Oportunidades

18. horas

Había pasado media hora, si no paraban ya, Mario empezaría a estar en una situación grave.

Los chicos que habían interrupido ha Mario eran el ex de Sara y sus amigos. Dario, el ex de Sara, había estado espiando a Mario y Sara. Había descubierto dónde vivia Mario y había reunido a sus amigos para pegarle.

Es lo que tienen los cobardes, no se atreven a ir solos, uno a uno, la que sería la lucha más justa, y la más noble, aunque en la violencia no hay nada noble; el hacer daño a alguien no es noble.

-Pero para que quieres pegarle? Porque te importa tanto esa zorra? No es mejor que te la haya quitado?-le preguntó uno de los amigos a Dario.

-pues... ehm... porque hay que enseñarle que no se puede estar con chicas así que son malas....

No sabia que responder. Continuaba enamorado de ella, por eso quería pegar a Mario, pero la gente no lo podía saber, sino también se meterían con él y le darían de lado.

Lo que hacen los putos prejuicios eh?

-Dario dejalo ya le vas a matar!- le dicen sus amigos.

Pero él continua, no tiene suficiente.

La rabia y la ira están apoderados de él, controlan su mente y le dicen que no pare hasta dejarlo seco.

Pero un momento de lucidez. Sara se enfadará mucho si se entera, y eso la alejara más de él.

-vamonos- dice.

Y se van, tranquilamente, saben que por allí no pasa nadie, y saben que Mario no les conoce.

-hijos de puta...- susurra.

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Sara esta preocupada. Hace horas que Mario no le habla y tampoco le contesta.

No sabe que hacer, esta desesperada.

Sabe donde vive pero sus padres no saben que está saliendo con ella.

Sale a buscarlo. Va a sitios dónde puede estar él: mira por alrededor de su casa, por el parque donde se conocieron. No sabe donde esta, va hasta a partes del pueblo que no conocía. Dónde estará?

Hay un pequeño bosque a las afueras del pueblo. Prueba a ir por ahí, y acierta. Lo encuentra inconsciente y lleno de heridas. Sabe quién le ha podido hacer esto: Dario.

Ahora Dario se ha metido entre ellos y los quiere separar el uno del otro. No será la última vez que los intentará separar.

Pero vamos a alguna parte bonita de la historia de una vez por todas.

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Después de algunos meses, el bosque al principio era un sitio que Mario y Sara preferían evitar, pero poco a poco se había convertido en un sitio especial para ellos. Iban a pasar allí las tardes, compartían risas y hasta lágrimas, pero de felicidad.

Que les dijeran a los Mario y Sara del pasado, de hacía cinco meses, como les iba a cambiar la vida; no se lo creerían.

El amor había sido para ellos un remedio, una cura para sus vidas.

Desde aquel problema con Dario hacía unos meses, no habían vuelto a tener problemas.

-Amor-. Le dice Mario

-dime

-el mes q viene hacemos medio año eh... habrá que hacer algo especial

-jajajajaja pues si... ¿tienes algo pensado?

-puede ser... ya lo verás.

Y le da un beso en la frente, luego otro en la mejilla hasta que encuentra sus labios. La ama, no puede hacerlo más fuerte, la ama tanto... y ella a él, le había salvado la vida, ¿Qué más podía decir? Se amaban.

Se miran, sonríen y buscan el siguiente beso.

Estos momentos son los que te demuestran que el amor te puede hacer feliz, que puede ser tu salvación, aunque luego se pueda torcer. Pero eso también es otra historia y también ya vendrán.

-¿Qué te parece ir mañana a la playa?

Sara le mira extrañada. Es sábado no ve porque no ir.

-me parece bien.- y sonríe.

La tarde continuo, con más besos, risas, una cena y una película. Pero eso ya no importa; mañana iban a la playa, y mañana sería un gran día.