Jungwon ve el lado positivo de las cosas. Suele ser divertido y risueño, alegre en general, su sonrisa indicaría que es un niño feliz como otro cualquiera.
Pero no es así
¿Qué cosa tan mala había hecho en su vida pasada para que le tocara sufrir en...
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—¿Qué te dijo?
—¿Él está bien?
—¿Podemos entrar?
Todos bombardearon a preguntas a Jay, sin embargo, él continuó caminando como zombie hacia no sabía dónde. Sólo necesitaba aire, y pensar, pensar mucho.
—Déjenlo —susurró Soobin viendo con lástima al chico rubio que cada vez tenía más preocupaciones en su cabeza —Iré a ver a Wonnie
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Jay, metido en sus pensamientos, se sentó en algún sitio lejos de allí.
—Sabía que entrarías tú
—¿Por qué hiciste eso Yang Jungwon? —susurró
—¿El qué? —ladeó su cabeza sonriendo de lado —Ahhh ¿quitarme el reloj? —bufó —Por dos razones —hablaba tan tranquilo que a Jay le parecía estúpido —Número uno, porque no quería arruinar el momento, y número dos —jugó con sus manos mientras modía su labio inferior —porque de verdad tenía muchas ganas de besarte
Ahora el que tenía taquicardia era Jay.
—Jungwon nosotros no podemos ser nada, y lo sabes. No quiero ponerte en riesgo
La sonrisa de Jungwon fue remplazada por una mueca —Hyung, me comí una hamburguesa cuando fuiste a por las toallas y la ropa
—¿Qué?
—En realidad fueron dos, y traía una porción de papas fritas
—¿Estás loco? ¿Sabes la cantidad de sal que eso contiene?. Un momento ¿por eso te desmayaste?
—Tal vez —comenzó a mover sus manos nervioso —También me comí una rebanada de pizza
—¿A qué velocidad metiste todo eso en la boca? Y lo más importante ¿Por qué? ¿Acaso no te hace daño?
—Es que me gusta. Me gusta su sabor y su consistencia, su apariencia, su aroma, su textura, su presentación, sus colores, todo. ¿Por qué debería vivir sin las cosas que me gustan? —Jay frunció el ceño, intentando captar la indirecta —Es aburrido, y no tiene sentido
