómo estás tan segura de eso? —preguntó en un susurro—. Mamá, lo que ha pasado allá... Adam...

—Sí, lo sé —la interrumpió—. Sé que ninguno pensaba que trabajaba con el lado contrario al mismo tiempo que con nosotros, por lo visto está más involucrado de lo que creíamos, pero nos ha salvado, ha matado a su jefe y nos ha ayudado a escapar. No confío del todo en él aún, necesita explicarnos lo que sucedió allá, pero al final me ha dado la oportunidad de volver a verte, de estar contigo y con tu padre otra vez, y eso se lo tengo muy agradecida, porque no creía salir de ahí con vida y abrazarte nuevamente.

Sus ojos se humedecieron y Lía apretó su mano con más fuerza, sonriéndole de medio lado. Se sentía bien poder estar de nuevo junto a ella, a pesar de las circunstancias, habían sido semanas muy difíciles para ambas y ahora por fin eso se había acabado, sin embargo, Lía no podía sentirse completamente feliz, no como habría deseado, porque Adam la había engañado, los había engañado, y no estaba segura de poder volver a confiar en él y verlo de la misma forma que antes, algo no le cuadraba de todo aquello y necesitaba saber qué era.

En el camino, un par de paramédicos se encargaron de revisarlas, Lía tenía aún la bala incrustada en el brazo, según le dijeron, era fácil de sacar, pues no se veía que hubiera penetrado tan profundo en su piel, lo cual agradecía. Suspiró cerrando los ojos.

Una vez llegaron, los llevaron de inmediato a urgencias, las separaron al final, llevándolas a áreas diferentes, seguro pasarían ahí un par de días en reposo, tendrían que ver si a su madre no le amputarían la pierna con la herida de bala en ella. Santino llegó a su lado en algún momento mientras le extraían los pedazos de bala, dolía como la mierda, pero era un alivio que no hubiera perforado de más. Un doctor se acercó a ellos poco después para comentarles la situación del resto de los afectados.

—La señora Gates tiene una herida profunda, no está infectada, por suerte y no tendrá más de dos días, por lo que la han sometido a una delicada cirugía, que esperamos si todo sale bien, pueda salvar su pierna y solo necesitar reposo un par de semanas —indicó, Lía suspiró, sintiéndose un poco aliviada al oírlo—. En cuanto al señor Gates, tiene algunos cortes profundos a los que les están dando un par de puntadas, lo mismo con Levine que además tiene una rozadura de bala en el hombro y se encuentran vendándolo, quizá por la mañana puedan pasar a ver a alguno, necesitan descansar. Respecto a usted por órdenes fierras de su padre, y muy aparte que necesitamos estar al pendiente de esa herida, será movida a uno de los cuartos del hospital, en un momento vendrán para trasladarla y le llevarán algo de comer —Lía y Santino asintieron.

—Muchas gracias.

Con esto el medico se retiró y ambos sólo se quedaron en silencio, Lía lo agradecía, no estaba de ánimos.

Cuando la movieron al cuarto preguntó por su madre, le dijeron que aún estaba en cirugía, esperaba y rezaba porque no fuera a mayores, mientras tomaba la bandeja de comida que le habían llevado. Pasaron unas cuantas horas, Lía pudo pasar a la habitación donde habían trasladado a su mamá después de la cirugía, no se quejó cuando regresó a su cuarto y vio a hombres trajeados fuera de su puerta, Santino había ido a cuidar a su padre; suspiró y se metió saludándolos con un asentimiento de cabeza, simplemente se acostó y durmió, sus pensamientos no dejaban de atormentarle, quería saber de Adam, pero no se atrevía a preguntar y las imágenes de aquella vez también la martirizaban. Se sentía frustrada, engañada.

El Guardaespaldas (Adam Levine) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora