⚘.16 : Dibujo

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Jungwon se despertó medio aturdido, encontrando una no muy satisfactoria imagen

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Jungwon se despertó medio aturdido, encontrando una no muy satisfactoria imagen. Pues aunque en el instante en que la vio a su lado se puso demasiado feliz, su sonrisa se borró al notar la expresión enojada de su madre. Estaba de brazos cruzados, con el maquillaje intacto y el traje de marca, como cuando se va a trabajar.

Jungwon no sabía el motivo de su visita, y era extraño porque su madre no era quien siempre estaba con él en el hospital -¿Mamá? ¿Qué haces aquí? Creí que trabajabas hoy

-Lo hago, pero tuve que salir corriendo de la oficina porque es la tercera vez que mi hijo se desmaya este mes -era como una madre reclamando por calificaciones, para nada cálida ni gentil -Dime Jungwon ¿Qué está pasando?

-N-nada -musitó -¿Acaso no es normal que esto pase? Te recuerdo que estoy enfermo, mamá

-Es normal que pase en un chico hiperactivo o con emociones fuertes, ¿pero tú? No estás pasando por un momento difícil ni mucho menos, tu obligación es solo estar tranquilo y estudiar

-¿Y tú que sabes? -gritó -¿Acaso sabes cómo me siento o qué es lo que pienso? Nos vemos no más de dos veces a la semana, y a penas hablamos de la escuela y mi salud -Jungwon nunca lo aceptó, pero siempre necesitaba de su mamá, y la falta de comunicación con ella le dolía, por lo cual sus lágrimas estaban a punto de salir -Eres prácticamente una conocida

-Yang Jungwon -se puso de pie la mujer enojadísima -si nos vemos dos veces a la semana es porque trabajo muy duro para que tengas todo lo que necesitas, y para que cuando salgas de este lugar puedas estudiar, viajar, hacer tu vida.

-¿Te has puesto a pensar en que tal vez no pueda salir de este lugar? -la mujer palideció, y apretó sus puños -No sé que va a pasar mañana, y me gustaría pasar más tiempo contigo hoy -los ojos suplicantes y llenitos de lágrimas de Jungwon no podían remover el carácter de su madre. Ella tomó su bolso, y salió disparada, dejando a su hijo prácticamente solo.

El corazón y la mente de Jungwon eran un total desastre, así que decidió dormir un poco más, y al despertar, como siempre, ahí estaba su abuela, su ángel guardián.

Era algo tarde, y su hambre se hacía presente porque el suero le pasaba nutrientes, mas su estómago seguía vacío.

Tomó sus nueces y retiró las agujas de su piel, para caminar libremente. Ni rastros de su madre, de más está decir, pero eso no era lo que más le afectaba en este momento. Su mayor preocupación eran sus sentimientos hacia Jay, que además de no ser correspondidos, según él, le hacían daño, literalmente.

No sabía qué debería hacer, estaba muy perdido. Su mejor opción era decirle al doctor Choi que se rendía en el intento de convencer a Jay a cerca del tratamiento porque cada día se volvía más difícil el hecho de hablar, o mínimo pensar en él.

Fue un poco irónico que cuando se enteró de que Jay había sido dado de alta, y que tal vez no vería más a la persona que lo lastimaba, se puso a llorar hasta el punto que se deprimió y terminó en terapia intensiva.

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