Harry Potter, el niño que vivió, se encuentra en su tercer año escolar en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, lleva 2 años odiando a el tal rubio que tanto lo irrita, o eso es lo que él cree...,¿Acaso puede llegar a amar con locura a su enemi...
- ¿Desean pasar a mi oficina? Allí podremos charlar con más tranquilidad y cómodamente, tengo algunos dulces que les podrían interesar, acompáñenme por favor.
Los chicos se miraron mutuamente, y decidieron seguir al director, pero no sabían cuánto había visto Dumbledore, no sabían si fingir ser los enemigos que este conocía o ser como ellos eran en realidad.
- No te preocupes, Harry, y supongo que el señor Malfoy está pensando lo mismo. No deben fingir conmigo, los he estado observando desde principio de año y sé que algo cambió en ustedes - Ambos se sonrojaron por las palabras del director, pero Harry cayó en cuanta de que Dumbledore le había leído la mente, justo como Draco lo hace.
- Profesor, ¿acaso me leyó la mente?
- Oh eso es correcto, Harry, lo lamento, controlar la Legeremancia es más difícil cuando alguien está vulnerable, además tengo entendido que no sabes de Oclumancia además de que aún no tienes edad para ello..
- ¿Legeremancia? ¿Oclu...? Espere ¿qué?
- Oh, así que el señor Malfoy no te ha explicado cómo es que él puede leer tu mente...- dijo mirando al rubio, que se hallaba impactado y con ganas de decirle algo a Dumbledore, y al parecer este se dio cuenta- ¿Qué desea preguntarme, señor Malfoy?
- ¿U- Usted también es un Legeremante?
- Bueno eso es correcto.
- ¿Un qué? ¡¿Alguien me quiere decir que es eso y por qué todos están petrificados menos nosotros? - dijo Harry ya algo irritado y deteniendo su caminado.
- Por supuesto, Harry, pero insisto en que es mejor que lleguemos primero a mi oficina. Vamos.
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Los tres durante el recorrido estuvieron callados, Dumbledore probablemente pensando en que sabor le saldría de su grajeas de sabores, mientras que los chicos muertos de nervios, y sin entender nada, en especial Harry. Una vez estuvieron dentro, el mayor les pidió a ambos que tomaran asiento, y que también tomaran una grajea.
- Bien, sólo por curiosidad - se voltio para ver a ambos- ¿Hace cuanto que son novios? -Los dos muchachos volvieron a abrir sus ojos como platos, y a ponerse más rojos que un tomate- Oh, ya veo, no lo han dicho, de acuerdo no hay problema, entonces aclaremos la duda de Harry, ¿no cree señor, Malfoy?- Draco asistió aún nervioso por la pregunta anterior.
- Bien Harry- miró al nombrado- ¿Qué quieres saber primero?
- Mmm... ¿Cómo es que pueden leerme la mente y yo no puedo con ustedes?
- Verás Harry, la Legeremancia es el acto de navegar a través de las muchas capas de la mente de una persona e interpretar correctamente los hallazgos de uno. Una persona que practica este arte se conoce como Legeremante . Los muggles pueden llamar a esto "lectura de la mente", pero los practicantes desdeñan el término como ingenuo. Lo opuesto a Legeremancia es la Oclumancia que se usa para proteger la mente de la invasión e influencia de la Legeremancia - Harry miró a Draco para que este le confirmara que todo esto era verdad, y el rubio asintió y volvió a mirar a Dumbledore- La familia Malfoy es respetada por muchas cosas, y una de esas es que la mayoría de los miembros saben usar perfectamente ambas ramas, tanto la Legeremancia como la Oclumancia.
