-------Mei-------
—Lady Keila, esto no es apropiado —dijo ella, despegándose de mí nerviosamente.
¿Por qué tanta formalidad? Me di cuenta de que al hablar con Meth, ella siempre ponía el "lady" delante de mi nombre. Era un poco cansado.
—Oye, Meth —le miré fijamente para que viera que iba en serio—. No hace falta que me llames formalmente...
En ese momento, una joven desconocida entró a mi habitación sin tocar la puerta, interrumpiendo nuestra conversación.
La chica llevaba puesto un vestido azul elegante y un collar fino de oro. Tenía el pelo recogido en un moño, sus labios eran carnosos y era bastante atractiva. Nos parecíamos físicamente.
Cuando ella hizo contacto visual conmigo, se acercó furiosa y me empujó fuertemente al suelo como si fuera basura. Luego se agachó y terminó con una bofetada en mi cara.
Al verme tirada en el suelo, sonrió.
—Eso te pasa por coquetear con mi prometido —dijo fulminándome con la mirada—. Eres una zorra asquerosa.
Respiré hondo y conté hasta tres. Odiaba que me incriminaran por algo que no había hecho, y sobre todo que me pegaran y empujaran por una cosa tan absurda. Siempre he considerado los temas amorosos estúpidos; la idea de depender de otra persona me parecía desagradable e inmadura.
—No sé de qué hablas —intenté mostrarme serena.
—No te hagas la tonta —sus ojos llameaban—. Le diré a padre lo que has hecho.
Meth, que estaba al lado mío, se tensó. Parecía que escuchar la palabra "padre" le producía escalofríos. Tendría que averiguar el motivo más tarde.
La chica matona seguramente era mi hermana mayor, ya que éramos muy similares físicamente. Ella era realmente molesta y odiaba a ese tipo de personas.
—Me voy y prepárate —dijo ella sonriendo mientras salía de la habitación dando un portazo.
—La gente de hoy en día no tiene educación —suspiré y me tiré a la cama, cansada—. Meth, ¿cómo es la relación con mi padre?
—No muy buena —confesó.
—¿No decías que era querida? —me quejé desesperadamente—. ¿Ahora cómo voy a enfrentar a mi padre?
—Si hubiera dicho lo contrario, podría faltarle el respeto y eso es pena de muerte —dijo temblando.
—¿Pero mentirme también es pena de muerte, no?
Meth rápidamente se puso de rodillas.
—Perdóneme, Lady Keila, no quería —dijo mientras pequeñas lágrimas se asomaban por sus mejillas.
Que Meth me hubiera mentido me ponía un poco triste, pero también es cierto que vivir como criada es estar en un campo de batalla. No sabías cuándo podría ser tu último día...
Me agaché y la abracé para consolarla. Supongo que esto era lo que me ocultaba.
—Tranquila, no lo vuelvas a hacer más —susurré—, y no hace falta que me llames "Lady Keila". Con "Keila" me basta, aunque si quieres, hazlo cuando estemos a solas para que no te sientas incómoda.
Ella asintió.
Esperaba ganarme su confianza; me parecía una chica agradable, aunque un poco fría.
—Usted ha cambiado mucho respecto a cómo era antes. ¿Será por su pérdida de memoria?
—Puede ser —suspiré—. Aunque no debes contarle a nadie de momento porque puede causarme problemas en el futuro.
Meth entendió lo que quise decir.
—Ahora, de verdad, ¿cómo es mi reputación?
—Keila... —ella hizo una pequeña pausa, intentando estructurar las palabras de la mejor manera posible—. No se enfade... —dijo nerviosa—. Su reputación no es la mejor, por no decir la peor de todo el reino. Hay bastantes rumores negativos de usted. Se le describe como amante del sexo y ciega por el dinero —confesó con la mirada pegada al suelo, temerosa por mi reacción.
No sabía si llorar o reír de la mierda de situación en la que estaba. Sus palabras me dejaron un poco estupefacta. Creo que ahora entendía por qué mi hermana me había llamado zorra. Qué situación tan incómoda y vergonzosa. "¿Por qué me reencarné en un cuerpo tan sucio?" La mala suerte siempre me acompañaba.
Ahora no podía hacer casi nada ya que tenía poca información de mí misma.
No debía rendirme; cabía la posibilidad de que fueran falsos rumores o hechos reales exagerados a propósito. En los libros solía pasar: alguien los exageraba. En este caso, no sabría quién exactamente.
—Meth, ¿supuestamente quién soy? —sonreí confusa.
—Eres la tercera hija del duque Wen.
—Cuéntame sobre el duque. Tengo curiosidad, ¿qué tipo de persona es mi padre?
Por la cara asustada de Meth, parecía que hablar del duque le incomodaba, y exactamente quería saber sus razones. Tuvo la misma reacción cuando mi hermana lo mencionó.
—Es el perro fiel del rey. Tiene una reputación honorable, es serio y algunos aristócratas lo temen. Quiere mucho a sus dos hijos y a ti te detesta. Nunca te invita a los viajes familiares. Además, naciste de una concubina que murió al darte a luz, se llamaba Lerain.
Si Lerain hubiera sabido cómo el duque se comportaba con Keila, creo que nunca se hubiera casado con él, aunque su vida dependiera de ello. En las novelas que he leído sobre China, las concubinas de clase baja no son tratadas muy bien junto a sus hijos. Algunas veces son maltratadas por las consortes.
—¿Quién es la madre de mis dos hermanos? —pregunté dudosa.
—La única consorte, Yerán, que no se encuentra en la mansión en estos momentos.
Era raro. Normalmente los emperadores solían tener consortes, no un duque. Era como una mezcla de épocas, Edad Media junto a las costumbres de China. ¿Estaba realmente en el pasado?
Pensándolo bien, había una pequeña posibilidad de que mi hermana fuera quien debió contarle algo negativo de mí a mi padre y quien difundió los rumores. Pero, ¿por qué siento que no me afecta en absoluto? Aunque es poco fiable ese pensamiento.
No podía hacer conclusiones tan rápido; tendría que investigarlo.
—Muchas gracias, debes estar cansada, deberías irte —le sonreí.
—Pero Keila, debería tratar el hinchazón de su cara, debe dolerle...
Al ver su preocupación, me puse un poco colorada de lo mona que era.
—Tranquila, ya lo haré yo —sonreí mientras la empujaba rápidamente fuera de la habitación, con mi corazón latiendo fuertemente. Nunca antes alguien se había preocupado por mí, sin contar a mis padres del otro mundo.
¿Cómo estarán mis padres ahora mismo si ven que he desaparecido? Seguro que preocupados.
Cuando me quedé sola en la habitación, empecé a buscar en todos los cajones, intentando olvidar lo sucedido.
ESTÁS LEYENDO
Me convertí en una villana
Fantasy🖤_ Ella es Mei, una chica con mala suerte que despierta en el cuerpo de Keila, la tercera hija del duque, que desgraciadamente es famosa por su mala reputación en los círculos sociales. Todo bien hasta el comienzo, pero los problemas llegan cu...