Oportunidades

1. la mala suerte nunca viene sola

Basada en hechos reales

Son las cinco de la tarde. Mario, un chico de quinze años que estudia tercero de la ESO, sale solo del instituto, todos sus compañeros han salido hace rato.

Al salir del edificio el sol le da en los ojos y le ciega; cuando recupera la vista mira al cielo: sus ojos contemplan un gran cielo azul con un sol deslumbrante y sin ninguna nube.

-que irónico: tengo un dia de mierda y el tiempo dice lo contrario, hay que joderse...-murmura.

Peor no le podía ir. Sube al autobús y se sienta solo, como cada día.

"¿Quien querría sentarse a mi lado? Nadie".

Suspira y se pone los cascos, los conecta al móvil y escucha su canción favorita: "A la sombra de la Sierra" de La Raíz.

"Si te encuentro gritaré a viva voz, que prefiero verte que ganar la guerra"

Bfff... el amor... otra cosa que tampoco tenía, ni eso ni belleza, ni amistad ni nada... con lo bonito que dicen que es el amor: sentir que lo dejarías todo por esa persona, besarla con locura, hablar con ella hasta la madrugada, ser en la última persona en que pienses al irte a dormir y la primera al despertarte, sonreír como un tonto si te llama de forma especial, hacerte fotos, sensaciones que nunca antes habías sentido, morirte si llora, hacerle reír... todo eso quería, tan solo quería amor, ¿tanto pedía?

Mira por la ventana para ver la gente subir al autobús. La canción acaba y suena la siguiente. El autobús inicia su viaje hacía el pueblo donde vive Mario.

El paisaje va cambiando y cada vez se ve más verde, los árboles se ven cada vez más altos y se empiezan a visualizar las siluetas de las montañas.

La parada esta justo al lado de su casa, mario coge su mochila y se baja. Al llegar a casa y abrir la puerta se encuentra a su madre en la sala de estar.

-Hola mamá, ¿que pronto has vuelto de trabajar, no?

-si... verás Mario, tenemos que hablar...

Mario mira el rostro de su madre, en él ve una mujer a la que la vida le ha castigado mucho, pero que a pesar de ello ha sabido afrontar los golpes y levantarse.

Pero también ve en él una seriedad y una tristeza que nunca antes había visto.