FA| Cuando el Ángel y el Demonio se junten, concebirán la vida a un pequeño ángel, el cual caerá sin pertenecer a ningún mundo.
Con dolor y sufrimiento, el Ángel caído prevalecerá, y encontrara ese lugar al cual pertenecer"
Donde Megum...
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Yamamoto fue básicamente bombardeada por las exclamaciones del emocionado Kirishima —un chico pelirrojo con pelo en punta hacia arriba— y por Mina, quién le miraba completamente emocionada.
— ¡Eso fue asombroso!— musitó Eijirō, sus ojos rojizos brillaban con admiración. La muchacha rosada por el contrario era un brillo viviente que se esparcía en todo su cuerpo.
— ¡Megumi-chan es increíble!
Yamamoto se quedó pasmada.
¿Su resultado era tan raro acaso?
Ella estaba acostumbrada a ese tipo de pruebas desde antes de los diez años, su madre era bastante estricta cuando de entrenamiento se trataba, entonces siempre tuvo que cuidar cada cosa si no quería un regaño. Su madre dejaba de ser la mujer divertida que conocía durante los entrenamientos.
La peligris recordaba esos días con nostalgia. Aunque ahora Suzukaera quien la acompañaba en esos entrenamientos y él no la regañaba de esa manera.
Pero no dejaba de lado la vergonzosa atención de los demás, era mucho más genial un infinito.
Bakugō murmuró lisuras mientras la observaba con recelo desde la lejanía, solamente por haber lanzado más lejos la pelota que él.
Para Megumi resultó muy infantil de su parte, era un chico bastante curioso.
Al final de las pruebas, Megumi era la cúspide de los estudiantes, siendo el primer lugar en las pruebas objetivas y prácticas.
No fue muy sorprendente para nadie que ella se estableciera con facilidad en ese puesto, se le notaban las horas de práctica y el talento natural que tenía la muchacha para controlar sus peculiaridades.
Estaba de más decir lo emocionados que estaban algunos —Midoriya y Mina— al ver la facilidad con la que se desplazaba sin demasiado esfuerzo al momento de los ejercicios.
Aoyama incluso se acercó a la ojigris para felicitarla de la manera más rara que podía existir.
Aunque fue realmente gracioso, y no sabía exactamente porqué.
Podía sentir a aquel muchacho explosivo rechinar los dientes en reclamo hacia ella mientras la acribillaba con la mirada.
El día terminó con la noticia del engaño de Aizawa, ninguno iba a ser expulsado, estaba fuera de sus límites.
Megumi estaba más que segura que el pelinegro no lo decía en vano y la expulsión sí era algo real, pero al ver la alegría en el rostro de sus compañeros ante la noticia no pudo decir nada al respecto.
Las chicas se apresuraron a cambiarse, todas conversaban cómo sus familiares esperaban para celebrar su primer día. Megumi simplemente les siguió la corriente uniéndose animadamente a su conversación sin mucho problema, cada una de las personas que trabajaban en su casa eran básicamente su familia, se había criado junto a ellos.
