12. abre la puerta

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Mario se levanta sudado y desesperado, las lágrimas le saltan de los ojos. Ha tenido una pesadilla horrible relacionada con Sara.

Está preocupado por ella, lo estaría aunque hubiera soñado con una persona que no conoce, no le desearía a nadie eso.

Los sueños de Mario son un poco especiales, son tan reales... que a veces ocurren cuando los sueña. Hay gente que les llama sueños premonitorios, otras personas le llama don, y otras le llaman casualidad.

Sea lo que sea, Mario los tenía bastante frecuentes, más de lo que le gustaría.

Ha recuperado las horas de sueño al llegar a casa, después de no haber dormido nada la noche anterior. Lógicamente, en clase no ha podido dormir, y en el patio estaba demasiado ocupado esquivando los pelotazos de sus compañeros.

¿Será verdad lo que ha soñado de Sara? No se podía quedar con la duda, porque esa duda le mataba por dentro, y la mataba a ella.

Se levanta y se pone la ropa, "no hay nada más cómodo que dormir en boxes" piensa.

Sale a la calle, no tiene ni idea de a donde ir. Sara no le dijo donde vivía, tampoco le dio su número de teléfono ni nads por el estilo. Tampoco se lo pregunto.

La única pista que tiene es por donde se fue al salir del parque la noche anterior...

Se dirije al parque corriendo, a pesar de ser todo subida, mantiene el ritmo, una persona con la que quiere compartir su vida esta en peligro.

Llega al parque y, después de cruzarlo evitando pelotazos de los niños que juegan a fútbol ("esto desgraciadamente me recuerda a algo..." piensa) sale por la otra salida, donde continua la subida.

Irá casa por casa buscando en los buzones su nombre, el nombre de la chica del parque, el nombre de la chica con la que estuvo hablando hasta las cuatro, la misma que puede correr peligro: Sara.

....... ( 1 hora más tarde) .........

La ha encontrado. La casa de Sara, eso pone en el buzón. ¿Pero quién le garantiza que sea la de su Sara?

Tiene que jugárselo todo a una carta.

Mario va a contrareloj y cada segundo vale más que el oro, vale una vida; y ese segundo no va a volver atrás.

Pica a la puerta. Espera impaciente un minuto, o tal vez son diez segundos? El tiempo es tan relativo dependiendo de la situación...

Como tampoco encuentra respuesta la segunda vez decide saltar la valla.

Una vez dentro rompe el cristal y entra dentro.

¿Será esa la casa de Sara? ¿estará bien?

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