Bajó del auto, despidiéndose de su padre, para caminar hasta la entrada del colegio, varias miradas se posaron sobre ella al entrar, estaba acostumbrada a que eso sucediera, pero esta vez le extrañó, supuso que se debería a la discusión que ayer había tenido con Daniel y Adam frente a todos, habían llamado la atención de varios estudiantes que no comprendían lo que había ocurrido. Tenía que hablar con él y dejar las cosas en claro de una vez, no quería tener más problemas.
Fue a buscarlo hasta su salón de clases, pero no estaba ahí, recordó que tenía la primera hora libre y se dirigió a la cancha de baloncesto, estaba sentado en los escalones, así se acercó hasta él.
—Dani —comenzó a decir llegando a su lado, al escuchar su voz, éste se giró de inmediato, Lía notó entonces su mejilla inflamada y con un parche que prácticamente la cubría por completo, sin decir palabra, se levantó enseguida y caminó hasta la salida—. Daniel, espera.
Corrió hasta él para alcanzarlo y tomarlo por la mochila.
—Daniel...
—No te me acerques —espetó y apartó su mano bruscamente de encima, Lía le observó sorprendida por su reacción, mientras éste tenía una mirada penetrante en ella—. No quiero saber nada más de ti.
Siguió caminando y ella sin comprender su comportamiento, le siguió.
—¿Por qué te comportas así? —quiso saber confusa—. ¿Es sólo porque ayer no quise besarte?
Daniel se detuvo en seco y la miró, observó a su alrededor y tomándola de un brazo la llevó a la habitación de utilería, cerrando la puerta tras de sí para que nadie se entrometiera.
—No quiero tener más problemas contigo o con tu guardaespaldas o lo que sea que siga siendo ese tipo de ti.
—Sólo reaccionó así porque tú te estabas comportando como un idiota —defendió Lía, cruzándose de brazos.
—No me importa —replicó—, sí, tal vez fui un poco idiota, pero no pienso involucrarme más contigo ni con él. No me busques más, no me llames más, no me hables más, simplemente olvida que existo o que nos conocimos, tú y yo ya no somos nada.
Lía tragó duro y mordió su labio inferior, queriendo retener sus lágrimas, Daniel la observó y abrió la puerta, dispuesto a salir.
—Espera —lo detuvo con un nudo en la garganta y un hilo de voz, inhaló profundo para calmarse—, ¿qué te pasó en la cara?
Daniel se quedó en silencio y soltó un suspiro.
—Nada, sólo... —carraspeó—. Me intentaron asaltar ayer después del entrenamiento, no fue nada, sólo un pequeño susto.
Lía asintió y éste abandonó la habitación, cuando lo hizo, no pudo retener más las lágrimas, se sentó en el piso y se hizo bolita, hundiendo su cara entre sus piernas. Esto le recordaba a lo sucedido la vez pasada con Chris, la diferencia era que con Daniel habían compartido muchas cosas juntos y le dolía no tenerlo más como amigo después de todo lo que habían pasado los últimos días, todos se terminaban alejando de ella.
No supo cuánto tiempo pasó así cuando escuchó la puerta abrirse, eran Dylan y Charlotte que la habían estado buscando por todo el instituto durante el almuerzo. Se sentaron con ella a comer y Lía les contó lo sucedido, perdieron una clase, pero la hicieron sentir mucho mejor y salieron después a tomar el resto de las asignaturas.
De camino a casa con su chofer la hacía sentir extraña no tener a Adam a su lado, no escuchar aquella música que le gustaba a él... lo extrañaba, pero también se sentía intranquila. Mientras más pensaba en lo sucedido con Daniel, más se daba cuenta que eso no pudo ser un asalto, o podía tratarse de una casualidad que después de cómo la trató y cómo Adam lucía tan molesto, esto le pasara, tenía que ser eso.
Una casualidad y nada que ver, cerró los ojos apretando los puños, no podía imaginárselo haciéndole algo así de vil a Daniel, Adam no fue, no lo hizo; pero iba a preguntarle, quería que él se lo confirmara.
Bajó del coche presurosa, con la esperanza de ver el auto de éste estacionado, pero no tuvo suerte, dejó salir un bufido frustrado, entró a la casa y dio un vistazo alrededor para ver si su madre estaba por ahí, tampoco, así que se dirigió a su cuarto sin más, sacó el celular y le marcó, sin tener éxito alguno ya que la mandaba directamente al buzón, optó por enviarle un mensaje.
"Necesito que vengas a verme hoy". Se sentó en la cama, esperando respuesta, luego de unos segundos escuchó el sonido que indicaba un nuevo mensaje.
"Seguro, ¿todo bien?"
"No realmente, necesito hablar de algo contigo"
"Está bien, estaré ahí alrededor de las 8 de la noche"
Sin contestar a su mensaje, se dejó caer de espaldas en la cama, tapándose el rostro, qué día de mierda.
Adam frunció el ceño al no recibir respuesta, sin embargo, le restó importancia tecleando un poco más en la computadora, tratando de encontrar aquello que llevaba buscando un tiempo. Suspiró y se volvió a acomodar en la silla, dejó escapar un suspiro cansado, necesitaba salir de esto ya, estaba retrasado.
Así que con más determinación siguió buscando y cada cierto tiempo apretaba el collar que traía puesto, era de su madre, una simple cruz de plata, cerró los ojos y la besó.
—Todo esto lo hago por ti mamá. —Sonrió y siguió con su trabajo.
Las horas pasaban y parecía que estaba perdiendo el tiempo cuando una carpeta llamo su atención.
—Pero... —Frunció el ceño— ¿Qué mierda? —Hizo click en ella y bingo.
La lista de deudores que necesitaba, a partir de ella podía comenzar a buscar con más precisión, estaba tan concentrado que el sonido de su alarma en el celular lo hizo sobresaltarse, la apagó e hizo una mueca, quería seguir investigando, pero ya tenía que dirigirse a casa de Lía, rodó los ojos y se dirigió a la salida.
"Vamos, que esto también es importante" se dijo a sí mismo y siguió su camino.
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Lía se encontraba sentada en los escalones que estaban en la entrada de su casa, así que fue fácil ver el auto de Adam acercándose cada vez hasta que quedó estacionado frente a ella, de éste un deslumbrante Adam se bajó dirigiéndose a ella con una brillante sonrisa, trató de responderla, pero no podía, cuando llegó a su lado le robó un beso en los labios y se sentó enseguida.
—Hey —saludó— ¿Qué va mal? —La tomó de las manos.
—Hoy pasó algo.
—¿Daniel volvió a molestarte? —Entrecerró los ojos viéndola y poniéndose tenso de un momento a otro.
—No, no, para nada —negó con la cabeza—, pero sí es referente a él. —Desvió la mirada— ¿Sabes qué le pasó en el rostro?
Éste la miró extrañado. —¿Qué? —respondió— ¿Qué rayos voy a saber yo, Lía?
—Dijo que trataron de asaltarlo, pero no me trago ese cuento —suspiró—, ¿le hiciste daño?
—No puedo creer que pienses que yo haría algo así. —Le soltó las manos—. No sé qué mierda le pasó, pero no sé cómo puedes culparme a mí de eso. —Se levantó y ésta lo siguió—. Después de todo lo que he hecho por ti me acusas de algo así. —Apretó la mandíbula—. Podré haber ido a la milicia y saber cómo dañar personas, pero no ando haciéndolo por ahí, no confías en mi —acusó con la voz quebrándosele un poco.
Sólo alcanzó a dar unos cuantos pasos antes de que Lía lo jalara por el brazo para detenerlo y acercarlo a ella.
—No, no, lo siento, confió en ti, lo siento Adam. —Hizo que volteara a verla—. Sólo fue una casualidad ¿verdad?
—Sí, no podría hacerle daño aunque se lo mereciera por haberte tratado de aquella forma, sabes que haría cualquier cosa por protegerte, pero nada a tus espaldas. —La tomó del rosto.
—Perdóname por dudar de ti.
—Está bien Lía, no te preocupes.
Y la besó, la mente de Lía por fin se sentía tranquila, mientras Adam sonreía entre el beso triunfal, dentro de él festejaba un poco.
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El Guardaespaldas (Adam Levine)
Fanfiction[Historia en colaboración con @bluebellpetal] Lía siempre lo ha tenido todo. Hija de un reconocido empresario, con un gran futuro planeado y una de las chicas más populares del colegio. Pareciera que su vida es perfecta, pero todo es solo una aparie...