Harry Potter, el niño que vivió, se encuentra en su tercer año escolar en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, lleva 2 años odiando a el tal rubio que tanto lo irrita, o eso es lo que él cree...,¿Acaso puede llegar a amar con locura a su enemi...
- No, no te preocupes, Draco. Ve, yo me quedaré aquí.
- No!, Si tu no vas yo para qué voy a querer ir, Harry?, sólo quiero estar contigo...
- Lo sé, y yo igual, pero no podemos. ¿No crees que será sospechoso que tu Draco Malfoy no vayas teniendo premiso y te quedes con el único que no tiene permiso Harry Potter?
- Tal vez... pero y si le dices a McGonagall si te lo firma?, si no lo sabías le caes muy bien desde siempre.
- Ya lo intenté, me dijo que sólo el padre o tutor puede firmarlo. No tengo padres y mis tutores me odian y yo a ellos, no puedo.
Draco agachó su cabeza y la posicionó en el hombro del otro, reflejando una gran tristeza, Harry acarició sus cabellos diciéndole que ya tendrían otra oportunidad de ir juntos a Hogsmade.
- Anda ve, se te hará tarde, estaré bien.
- Prometo traerte todo lo que quieras. ¿Qué quieres? Dulces, accesorios para tu escoba o incluso un- fue interrumpido por los labios de Harry. Se quedaron en ese tierno beso unos momentos, ambos abrazados y acariciando el cabello del otro, hasta que Harry se separó un poco y dijo- Sólo quiero que regreses a mi, y así poder ir a nuestro lago juntos esta noche.
Draco se sonrojó ante esa petición pero con felicidad respondió- Si eso es lo que quieres...- y volvió al beso de antes
- Claro que si, mi hermosa serpiente.
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- Profesor... puedo preguntarle algo?
- ¿Quieres saber por qué no te dejé enfrentarte al Boggart? - Dijo Lupin, y Harry asintió- Si, debí pensar que lo preguntarías... Creí que se transformaría en Lord Voldemort.
- Pensé en Voldemort, al principio. Pero después recordé el tren... y a los dementores.
- Sorprendente- le contestó el profesor- Indica que a lo que le temes es al miedo, es muy sensato.
- Antes de desmayarme, escuché muy claro, que un chico y una mujer gritaban.
- Los dementores hacen que revivamos nuestras penas, el dolor se vuelve su fuerza.
- No reconozco el grito del chico, pero creo que la mujer, era mi madre... cuando la mataron - Terminó de decir Harry, y Lupin suspiró, pero siguió hablando.
- Cuando te vi en el tren, Harry, te reconocí de inmediato. No por la cicatriz, por tus ojos, son como los de Lily- Al escuchar el nombre de su madre, Harry volteó a ver al profesor sorprendido, y al parece Lupin supo leer su reacción.
- Si, si, si. La conocí. Tu madre me apoyó como nadie más lo hizo, no sólo era una hechicera excepcional, sino una mujer extraordinariamente gentil. Lograba ver la belleza en los demás, y pienso que aún más cuando esa persona no podía ver que la poseía- Harry no supo el por qué en ese momento, pero cuando el profesor Lupin dijo lo último pensó en él y Draco, en como mutuamente veían la belleza del otro sin que este la viera- Y tu padre, James- continuó diciendo- Por otro lado tenía, cierto talento para meterse en problemas. Un talento que dicen, tienes tu- miró a Harry y le regaló una amable sonrisa, lo cual hizo que Harry riera por lo bajo, aceptando que así era.