17. el tiempo pasa

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Mario y Sara llevaban conociéndose dos meses. La vida les estaba empezando a sonreír. Ya no eran los mismos, habían empezado a cambiar y Mario estaba enseñando a Sara a ver la vida de otro modo. Estaban felices juntos. Los padres de Sara apoyaban mucho la relación, después de todo lo que había hecho por su hija. En cambio los de Mario no sabían nada. Estaban en medio de juicios y no quería molestarles con sus cosas.

No había discusiones y se veían cada día. Se estaban empezando a enamorar, y mucho.

Su situación en el instituto no había mejorado, pero no les importaba, porque sabían que al llegar la tarde, se verían.

Pero quieras o no, nunca estás completamente feliz; siempre hay algo que te lo impide. Algunas veces, y en este caso, son los fantasmas del pasado quien nos atormentan, y también en este caso, nunca mejor dicho.

El ex de Sara no dejaba de acosarla. Con sus amigos y en público la trataba de puta, pero en privado la abria diciendo que volviera con él y que dejara Mario.

Pero Sara no quería. Le había hecho mucho daño: insultado, reído... le había fallado,y ya no le quería.

Por eso siempre le decía que no, y por eso siempre se cabreaba, la insultaba y decía que como pillara a Mario se enteraría.

-Bloquéale de una vez amor. No merece que te esté hablandote así.- le dice Mario.

-Pues tienes razón...- le contesta Sara.

Lo que no saben es que eso tendría consecuencias.

Las tardes continuan pasado, y ellos las ven pasar juntos, nunca se cansan él uno del otro: siempre tienen temas para hablar, siempre se hacen reír y siempre saben cómo crear ese momento perfecto que recordarán.

Mario llega a las seis a su casa. Hoy el viaje a durado algo más. Está a punto de entrar en su casa, abre la puerta cuando alguien le golpea.

Pasarán horas hasta que se vuelva a saber de Mario

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