Seis

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Betty Cooper

Veronica me había dejado a media cuadra de mi casa, ahora estoy llengando mas tarde de lo que debería llegar sólo espero que mi padre este sobrio.

Al entrar todo está en silencio, cuelgo mi maleta antes de irme directo a mi habitación.

—¡mierda! —bufe, se me había acabado lo único que me hace sentir bien.

Baje corriendo descalza hacia el baño principal para buscar jarabe, pastillas algo que me haga sentir bien, aunque no sólo por eso, pues mi cuerpo me pedía a gritos que me drogara, que necesita me drogue.

—¡carajo! —cerré el cajón de golpe.

Subí nuevamente me puse mis zapatillas rápidamente para luego bajar, agarré mis llaves y salí de mi casa.

Pare al primer taxi que pasó.

—al autocinema —ordene.

Cada minuto, cada segundo se me hacía una eternidad, pero sólo pasaron cinco minutos y yo ya estoy al frente de la entrada del autocinema, apresure mi pasó hasta llegar hacia las serpientes para ser mas exactos hacía sweet pea.

—heroína —es lo primero que dije al estar al frente del alto pelinegro.

—no hay muñequita..... aunque me han traído algo nuevo —resople ¿cómo es posible que a un dealer se le acabe la heroína?, aja si yo soy adicta a la heroína desde los trece años.

—¿que te hace pensar que yo quiero algo que nunca he probado? —cuestione cruzando los brazos.

—porque conozco a las personas como tu muñequita........ y ya te vieras ido desde el momento que dije que no hay heroína —rodé los ojos, el tiene razón muy apesar que no tenga heroína yo sigo aquí con el.

Sólo sabía una cosa y la tengo bien clara que es que necesito drogarme.

—¿cómo se llama? —pregunté, segundos después de su bolsillo trasero sacó una bolsita con un polvo rosa que parecía ¿cocaína?.

—esto —movió la bolsita en el aire— es droga rosa... cocaína rosada o mejor conocida como venus —alce ligeramente una ceja, jamas había oído hablar de la "droga rosa o Venus".

—la cocaína ya no tiene efecto en mi —negué con la cabeza.

—muñequita en mis manos tengo a la droga mas cara del mercado —lo vi incrédula ¿cómo eso era posible?.

—¿me quieres vender algo que no puedo pagar? -—una sonrisa se formó en su rostro.

—claro que no mi muñequita..... solo por hoy y porque estoy de muy buen ánimo te lo voy a regalar.... pero a la próxima tu vas pagar cuando vengas por más —estoy dudando si en aceptar ¿por que el esta tan seguro que voy a venir por de esa droga?.

—lo prometo —aseguró quitándole la bolsita transparente de su mano— eres grandioso —deje un beso en su mejilla.

Luego de mi primera semana en riverdale se me había acabado la heroína a la segunda semana todos los medicamentos me los acabé así que tuve que escaparme de casa y hasta que me perdí en sur, ahí conocí a sweet pea que para mi suerte es un dealer.

"Rotos" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora