Harry Potter, el niño que vivió, se encuentra en su tercer año escolar en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, lleva 2 años odiando a el tal rubio que tanto lo irrita, o eso es lo que él cree...,¿Acaso puede llegar a amar con locura a su enemi...
Los dos enamorados se separaron del beso por falta de aire, y luego juntaron sus frentes y se quedaron mirándose a los ojos; hubieran seguido con ese contacto mucho más, pero Buckbeak dio un aleteo muy fuerte, indicando que iba a elevarse de nuevo, así que ellos no tuvieron más opción que volver a sus posiciones iniciales para no caerse.
Durante el poco recorrido que les quedaba, ambos tenían una hermosa sonrisa en su rostro, acompañada de un leve sonrojo en sus mejillas. Draco apretó más la cintura de Harry, y colocó su cabeza en el hombro de Harry - Te amo, Mi León - susurró el rubio, y aquel azabache aumentó la sonrisa que tenía y dijo - También te amo, Mi Serpiente.
Cuando estaban algo cerca del lugar donde se encontraban los demás, se pusieron tristes, claramente porque tenían que volver a fingir ser enemigos, Draco subió su cabeza y disminuyó el agarre que tenía en la cintura de Harry, y el otro sabía exactamente que decir para alegrar a su chico.
- No te pongas triste, creo que encontré el lugar perfecto en donde podremos ser nosotros mismos...
Draco lo miró con curiosidad, muy atento a lo que Harry estaba apunto de decir, definitivamente quería escuchar esa información muy bien.
-Verás- continuó Harry- cuando estábamos llegando al bosque, pude observar un pequeño lago, se ve pacífico, tiene lindas flores, y está oculto con arbustos. Cuando lo vi pensé en nosotros...- el ojiverde se puso rojo de nuevo, pues al parecer la última frase la dijo en voz alta.
Draco soltó una leve risa al ver a su chico tímido- Como narras ese lugar es perfecto para mi, Harry- seguidamente de decir esto, dejó un tierno beso en la mejilla del contrario- Creo que esta noche tendremos una cita... no lo crees?
- S-Si- aclaró su garganta- Me encantaría tener una cita contigo, Draco.
Ambos querían darse un beso de nuevo, pero lamentablemente ya iban a aterrizar de nuevo...
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Hagrid ayudó a bajar primero a Draco, el cual fingía una cara de desprecio, y a Harry esto ya le causaba algo de risa, la cual claramente tuvo que contener. Seguidamente, Hagrid ayudó a bajar a Harry.
-¿Cómo lo hago en mi primer día?- Peguntó a Harry
- Perfecto, profesor.
Cuando Hagrid estaba preguntando de quién sería el siguiente turno, un fuerte ruido se escucho, en ese momento, para los ojos de Harry todo pasó muy rápido. Cuando se escuchó el estruendo los estudiantes se habían, tapado los oídos y al mismo tiempo cerrado los ojos, pero Buckbeak se encontraba moviendo sus alas agresivamente, claramente se había asustado. El viento que producían las alas fue tan fuerte que Harry perdió sus gafas, pero una figura borrosa se puso enfrente de él, Buckbeak estaba apunto de darle accidentalmente una patada.
Pero en ese momento Harry sintió como era empujado por alguien y vio como ese alguien recibía el golpe que inicialmente iba dirigido hacia él.
Harry buscó desesperadamente sus gafas, pues pudo jurar que ese alguien tenía cabello rubio... Cuando logró localizarlas se confirmaron sus sospechas, ahora su rubio se encontraba tirado en el piso, sujetando su brazo. Harry sintió pánico, un pánico que nunca había sentido antes.
-Estoy bien- esa voz hizo que volviera a la realidad- Estoy bien, Harry.
Era su serpiente el que le estaba diciendo esto, Harry se iba a acercar, pero Draco negó con su cabeza- Tranquilo, no es nada, tenemos que fingir... Haré bien mi papel de niño dramático- Harry vio como le guiñaba el ojo, y de un momento a otro empezó a actuar.
-Hugh, me lastimó! Moriré!!- gritaba Draco dramáticamente, y de igual modo sujetaba su brazo.
- Cálmate... fue un rasguño- traba de tranquilizar Hagrid.
- Hagrid!- dijo Hermione- hay que llevarlo enseguida al hospital.
- Ah sí, soy el profesor y enseguida lo haré.
Draco seguía quejándose, pero cuando tenía contacto con el ojiverde le sonreía, para que supiera que en verdad estaba actuando y no le dolía, y efectivamente funcionó un poco, Harry ya no estaba en pánico, aunque si tenía aún cara de preocupación - Que tierno...- pensó el rubio.
Hagrid levantó a Draco estilo princesa, y en ese momento Harry vio que Draco le dirigía sólo para él una cara de doncella en peligro, y esto si que le sacó una sonrisa.
-Se arrepentirán- seguía diciendo Draco.
- La clase acabó!
-Tú y tu maldito pollo!
El azabache volvió a reír levemente, pero algo inexplicable para él pasó, Draco lo había mirado con una sonrisa y un guiño de ojo al mismo tiempo, pero perfectamente escuchó en su mente: -No olvides nuestra cita de esta noche- y escuchó esta frase perfectamente con la voz de Draco. No sabía si fue un invento de su mente o realmente de algún modo Draco le había dicho eso con su mente.
