⚘. 01 : Latidos

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El joven Yang caminaba por los pasillos del hospital en pijama, descalzo, somnoliento, como si buscara a alguien o algo

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El joven Yang caminaba por los pasillos del hospital en pijama, descalzo, somnoliento, como si buscara a alguien o algo. En una de las salas de espera vio una máquina expendedora. Los colores llamativos de las gaseosas dentro llamaron su atención . Jungwon nunca había tomado gaseosas, los médicos dijeron que no podía. Habían tantas cosas que no podía comer, y todos decían que eran deliciosas. La tentación le estaba ganado. Sacó las monedas de su bolsillo pero una voz lo detuvo.

—¿Qué crees que estás haciendo Jungwon? —la voz del doctor Choi lo asustó e hizo que las monedas cayeran al suelo y rodaran por debajo de la máquina.

—Y-yo...

—Sabes muy bien que las bebidas gaseosas no entran en tu dieta

—Es que-

—Es que nada, ¿ya desayunaste? —el pequeño negó —¿Y tu mamá?

—No lo sé, supongo que se fue temprano a su trabajo, anoche se quedó conmigo aunque le dije que ya no es necesario que lo haga

—Cuando llegue le dices que tengo que hablar con ella

—Usted sabe que rara vez viene por su trabajo, igual está mi abuela ¿quiere hablar con ella?

—No, es un tema del que quiero hablar directamente con tu madre

—¿Le va a decir que estaba intentando tomar una gaseosa?

—Sí, se lo voy a contar, porque es muy irresponsable de tu parte

—Pero Doc, es solo una gaseosa, quería saber a que saben, además que estoy mejorando mucho ¿verdad? Incluso me siento más energético —sonrió —No le cuente, o me castigará sin celular, porfi si~ —la cara de cachorrito era un perfecto chantaje

—Me lo pensaré —el doctor puso una cara seria para después soltar una risita —Ya en serio, no le contaré, todos sabemos que aunque la hubieses comprado no serías capaz de darle ni un sorbo, eres demasiado noble ; pero sí tengo que hablar de un tema importante con tu mamá

—De acuerdo Doc

Yang regresó a su habitación, caminando despacio. Los enfermeros ya lo conocían, igual que los doctores, los de la limpieza, los laboratoristas, la pantrista, la recepcionista de la sala; todos ellos lo habían visto crecer en ese lugar, pues la condición médica de Jungwon no le permitía salir mucho de las instalaciones del Centro Médico de Ansan.

Su pasatiempo era contarle las magníficas historias que se inventaba a las enfermeras de guardia cuando estaban desocupadas, o a veces iba a visitar a otros pacientes y conversar sobre cualquier cosa, almorzaba con los doctores, y en las tardes iba al patio trasero, y se sentaba en el un banco a tomar aire fresco mientras miraba a los demás con su sonrisa brillante.

Había un lugar en específico a donde le gustaba ir, pero no podía. Las personas dijeron que allí podías ver las estrellas y la ciudad iluminada, desde el techo del último piso.

Jungwon no podía ir , pues allí arriba solo se podía llegar mediante escaleras. Generalmente, Yang no podía realizar ejercicios físicos, o al menos no sin una supervisación, así que era mejor no arriesgar a su corazón. De todas formas, si quería ver las estrellas iba al patio trasero.

Ahora mismo, se dirigía a su habitación, la clase online casi empezaba, sí, porque Jungwon nunca fue a la escuela correctamente, eso también podía ser peligroso, tenía un tutor privado. Habían tantas cosas peligrosas para él...

Su habitación estaba decorada a su gusto, y es que, literalmente pasaba alrededor de 10 de los 12 meses de año allí.

Al lado de la puerta tenía una mesita con un recipiente de nueces, las nueces sí estaban en su dieta y eran de su gusto, a diferencia de las legumbres y alimentos aburridos que tenía que comer.

Prendió su laptop y saludó a su tutor. La clase fue larga y pesada, pero como decía su mamá "necesaria para el futuro".

Jungwon se preguntaba si realmente el tenía un "futuro". Si ese trasplante de corazón no aparecía, probablemente él moriría en los próximos años.

Intentaba no tener ese tipo de pensamientos, pero era inevitable. Negó rápidamente, y acabada su clase fue a visitar a un señor que había ingresado hace poco con cáncer de pulmón. El señor también padecía de alzheimer y cuando vio a Jungwon por ahí dijo que era su nieto, así que Yang le siguió la corriente, se veía tan feliz contándole sus historias sobre la guerra civil, y a Jungwon le gustaba que las personas fueran felices.

Era como su medicina, si lograba sacarle una sonrisa a alguien automáticamente se sentía feliz él también.

Allí estaba de nuevo, el señor le contaba por décimo octava vez cuando se quedó sin municiones y tuvo que comerse un conejo del bosque casi vivo.

Yang pintaba en una hoja al pobre  conejo, pues el viejo hacía más énfasis en la descripción que en el resto de la historia.

Jungwon sonreía, mirando lo bonito que había quedado su dibujo.

—Jungwon, tienes visita —miró a la puerta, era la enfermera Kim

—¿Yo? ¿visita? —al pelinegro le sorprendió aquello, no tenía amigos más que el personal del hospital y algunos pacientes, suspuso que sería algún familiar lejano, pero igual quería preguntar —¿Quién es?

—Un tal Jake Sim, me suena el nombre

Los ojitos de Jungwon se iluminaron. Jake había sido su primer amigo. Lo conoció cuando era pequeño, pasaban mucho tiempo juntos ya que ambos estaban ingresados en pediatría. Jake tenía leucemia pero después de que nació su hermanita totalmente compatible con él, pudo salvarse. Luego de eso, no lo volvió a ver, pues el chico se fue a Australia, aunque mantenían el contacto virtual.

La enfermera corrió al llamado de uno de sus compañeros. Jungwon se despidió del viejito, y se dirigió al elevador. Estaba ocupado. Jungwon no quería esperar, así que dudó en tomar las escaleras. Era solo un piso, y lo bajaría despacio ¿que cosa tan mala podía pasar?

Jungwon al final se decidió por tomar las escaleras. Sin que nadie lo viera bajó "despacio" cada escalón. Cuando al fin llegó a su piso sólo se sintió un poco agitado, era normal.

La falta de aire se fue agravando. Se llevó la mano al pecho sobando suavemente la zona de su corazón. Sus latidos eran fuertes, como tambores, como truenos. Se estaba mareando, comenzaba a quedarse sin aire. Lo último que recordó de ese día fue todo volviéndose borroso, y al final, oscurida total.

Se había desplomado en el suelo.

Se había desplomado en el suelo

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