Capitulo 10. Se quiebra mi alma

1K 95 23
                                    

Un omega ciego, un omega que todo lo tenía, y que lo perdió todo, perdi a mi hermana y padre en un accidente, escuchaba sus lamentos en el auto, mientras esperaban la muerte, sin poder moverme, mi cuerpo no me respondia, solo escuchaba los murmullos de la gente que amaba, mientras mi cuerpo estaba tendido en el asfalto, dolor en mis ojos, y la oscuridad.

Siempre le tenía miedo desde niño a la oscuridad, siempre lo supe, la oscuridad escondía monstruos, demonios, apariciones crueles que te lastimarian, y tenia razón, en cuanto la oscuridad llegó a mi, conocí los demonios mas crueles del universo, disfrazados de humanos, disfrazado de amigos, disfrazados de amor.

Otabek Altin, aun duele recordar su nombre, el alfa que apretaba mi cuerpo contra el suyo, mientras nos uniamos con una pieza de baile, mi pareja destinada que jamas me dejaria de lado, estaba conmigo aun despues de que la luz abandonará mis ojos, me sentia tranquilo sabiendo que el, seria la mano firme que me impediría caer, que equivocado estaba.

Lleno de miedo, sin siquiera poder valerme por mi mismo, lleno de rabia, porqué a mi?, porqué yo?, la gente mala no le pasan cosas malas, y porqué a la gente buena nos pasan desgracias?, no sabia decir el motivo, solo sabia que la vida apenas me habia atropellado, me lastimaria mas veces.

Caer sin poder meter nisiquiera mis manos, múltiples pequeños accidentes por ser ciego, me maldecia, maldecia mi suerte, los brazos amorosos de mi madre me ponian de pie, ella se fue confiandome a mi alfa, pensando como yo que su amor jamas se iria, que jamas se esfumaria.

De un dia para otro el dejó de estar presente, la ausencia de su aroma en nuestro hogar me lo decia, aquella voz acompañada con aroma a Jazmin, aquel omega que me brindaba su mano amiga se lo llevó, lo quito de mi lado, me arrebato a lo unico que me quedaba.

No puso resistencia, no fui importante, era un hombre insignificante para el mundo, incluso para el, me dejo solo, el lazo, lo mas bello del mundo, se convirtió en una cadena asfixiante para mi, mi lobo rasguñaba, aullaba adolorido, sentia su excitacion, sus emociones llenas de lujuria, el problema era, que yo no estaba a su lado, pellizcaba mi cuerpo, rasguñaba mi piel, lloraba en silencio, mientras mi lobo sabia que su pareja estaba disfrutando de alguien más, un calor que no era el mio, una piel que no me pertenecía, no hacía falta que me lo dijera, mi lobo lo sabia, un dia se fue de mi lado, el dolor en mi cuello, donde el puso su marca me lo confirmaba, buscaba su ropa, sus cosas desesperado, preso de la ansiedad, llorando amargamente.

Teniamos planes que cumplir, entre ellos darle luz a mis ojos, recuperar mi vista, ahorré todo para poder lograrlo, pero el se fue, me abandono para siempre, dejó atras todo lo que planeamos, el se lo llevó, el tomó lo que no era suyo, lo que no le correspondía, lo que no le pertenecía.

Mi lobo sollozaba, un dolor en mi abdomen, un dolor punzante, me hizo caer, me arrastre pidiendo ayuda sintiendo que partían mi cadera en 2, por su abandono nisiquiera sabia que mi vientre tenia una pequeña vida, que fue perdida, mi cuerpo no soportó el lazo roto, mi lobo aullaba de dolor, me sentía vacio, con una herida profunda que lastimaba, que supuraba y no habia ninguna alma que me ayudara, no habia nadie que fuera capaz de tenderme una mano, pedia auxilio y mis súplicas no eran escuchadas.

Un golpe en la puerta me hizo levantarme aun adolorido, despues de aquel legrado - Es usted Yuuri Katsuki? - una voz grave estaba frente a mi.

- Si, soy yo... - Makkachin ladraba angustiado.

- Somos del banco, sabemos que usted tenia una cuenta de ahorro con nosotros, estabamos preocupados sabemos que usted es discapacitado, y nos angustiamos después de que vaciara su cuenta..

- Vaciar mi cuenta? - mis piernas temblaban - no he vaciado nada.

- Si, ayer fue vaciada en su totalidad por su representante legal, el señor Otabek Altin - me vencí en el piso, tratando de detener mis sollozo - esta usted bien? - me decia angustiado, sentia unas manos rodear mi cuerpo tratando de levantarme, confíe en ti, puse mis sueños en tus manos, confie mi nuca, confie mi vida, mi dinero, todo, y el me lo quitó, perdi a mi cachorro, perdi a mi pareja, perdi la oportunidad de ver de nuevo, qué tanto mas vas a quitarme Otabek?, cuánto más vas a dañarme!?.

Aquella casa que mi madre me había dejado, terminó siendo vendida para solventar una deuda que el dejó, una deuda que el me heredó como su omega, vuelvo a repetir cuánto mas vas a quitarme?.

Mi lobo rasguñaba mi interior, me atacaba en sus ataques de desconsuelo, pidiendo que el alfa viniera por el, pedia protección, pedia unos brazos calidos, se sentia desprotegido, solo, moriría tarde o temprano, ese era el destino de un omega abandonado, la marca desaparecía, y con el mis ganas de vivir.

Un pequeño cuarto, de apenas unos metros era mi refugio, no habia nadie en mi mundo, Yakov un hombre de edad avanzada, estaba al pendiente de mi, pero no era suficiente para no sentirme roto.

Cruzaba aquel parque para encerrarme como todos los dias, cuando un aroma especial llego a mi nariz, un aroma dulce, agrio, destilaba tristeza y soledad, otra alma como yo con sueños rotos, un aroma a vainilla y miel que me seguia como un guarda espaldas, como un vigilante, tiempo después supe que era un hombre llamado Viktor Nikiforov, un alfa con aroma dulcemente amargo, un corazón roto, sus pasos a la par de los mios, un hombre imponente con voz rasposa, y aroma atrayente, mi lobo moria de soledad, mi lobo necesitaba calor, algo con quien aliviar su soledad, aun no quería morir de desesperanza.

Tuve una crisis en medio de la calle, desperté sabiendo que mi lobo moriria de tristeza, algo que no se podía evitar, la idea de que otro alfa me marcará apareció sobre la mesa, otro alfa?, quién en su sano juicio marcaria a alguien ciego como yo?, en medio de mi desesperación trate de quitarme la vida, saltando al vacio, desde la azotea del hospital - Yo sere tu alfa - fue lo que me dijo, sera real?.

Se esfuma tu amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora