19. Ad portas

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Rápidamente los guardias formaron un escudo alrededor de Yena, quien había quedado congelada por lo que acababa de ocurrir. No dudó en ningún momento de que aquella flecha tenía como destino su propio cuello y por lo mismo, su corazón latía agitado por la conmoción, era la primera vez que sentía la muerte tan de cerca.

- ¡Yena! ¡Yena!- Hablándole y palpándole su cuerpo, Chaewon la sacaba del trance. - ¿Cómo estás? ¿Tienes algún daño?-

- Ah... es... estoy bien...-

- Que alivio. Vuelve a tu habitación junto a Yuri. Ordenaré un registro completo de los alrededores.-

Yena asintió sin oponer resistencia, no se sentía en condiciones para rebatir a su hermana.

Luego de haber encomendado la tarea de registrar el palacio, Chaewon se dirigió velozmente hacia la zona cercana al gran Ginkgo, lugar donde había visto por última vez a Minju. Para su alivio, la muchacha estaba parada en el centro del jardín esperándola.

- ¡Chaewon!- Minju se le acercó asustada. - ¿Qué pasó? De pronto vi a los guardias muy agitados.-

- Pasaron muchas cosas... cosas peligrosas...- Chaewon tomó por los hombros a la contraria con la intención de mirarla a los ojos. – Mataron a los prisioneros... y... trataron de asesinar a Yena...- Al pronunciar lo último, tuvo que contener su voz que casi se quebraba.

- ¿Qué? ¿Cómo?-

- Por favor no me hagas dar explicaciones ahora. Es peligroso que estés acá. Le diré a un guardia que te acompañe a casa. Perdón por no ser yo la que lo haga...-

- Está bien. Debes estar muy ocupada.- Minju todavía sostenía la mirada de la mayor. – Cuídate.- Inclinó levemente su cabeza con el objetivo de dejar un beso en la mejilla de quien tenía al frente, lo cual tomó a ambas chicas por sorpresa, pues la pelicafé lo había hecho sin pensar.

- ¿Y eso?- Chaewon abrió sus ojos mientras que con la palma de la mano tocaba la zona de su rostro besada.

- Lo siento... no me di cuenta que lo hice...-

Al ver el nerviosismo de la menor, que a la vez se mezclaba con el tenso ambiente que se estaba viviendo, Chaewon no continúo insistiendo en la actitud coqueta de la pelicafé. Ya habría tiempo para seguir intentando su juego de conquista, cuando las cosas volvieran a calmarse.

El incidente en la prisión terminó sin ningún detenido, por más que buscaron y revisaron en el entorno, los guardias Imperiales no dieron con sospechosos, tanto para la matanza de los prisioneros, como para quien trató de terminar con la vida de la Emperatriz.

Como era de esperarse, la noticia se esparció rápidamente por Wong causando diversas reacciones en los ciudadanos, de entre las que predominaba, la desconfianza en cómo se contaron los hechos de la muerte de Kang Hyewon y Boo Ziyan. Gran parte del pueblo no creía que dos personas de tan alto rango y cercanía a la Emperatriz fuesen asesinadas en una de las cárceles de más alta seguridad del Imperio, para ellos solo una persona era la culpable, Choi Yena. Incluso también llegaron a pensar que la historia de la flecha que iba dirigida hacia ella era un montaje para ensalzarla como una víctima más de los rebeldes y los Tianshi.

El ambiente hostil hizo que el círculo cercano de la peligris comenzara a tomar mayores resguardos para protegerla, puesto que a la luz de los hechos ocurridos, sospecharon que Ziyan no era el único traidor infiltrado en el palacio. Había alguien más que se estaba aprovechando del fácil acceso a la residencia real. Las comidas de Yena empezaron a ser revisadas para descartar cualquier pizca de veneno; cada persona que salía y entraba de las dependencias imperiales era revisada cuidadosamente por los guardias y debía solicitar la autorización de Chaewon; Seungkwan se encargó de organizar patrullajes por el perímetro externo del palacio, y Chaeyeon, junto a Yujin, eran quienes vigilaban constantemente las cercanías de la habitación de la Emperatriz.

Stuck with you  ~Yenyul/Yulyen~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora