1. La mirada que lo cambió todo.

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Harry Potter, el niño que sobrevivió se encontraba camino a Hogwarts, tenía su vista fija en la ventana del Expreso de Hogwarts, con la mirada perdida, recordando lo que había sucedido cuando se fue de la casa de los Dursley. Ese perro negro que visualizó en la calle no se iba de su mente, Harry simplemente se sentía impotente, quería saber que había sucedido con ese ser espeluznante que vio, sentía la necesidad de verlo de nuevo, pero no sabía el por qué...

Una voz lo sacó de sus pensamientos:

-Harry, Harry!... Te encuentras bien? Has estado demasiado callado...- dijo su amiga Hermione.

-Tiene razón, que sucedió?- dijo ahora Ron.

Harry miró de reojo al profesor R. J.Lupin el cual se encontraba al parecer dormido, suspiró y decidió hablar. Harry  les contó a sus amigos sobre el perro que vio y sobre Sirius Black, el criminal que ahora lo estaba buscando para matarlo. Por las expresiones que reflejaban sus rostros, Harry entendió que probablemente no lo comprendían, o que incluso, tenían miedo de lo que él había visto.

El vagón volvió a quedar en completo silencio, y Harry decidió volver a fijar su mirada en esa grande ventana; sin embargo, algo dentro de él le dijo que volteara hacia la puerta, y ahí se encontraba él, los ojos verdes de Harry se cruzaron con aquellos ojos grises de Malfoy. Harry no sabía que pasaba, pero por el momento en que vio esos ojos grises, sintió completa paz en su interior.

Se le hacia raro que estuviera haciendo contacto visual con Draco Malfoy y no quisiera matarlo, pero por primera vez, vio en Malfoy una expresión que jamás había visto en él. Al parecer Draco tampoco tenía intensiones de querer matarlo, simplemente parecía hechizado viendo esos ojos verdes de Harry Potter...

Cuando los dos volvieron en sí, se dieron cuenta que llevaban unos cuantos minutos viéndose, Draco bajó su mirado entendiendo lo que acababa de pasar, y Harry aparto la mirada posicionándola de  nuevo en esa ventana. Después de unos segundos, Harry miró de nuevo hacia la puerta, pero ya no encontró esos ojos grises que observaba hace unos instantes.

No sabía cómo, pero dio gracias a Merlín de que sus amigos no se hubieran dado cuenta de lo sucedido. Hermione simplemente estaba jugando con su gato Crookshanks, y Ron se encontraba comiendo sus grajeas de todos los sabores con la vista en la ventana.

Esa paz que sintió hace unos minutos se desapareció, ahora simplemente se sentía vacío, incluso peor que antes, se sentía completamente triste, y sentía un frio inimaginable. Pero fue ahí cuando se dio cuenta de que no era el único que se sentía así...

-Oigan no esta haciendo algo de frío?- opinó Hermione casi temblando.

Justo después de que Mione hablara, el tren se detuvo de golpe, se habían apagado las luces, e incluso les parecía que hacia más frío que antes.

-Nos detuvimos.. se supone que el tren no se detiene hasta llegar, que demonios está pasando?- dijo Ron viendo la ventana.

Harry decidió abrir la puerta para asomarse, pero lo único que encontró fueron otros estudiantes asomándose para ver lo que sucedía. Harry miraba a todas partes, no sólo para comprender la situación, sino que sintió la necesidad de estar buscando a alguien, pero ¿a quién necesitaba ver con tanta urgencia? ¿Quién era la persona que su corazón deseaba saber que estaba bien?

Un fuerte movimiento hizo que Harry saliera de sus pensamientos, él y todos los estudiantes que estaban en las puertas se echaron para atrás, al parecer alguien había golpeado ferozmente el Expreso de Hogwarts.

The Snake and the LionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora