Dos

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Betty Cooper

Sentía al sol entrar por mi ventana directo a mi rostro, mierda como me dolía el cuerpo, gire mi rostro para poder evitar la luz del sol.

Tenía dos opciones me quedaba en casa aguantando los golpes de mi padre todo el día o me iba al colegio donde mi vida también es una mierda.

Era mejor el colegio y con un poco de suerte me podrían mandar a detención y llegar sólo a dormir a casa.

Con mucho cuidado me levanté me tomé una pastilla para el dolor, entre al baño, me retiré mi ropa, y entre a la ducha.

Mi cuerpo estaba un asco, yo misma me daba pena, mis piernas estaban con las marcas de la correa de mi padre, en mi vientre tenía claros moretones, unos gigantes.

Cerré con fuerza mis ojos, fue inevitable no llorar ¿cómo habia llegado hasta aquí?, en que momento llegue hacer mi mamá, todo lo que veia mal en ella, lo tenía yo, porque seguía al lado de mi padre, creo que muy en el fondo yo queria creer que mi padre iba cambiar, era lo único que me quedaba y yo me estoy aferrando a el aún así me lastime.

Me puse un pantalón negro, una blusa blanca, y un suéter negro, antes de subirme mi pantalón me inyecte un poco de heroína.

Agarré mi mochila y salí de mi habitación, todo estaba un asco de nuevo, mi padre no estaba, lo mas seguro que se halla ido a trabajar para poder alcoholizarse, que irónico era que lo diga yo, cuando soy una drogadicta.

Llegué al colegio con los audífonos puestos hundida en mis pensamientos, abrí mi casillero y guarde mis cosas menos del curso que me toca, al girarme todos me veían raro. Como no lo recordaba Jhos vio los golpes en mis piernas, ahora lo mas probable es que todos sepan que aparte de drogadicta, soy la chica maltratada por su padre.

Algunos me miraban con pena, no me gustaba, suficiente pena sentia yo por mi, otros con asco, ignore las miradas y me fui a clase de matemática.

Estaba haciendo rayones sin sentido en mi cuarderno sin tomar atención a la clase, aun me sigo preguntando ¿cómo es que pase de año?, ni yo lo se, sólo sabía que estoy en cuarto de secundaria.

—ella, es la drogadicta —murmuraron atras mío.

—si, soy la drogadicta, por lo que deben saber que me junto con gente peligrosa......asi dejen de hablar de mi y vallan a joder a otro lado —las dos chicas se miraron con miedo sin poder decir nada.

—¡largó! —ordene, ellas agarron sus cosas y se fue a otro lado.

Agache mi cabeza de nuevo a rayar mi cuaderno, la puerta del salón fue tocada, pero ni eso me hizo levantar mi cabeza hasta que sentí venían hacia mi.

—señorita cooper —me llamó el director.

—esta vez, yo no hice nada

—me gustaria que me acompañe a dirección —asenti y guardando mi cuaderno en mi mochila.

Salí junto al director ignorando los murmullos sobre mi, era el chisme de comienzo de año.

—tome asiento —obedeci.

—¿hice algo que no me halla enterado? —intente bromear.

"Rotos" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora