13. Mensaje

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La Emperatriz comenzó su día enterándose que su hermanastra no pasó la noche en el palacio. Cuando el día anterior no la vio en el almuerzo, Yuri le comentó sobre su encuentro con la pelicorta en la mañana y cuán alterada se había puesto cuando le mencionó que la había oído pronunciar el nombre de su madre y más aún, luego de su insistencia por preguntar sobre ella.

Apenas llegó el desayuno a la mesa, mandó a llamar a Yujin.

- Lleva a algunos guardias contigo y organiza una búsqueda.- Yena daba órdenes con una expresión seria.

- Como usted diga.-

- Y si encuentran que alguien intenta hacerle daño a Chaewon. Arréstenlo y yo misma decidiré su castigo- La peligris volvía a hablar.

La soldado tragó saliva y de forma inevitable recordó la muerte del criado. Sin poder refutar nada, solo asintió en silencio para luego ir a cumplir con la labor dada.

- Yena, terminaste asustándola.- Yuri le decía a la peligris.

- Tiene formación militar, si se asusta porque simplemente dije que castigaría a quien hiciera daño a Chaewon, entonces no tiene lo que se necesita para ser una soldado del Imperio.-

- No creo que Chaewon esté en peligro. Sabes que tiene actitudes impulsivas. Además, ¿no crees que si alguien la tuviese raptada no darían aviso para pedir alguna recompensa o amenazarte?-

- Quien se atreva a hacer algo así solo cavará su propia tumba.-

- Yena...- La voz de Yuri expresaba preocupación. – No es necesario que pienses siempre en lo peor.-

- Cuando estas en una posición como la mía, es lo único que te mantiene siempre alerta.- La peligris tomó la mano de la menor, entrelazando sus dedos. – Ya viste lo que pasó por descuidarme y confiarme. Terminaron haciéndote daño bebé.-

La pelinegra no siguió hablando, a pesar que ayudó a Yena en su estado de shock, luego de haber asesinado al hombre que la molestaba, no estaba para nada de acuerdo con como las cosas habían terminado. Para ella, el asunto pudo haberse manejado de una manera muy distinta a como fue en realidad.

En el pueblo, Chaewon se levantaba como si hubiese dormido un día entero. Era una sensación extraña de explicar, pero el estar con Minju cerca la había ayudado a sentirse más tranquila en sus sueños.

- Me alegro que haya dormido bien.- La pelicafé dejaba una taza de té y un panecillo en la mesa, frente a Chaewon.

- Gracias por recibirme. Te debo un favor.-

- El que me haya perdonado lo que dije ayer sobre la Emperatriz, es suficiente favor para mí.-

La pelicorta sonrió y suspiró al ver a la chica contraria hablándole tan formalmente de nuevo. Sorbió de su té y luego de comer un poco, se levantó de su asiento.

- Creo que debo irme. Ya he estado mucho tiempo fuera.-

- ¿Y si se queda?- Minju sacudió la cabeza y volvió a repetir la pregunta. – ¿Y si te quedas más tiempo?-

- Así que solo cuando quieras pedirme algo vas a llamarme con más cercanía.- Chaewon habló bromeando, pero fue suficiente para que la residente del lugar enrojeciera y se pusiera nerviosa.

Dejando de lado el hecho de que a Minju le estaba agradando el estar junto a la pelicorta, sus intenciones también iban dirigidas a que la hermana de la Emperatriz no siguiera involucrándose más en los temas de gobierno, pues le asustaba el futuro que esta pudiese tener si continuaba en el palacio. Mismo temor que tenía con su amiga, Yuri.

Stuck with you  ~Yenyul/Yulyen~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora