13. ¿Te puedo besar?

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A la mañana siguiente, ya entrados en otoño, los chicos tenían otra clase de defensa contra las artes oscuras, y una vez más junto con Slytherin. A medida que llegaban los estudiantes se iban sentando es sus respectivos puestos junto a su pareja.

Era un poco raro el hecho de que estuvieran las sillas y pupitres en el aula, pues el profesor Lupin siempre hacia sus clases didácticas y sin estar sentados.

Una vez más, los ojos verdes de Harry se encontraban con los ojos grises de Draco, regalándose sonrisas indiscretas para que sólo ellos entendieran.

El ambiente estaba relajado, los enamorados mirándose disimuladamente y el resto de la clase charlando animadamente, definitivamente las clases con Lupin eran de las mejores, por no decir la mejor.

Pero esa calma se fue rápidamente pues alguien inesperado había llegado al aula de clase. Era Severus Snape.

Snape apenas llegó utilizó su varita para cerrar las ventanas y prender el protector, miró a todos con desagrado como hacía siempre y pronunció - Vamos a la página 394.

Los estudiantes confundidos empezaban a abrir el libro de la clase, pero Harry decidió tomar la iniciativa.

- Disculpe, señor. ¿Y el profesor Lupin?

- Eso no le interesa, ¿o sí? Potter - miró a los demás y continuó- Basta decir que su profesor se encuentra incapacitado para enseñarles en este momento. Vamos ala página 394.

Volvió a tocar el proyector, y al ver que Ron buscaba la página de mala gana y despacio, apuntó con su varita y le dirigió las páginas a la indicada.

- ¿Hombres lobo?

- Pero señor, apenas íbamos a ver a los Hinkypunks, las bestias nocturnas son después - dijo Hermione.

- Silencio.

- ¿A qué hora llegó? - le susurraba Ron a Harry - ¿Tú la viste? - y Harry negaba con su cabeza.

- Bien - prosiguió Snape - ¿Quién sabe la diferencia entre un animago y un hombre lobo? - y efectivamente Hermione alzó la mano con la respuesta lista- ¿Nadie?... que decepcionante.

- Yo, profesor!- dijo Hermione con tono de enojo al haber sido ignorada- Un animago es un mago que elige ser un animal, el hombre lobo no lo decide, se transforma con la luna llena y hasta olvida quién es él, podría matar a su mejor amigo, además sólo responde al llamado de uno de los suyos.

- Ahuuuuu!!- imitó Draco el aullido de los lobos, logrando hacer que esta vez Harry se tuviera que tapar la cara con las dos manos para no morir de risa.

- Gracias señor Malfoy - dijo el profesor sin ninguna gota de gracia, y luego miró nuevamente a Hermione- Es la segunda vez que habla sin permiso, no puede contenerse o se siente orgullosa de ser la insoportable sabelotodo. 5 puntos menos, Gryffindor. Y para aliviar su ignorancia, quiero el lunes en mi escritorio dos pergaminos sobre los hombres lobo... - mientras Snape hablaba un rubio con ayuda de la magia hizo volar una pequeña grulla de papel hacia Harry, sorprendiéndolo bastante- ... haciendo énfasis en cómo reconocerlos - y claramente toda la clase se quejó por este trabajo.

- Jugaremos Quidditch mañana - dijo Harry, haciendo que Snape se inclinara en su puesto.

- Le sugiero que tenga extremo cuidado, señor Potter. Si se lastima un hueso, no será una excusa. Página 394. El término licantropía... - dictaba el profesor, pero una vez más y sin que fuera nada nuevo, un chico rubio con ojos grises lo distraían de clase.

Harry tenía miedo de abrir el papel, pues si era algo del verdadero Draco obviamente se le haría realmente lindo, pero Hermione estaba a su lado, y Ron también, que aunque estuvieran separados por un mini pasillo estaba seguro de que podría ver lo que sea que estuviera adentro.

The Snake and the LionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora