Van de camino al hospital, Sara va en la ambulancia con los dos médicos i Mario va con Lidia en el coche.
Al empezar la tarde nunca habría imaginado que acabara así.
Iban en silencio, Lidia iba en estado de shock.
Mario se pregunta si en su estado era seguro conducir. Lidia se pregunta como empezar la conversación, tiene tantas preguntas...
-Mario, eres amigo de Sara?
La pregunta le pilla desprenido. Desvía la mirada de la ambulancia y mira a Lidia.
-se podría decir, no la conozco mucho pero sé que cuando la conozca más lo seremos.
-Y que hacíais en casa? Estábais.... Ya sabes?
Mario se pone rojo de solo pensarlo. Se pone nervioso y empieza a tartamudear:
Ehm... Yo... Nnnoo essto...
"rellajatee Mmariiio" piensa.
-mire, le voy a ser sincero, no la conozco casi nada, pero a veces tengo sueños que mucha gente les llama premonitorios, y esta tarde mientras dormía he tenido uno, que iba con Sara. Creo que el sueño te lo puedes imaginar. No me podía queda quieto sin comprobar si era verdad. Y una cosa llevo a la otra y acaba todo aqui.
Lidia se queda callada. Todavía hay cosas que no le cuadran, pero decide confiar en el. Parece que es un buen chico, no como el novio de Sara o los chicos que le hacen bullying. Porque no la podían dejar en paz?
- Y desde cuando la conoces?
-desde ayer por la noche.
Lidia calla. Por más que encuentre las respuestas de antes, siempre le salen nuevas y, cuado encuentre las respuestas de ahora, le saldrán más preguntas.
Llegan al hospital. Mario se desabrocha el cinturón y va a bajar cuando Lidia le detiene con la mano.
-Gracias Mario, sin ti... Sara ahora directamente no tendría la posibilidad de vivir.
Mario se la queda mirando. No sabe que decir. La mira a los ojos y ve que si no se le escapan las lágrimas ahora, será una de las mujeres más fuertes que conoce. Junto con su madre. Por cierto, la tenía que llamar.
-Lidia me puedes hacer dos favores?
-Sí... Que quieres? -pregunta sorprendida.
-Sara va a salir de esta, pero me puedes prometer que no la llevaréis a ningun hospital psiquiátrico ni nada por el estilo.
-Porque dices eso?
-porque cuando estaba en la bañera le prometí algo. No puedo decirtelo aún, pero lo sabrás.
Lidia piensa, lo que decía antes. Le salen más preguntas...
-No te puedo prometer nada, te imaginas lo difícil que es, verdad?
Mario asiente. Ya no tiene nada que decir.
-ves entrando con Sara yo voy a llamar a mi madre.- dice Mario saliendo del coche.
Se baja y se dirige a un rincón dónde pueda hablar tranquilamente.
Alguien descuelga el teléfono al otro lado de la línea.
-Mamá?
-Se puede saber dónde estás? Has estado fuera toda la noche?
-No mamá llegue a la noche a las 4 y he ido al cole. Estoy en el hospital.
-en el hospital? Que haces allí? Ha pasado algo?
-Sí pero no a mi, no te preocupes. Luego te llamo y te explico un poco.
-prefiero cara a cara ya lo sabes...- dijo preocupada.
-de acuerdo, te dejo que entro. Te quiero mamá.
-luego hablamos... De todo. Y yo a ti. Cuidate y portate bien, y ten cuidado.
-adiós.
Y cuelga. Se dirige a la puerta del hospital. Hablar de todo... Se lo tendrá que contar.
En la sala de espera se encuentra a Lidia.
-como está?
-dentro de lo que cabe bien... Todo podría ser peor.
-la podemos ver?
-les he convencido para que te dejen algo. Pero solo te dejan dos minutos por no ser familiar.
Mario suelta un suspuro... No es justo. Nuca ha entendido esto de solo familiares.
Entra en la habitación. La ve allí, llena de tubos y cables.
"está preciosa hasta así... Pero que coño me pasa? Estoy enfermo..."
Se dirige y se sienta al lado...
-Sara... No tengo mucho tiempo. Tan solo quería decirte que despiertes por favor. Tienes a tu madre preocupada y a mi también. Quiero vivir esa historia contigo. Te quiero tal y como eres por eso por favor despierta...
Y si le daba un beso como en las peliculas? Sabia que no funcionaría pero por probar...
Los dos minutos acaban y Mario le da un beso en los labios. Los continua teniendo calientes.
-despierta por favor...
Pero no lo hace, y cuando Mario sale por la puerta; Sara mueve un dedo
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Oportunidades
RomanceMario y Sara son dos adolescentes: Mario tiene 15 años y Sara 17. Los dos vienen de familias desestructuradas y la vida no da señales de favorecerles, ¿pero acaso no tienen derecho a sentir el amor? secretos, aventuras, celos, odio, alegría, risas...