6. La canasta ya estaba rota cuando llegué...

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-¿Porqué le estás tirando la roca a la canasta?- le pregunta Sara al chico.

-Por nada...-contesta Mario.

-Ah, las tiras porque es normal, ¿no?, ¿crees que es normal estar a las dos de la mañana tirando piedras a una canasta? ¿A caso eres un loco que se ha escapado del psiquiátrico?

-¿Y tú ves normal estar a las dos de la mañana chillando como una loca a alguien que no conoces de nada en medio de una pista de futbol?- replica Mario, con una sonrisa que se va asomando por sus labios haciéndose cada vez más evidente.

-No, pero...- le ha dejado sin palabras."¿De dónde ha salido este chaval?" piensa Sara; "es preciosa" piensa él.

-Pues ya esta, nada aquí es normal. Me llamo Mario, ¿y tú?

-Yo Sara...

-Encantado Sara, ¿y se puede saber que haces a estas horas en este parque de un pueblo perdido en montaña?

-Vivo aquí, en Sant Quintí, y lo que hago aquí no es asunto tuyo.

- Uy, ¿Qué borde, no? ¿Qué acaso has quedado con el príncipe azul?

- No.- Se está poniendo cada vez más nerviosa y le está haciendo enfadar. ¿Y esa confianza? ¡si no le conoce de nada!

- y no he quedado con ningún chico, mi novio me dejo hace tres días...

-Pues que suerte para mi...-murmura Mario

-¿Qué has dicho?- Sara no cree lo que ha escuchado

- Que es una pena, que lo siento por ti...- Mario nunca había ligado con ninguna chica, David alguna vez le había explicado algo pero Mario no tenía ni idea.

-Me voy no tengo por qué aguantar esto.

-No, no, no, espera por favor. Yo no soy así, lo siento.

- ¿Cómo que no eres así?

-Qué no soy cómo me has conocido hasta ahora. Lo siento

-¿Y por qué actúas así?

-Porque eres preciosa. ¿Quieres saber porque tiraba piedras a la canasta?

- Sí, por favor.

-Pues por esto.

Y Mario le empezó a explicar su vida, pero tan solo lo justo y necesario para que Sara entendiera que hacía esa noche a las dos de la mañana tirando piedras a una canasta de madera.

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