dos

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El fin de semana una vez más, se hacía eterno sin verte. Y cuando el Lunes llegó, no pude estar más feliz. Por fin te vería en clase. 

Al entrar al salón, te vi. Te habías decidido por llevar el cabello suelto, cubriendo gran parte de tu rostro. Llevabas una hoddie, algo extremadamente raro en ti; fue la primera alerta. Y no la noté.

Anabel se sentó a tu lado, pero pasaste de ella y te moviste al fondo del salón, sin dirigirle la mirada. Una discusión entre amigas, pensé. 

La clase empezó, y justo como habías hecho días atrás, esa mirada perdida. En el descanso, no estabas en la Cafetería como acostumbrabas, estabas por algún lado, sola. Y esa fue la segunda alerta. Que tampoco noté.

¡Vaya pelea tuvieron! 

Al finalizar las clases, te vi marchar, pero no quise dejarlo todo ahí. Te seguí, la primera vez que lo hacía. Iba unos metros detrás de ti, al parecer no me notabas, o eso me hiciste creer. Antes de un cruce te detuviste en seco y sin voltear, hablaste.

— ¿Por qué me sigue?

Balbuceé un poco, pero tomé aire y respondí. Sabía perfectamente que no le hablabas a nadie más, éramos los únicos en la cuadra.

— Me extrañé cuando te vi muy perdida en clase.

— ¿Por qué no me abordó en la escuela y me preguntó?

— No encontré el momento, supongo.

— Problemas amorosos, traiciones, eso y nada más... —Me explicaste. Callaste un momento y te diste la vuelta, quedando de frente.

Quedé en silencio unos segundos y antes de responderte, hablaste nuevamente.

— ¿Sabe? Si no estuviera en esa escuela desde hace años y lo conociera, diría que me está acosando y está interesado en mí. — Sonreíste de lado y te alzaste de hombros.

Reí nerviosamente.

— Para nada. —Dije casi a la par que terminabas de hablar.

— Lo sé. Usted no se ve como ese tipo de persona, profesor. Voy por un café a un local nuevo a unas calles más, ¿gusta acompañarme?

Se me iba la vida cuando te escuché decirme esas palabras.

Acepté con gusto. Caminé a tu lado viendo al frente en todo momento y sin dejar de sonreír.

Estaba muy feliz ese día, y nada podía arruinarlo.

A M E L I A ➟ AXOZERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora