Los Grigori

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Tras la expulsión de Adán y Eva del Edén, Dios les encomendó a un grupo de angeles, llamados los Grigori,  que supervisaran la evolución de Adán y Eva en la tierra, tras haber cometido el pecado original y ser expulsados, la bondad De Dios, al ser sus hijos, no podía dejar de cuidar de ellos, después de todo siempre serán unos pequeños niños que cometerán errores. Así pues, estos  vigilantes descendieron a la Tierra para ayudar a los hombres y velar por ellos, mientras edificaban la nueva historia de la humanidad, el nuevo comienzo, la nueva vida.

Pero sucedió que, paso los años, Adan y Eva tuvieron hijos, y sus hijos también tuvieron hijos y asi se fue se fueron multiplicando los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas; los Vigilantes  las vieron y las desearon, parecía que la tentación de Lucifer también cayo sobre ellos. Llegó un momento en el cual Semyazza, jefe de los Grigori, los reunió y les dijo a sus hermanos.

- Llevo un tiempo observando a los hombres y mujeres. Viendo como crecen, se casan y tienen descendencia. Por largo tiempo he comenzado a envidiar a los Hijos de Adán y Eva, deseando el que puedan acceder al privilegio de tomar esposa y multiplicarse... y ya no puedo seguir ocultando mi tormento. He soñado muchas veces que nos mezclábamos entre los Hijos del Hombre y escogíamos mujeres entre sus hijas para engendrar nosotros mismos a nuestra descendencia, crear al ser humano perfecto, obediente. Pero temo que si les propongo algo, no quieran cumplir con esta acción y sea yo el único responsable de un gran pecado, tampoco quiero que por culpa mía, ustedes también caigan. En ese momento Abbadona, el que fue el carcelero de Lucifer, le tomo el hombro a Semyazza, y le dijo:

- Ciertamente se necesita una nueva raza, que sea superior a la que ahora esta en la tierra, que obedezca a una nueva ley, hermano, estoy contigo.

Azazel, otro de los líderes Grigori, respondió en nombre del resto de los Vigilantes:

- Nosotros deseamos lo mismo que tú, Semyazza, pero temíamos revelar nuestros terribles anhelos temiendo la reprobación y el castigo por tu parte. Hemos albergado los mismos deseos y estamos de acuerdo en llevar a cabo esta acción. Hagamos pues un juramento bajo Anatema (juramento maldito) y comprometámonos todos a no retroceder.

Leviathan, un ángel que solía pasar los días observando los mares, remato diciendo: 

- Dios no debe enterarse...

Entonces juraron todos unidos y se comprometieron al respecto unos a otros, bajo Anatema, como habían propuesto, sobre la cima del monte que llamó "Hermon". Al poco tiempo varias mujeres quedaron embarazadas de ellos y dieron a luz a los Nephilim sobre la Tierra. Estos niños eran diferentes de los Hijos de los Hombres. Eran más precoces, más inteligentes, más fuertes y más bellos. Crecían a una velocidad más rápida que el resto de los niños y desarrollaban sus capacidades mentales a una velocidad increíble, entendiendo rápidamente los conceptos que los hijos de los hombres tardaban años en aprender. Pero también eran voraces en su aprendizaje y difíciles de controlar, debido a su veloz desarrollo y su naturaleza dual. 

Aprendieron de la evolución de los hijos de los hombres hasta que los humanos quedaron ensombrecidos ante ellos. Entonces los Nephilim se volvieron contra los humanos para esclavizarlos. Empezaron a pecar contra los pájaros del cielo y contra todas las bestias de la tierra, contra reptiles y los peces del mar, devorando sus carnes y derramando su sangre sin mesura mientras se extendían, declarando la guerra a los humanos que se negaban a obedecerles y servirles. Entonces la tierra acusó a los impíos Hijos de los Ángeles y las Hijas de Adán y  Eva por lo que se había hecho en ella. Como parte de los hombres estaban siendo aniquilados, su grito no tardo en subir hasta el cielo. Entonces Miguel, Uriel, Rafael y Gabriel observaron la tierra desde el santuario de los cielos, viendo mucha sangre derramada injustamente por la violencia que se cometía sobre ella. Fueron a ver a Dios y le comunicaron lo que habían visto en la tierra:

El principio del Fin, el Retorno del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora