La separación

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Cada día que avanzaba, Rod se iba acercando más a Rubí, Rigo por su parte solo estaba atento, cada vez que Rod le daba saludaba a Rubí o la abrazaba, Battu se molestaba, ya que conocía sus intenciones y sabía que lo que quería era matarla, no su amistad.

Rubí notaba que la mirada de Battu cambiaba cada vez que Rod la saludaba, le preguntaba porque se ponía así, si solo era un amigo, Battu sólo pensaba en cómo decirle que aquel sujeto  no era humano y su intención era solo hacerle daño, acabar con su vida. La joven pareja en varias ocasiones tuvieron ciertos disgustos, ya que Rubí pensaba que eran celos lo que Battu sentía, por lo que le decía que no tenía por qué sentirse así si solamente eran amigos, refiriéndose a ella y a Battu, y luciendo enojada, remato diciendole:

- Somos amigos nada más, siempre serás mi amigo, no te pongas así.

Con el corazón un tanto resquebrajado por aquellas palabras, Battu se estremeció, y no le quedó otra opción más que aceptar su situación con Rubí, aunque no lo comprendía, ya que en un principio parecía que lo que ella sentía por él era algo más que amistad.

Pasaron un par de días, y los amigos de Battu y Rubí notaban que ellos ya no se sentaban juntos ni conversaban, parecían dos desconocidos en el mismo salón, Rod aprovecho el momento para acercarse a ella, mientras que Zuca se le fue acercando a Battu, haciendo una relación mas apegada. Un día Zuca lo vio cabizbajo y le dijo:

- Es difícil estar cerca de la persona que quieres, y no poder hacer nada... más que observar cómo se te va el aliento y las ganas de expresar lo que sientes retumban en tu corazón. No te preocupes Battu, se ve que ella te quiere, solo debemos estar pendientes de los Infectados.

Battu solamente le sonrío. Lo que Battu no sabía era que  Zuca se encontraba enamorada de Battu, ella lo quería pero sabía que era un amor imposible y que no le podría corresponder. Se tenía que conformar con su amistad, por esa razón le dijo aquellas palabras, porque era lo que ella había sentido.

Rod era cada vez más cercano a Rubí, pero Battu, aun estando lejos la cuidaba todo el tiempo. En una ocasión cuando Rubí estaba esperando para cruzar la calle, un joven se acercó corriendo hacia ella y la empujo estando vehículos circulando por la calle, por lo que pudo haber sido atropellada. El joven que la empujó estaba siendo controlado por Rod. Rubí cayó al suelo y un autobús estuvo a punto de arrollarla cuando Battu la salvo siendo Battu, es decir, que por un breve momento se mostró como realmente era. Rubí sintió la piel cálida del guerrero y se fijó en sus ojos carmesí, su corazón se aceleró. Era la misma sensación que tuvo cuando conoció a Anibal por primera vez, pero lo único que pudo decir fue gracias.

Las personas alrededor de Rubí que se dieron cuenta de lo que pasó le preguntaron si estaba bien. El autobús se detuvo y el chofer se bajó para verlo que había pasado y si había arrollado a la joven. Battu se desvaneció entre tantas personas, mientras Rubí se preguntaba si lo que había visto había sido real. Rod presenció todo a la distancia, apretó la mandíbula y tenía el ceño fruncido, a su vez, Rigo soltó una carcajada y le deseó mejor suerte para la próxima. 

Rod fue tras Rubí y le dijo que la acompañaría a su casa, él sabía que Battu lo estaba siguiendo, y con una sonrisa burlona murmuró algo que sólo Battu pudo escuchar, le decía que se iba a arrepentir. Durante el camino a casa de Rubí, Rod se mostraba amable y preocupado por ella, pero Rubí solo pensaba en aquel joven que la había salvado. Rubí entro a su casa y agradeció a Rod, él se quedó en la puerta esperando recibir una invitación para pasar y ahí terminar el misión, pero Rubí solamente cerró la puerta, no hubo invitación alguna.

Battu apareció frente a el y le regreso la sonrisa burlona:

- Hagas lo que hagas no dejare que la lastimes, aceptaré el castigo que me pongan, pero no permitiré que ella muera, y si tengo que pelear contigo, será un gusto matarte...

Rod estaba molesto y con una actitud retadora. Se retiró del lugar, y Battu se dirigió a su árbol. A su vez Rubí, estando en su cuarto, se recostó en la cama y se puso a pensar, más que estar  preocupada porque casi la atropellan, estaba pensando en el joven que la salvo, después cerró los ojos y se puso a dormir. La chica ya estaba dormida cuando Battu se acercó a ella y le acarició el cabello, entro en sus sueños, mostrándose a sí mismo tal cual, un joven de 18 años, ojos carmesí, cabello castaño oscuro. Portaba su armadura rojiza y una bufanda la cual cubría la marca de su cuello. Dándose media vuelta se dirigió a un piano que se encontraba a un costado, y comenzó a tocar una melodía, la cual sólo con escucharla le transmitía paz interior, era una melodía dulce que él mismo había compuesto y a la cual le puso el nombre de Rubí.

Rubí se encontraba de pie enternecida escuchando la melodía, y detrás de ella, Battu,. Mientras la melodía seguía su curso con una silueta formada por fuego tocando aquel piano, Battu le extendió la mano, invitándola a bailar, Rubí tomo su mano, y empezaron a bailar al compás de lamelodía, pegados uno con el otro, sus corazones seguían un mismo ritmo, al igual que sus cuerpos. Rubí no podía dejar de observar aquellos ojos carmesí, tímidamente le pregunto:

- ¿Cómo te llamas? ¿Quién eres?

Battu solamente le sonrió, la tomo de la mano y la beso como símbolo de agradecimiento por el baile que acaban de tener, comenzó a alejarse de ella, ella empezó a correr para tratar de alcanzarlo, pero mientras más rápido corría, más lejos estaba Battu de ella, hasta que se detuvo, y cuando Battu iba a decir algo, los padres de Rubí llegaron y ella despertó de aquel sueño, inocentemente volvió a cerrar los ojos, pidiendo que el sueño continuase, lo intento una y otra vez hasta que comprendió que no volvería a pasar. Pero de su mente no dejaba de sonar aquella melodía.

El principio del Fin, el Retorno del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora