Lo siento mucho Sara...
-Más lo siento yo. Pero es lo que hay, no hay más, la vida es así de cabrona... y es la misma vida la que acabes en un parque a las tres de la mañana hablando con alguien que ni conoces...
-¿ y qué paso con tu novio?
- Nada, su mejor amigo me intentó meter mano y le di una bofetada y le explico a mi novio que le había lanzado indirectas y que él me dijo que no y que le di la bofetada por rechazarme. Se lo negué todo pero aún así se creyó a su amigo...
-Joder, lo siento....
-No pasa nada, subnormales hay en todas partes.- Sara suspira, no puede creer que le haya contado la historia de su vida a un completo desconocido. Aún así, hay algo en Mario que le transmite confianza, que le gusta. Ya no tiene esa sensación de hará una hora, cuando el corazón le ha dado un vuelco por su culpa...
-Bueno...empieza a ser tarde...-Dice Mario después de haber mirado su reloj.- me encantaría poder quedarme contigo más rato pero es muy tarde y mañana hay instituto...
-¿Qué hora es?
-Las cuatro
-¿¡Las cuatro de la mañana!?- dice Sara sorprendida.- Mierda mañana tengo examen de biología a primera hora y me dormiré.
-Bueno pues será mejor que nos vayamos ya. ¿Nos volveremos a ver?
-No lo sé, si el destino quiere... bueno, adiós...
Sara da un beso en la mejilla a Mario
"Me acaba de dar un beso en la mejilla" piensa Mario sorprendido.
"¿Porqué le he dado un beso si ni siquiera le conozco? Sé que se los dan los amigos... pero se me hace raro" piensa Sara.
"Habrá sido sin querer, mejor no me ilusiono"
"Mejor me voy..." Sara se da media vuelta y sale del parque. Sale del parque y empieza a caminar por la subida. Las luces ya se han encendido y puede subir sin miedo. "Malditas farolas" piensa, y al llegar a la última, la luz de la farola se apaga, Sara da un bote y chilla del susto de muerte que se ha dado y empieza a correr hacía su casa.
Mientras, Mario sale del parque y se dirige también hacia su casa. Eso de emborracharse ya lo hará en otro momento, total la vida no le va a cambiar de un día para otro... ¿o sí?
Sara llega a su casa, sus padres están dormidos. Se dirige hacía el lavabo, se quita la ropa y se pone el pijama, se lava los dientes y se tumba en la cama.
-Voy a suspender...- Murmura.- Mis padres me matarán... y mañana me harán un interrogatorio sobre donde he estado y que he hecho, también me castigarán.
Quiere acabar ya con su día. Está buscando algo, algo invisible, algo silencioso, a veces lo buscamos como Sara, a veces nos pilla desprevenidos, a veces es veloz como un rayo, a veces es lento, y otras veces, sencillamente empieza lento y acaba rápido. Está buscando el sueño, necesita dormir.
Lo va consiguiendo hasta que al fin se duerme, pero no sin antes recordar a Mario, ese chico que ha conocido en el parque. Cuando el sueño se empieza a apoderar de ella le vienen a la mente los momentos que ha pasado hoy con él, y justo antes de que el sueño le gane la batalla, cierra los ojos y ve una imagen de Mario sonriendo:
-Buenas noches Sara.- le dice la imagen.
-Buenas noches Mario...- le contesta
Los ojos se quedan cerrados, su cuerpo se relaja por completo y el silencio se hace el rey de la habitación. Se ha quedado dormida.
Mario llega a casa, abre la puerta sigilosamente y se encuentra a su madre dormida en el sofá; seguramente le ha estado esperando. La tapa con una manta y le da un beso en la frente: tiene razón, no se merece tener que aguantar a su padre.
Se dirige a su habitación cuando escucha un ruido que viene de la habitación de sus padres. Al entrar ve una botella de whisky por el suelo, se le acaba de caer a su padre que ya está durmiendo.
-Hijo de puta...- murmura Mario, y levanta la botella para que no continue cayendo líquido encima la alfombra.
Se dirige al cuarto de baño; allí se quita la ropa, se pone el pijama y se lava los dientes.
"Es preciosa" piensa, no ha dejado de pensar en ella en todo el camino de vuelta a casa, desde que la ha visto no se la ha sacado de la cabeza.
Se estira en la cama y mira el techo, como si a través de él pudiera ver las estrellas que hay fuera en el cielo.
"Es preciosa" continua pensando. Sabe que hoy no va a ser la única vez que la va a ver.
Y se duerme pensando en ella, ¿hay algo mejor que dormir pensando en alguien?
Personas que llevan a tu lado siempre y que te apoyan, personas que te hacen sentir mejor, en fin ser mejor persona, personas que te fallan, personas que te traicionan, que te critican y que te clavan puñales después de ayudarlas, personas que aparecen tarde pero sabes que a partir de ahí estarán siempre a tu lado, personas que desde que las ves, sabes que van a marcar tu vida para siempre.
Tu vida es el paso de personas por ella, que te harán sentir una cosa u otra.
Y tanto Mario como Sara sabían que el otro les iba a cambiar la vida.
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Oportunidades
RomanceMario y Sara son dos adolescentes: Mario tiene 15 años y Sara 17. Los dos vienen de familias desestructuradas y la vida no da señales de favorecerles, ¿pero acaso no tienen derecho a sentir el amor? secretos, aventuras, celos, odio, alegría, risas...