treinta y ocho

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— Mierda, Axo. Me asustaste.

Me sobresalté y llevé una mano a mi pecho. Lo admito, mi alma volvió al cuerpo cuando le escuché detrás de mí y no hizo falta abrir la puerta para darme cuenta de que él no era quien estaba dentro.

— Es que si no te decía nada, ibas a terminar viendo algo no tan agradable y encima los ibas a interrumpir y no sé tú, pero se escucha como que se la están pasando de puta madre.

Axo rió mientras se encogía de hombros. Reí con él.

— Pero bueno ¿qué hacías por acá? pensé que estarías en clase.

Carajo, lo había olvidado por un segundo. La sonrisa en mi rostro desapareció.

— Axo, tenemos que hablar.

Le vi fijamente y carraspeó.

— ¿Hablar? ¿Pasa algo?

Quería llorar. Claro que pasaba algo.

Supongo que mi rostro lo dijo todo porque tomó mi mano y me llevó a un lugar mucho más apartado.

Bueno, Amelia. Tienes que decirle todo.


( . . . )


— Qué asco me das, yendo a hablarle, no me imagino qué tendrías tú de tema de conversación con ella. Te odia, así como a mí, le hicimos la vida imposible ¿y qué piensas? ¿que acercarte amistosamente la haría, no sé, perdonarte e iniciar una amistad?

La chica rió.

— No me hagas reír, idiota. Ella jamás sería tu amiga. A no ser que...

Le dedicó una mirada sonsacarrona y sonrió burlezcamente. El chico se encogió en su lugar, incluso, hasta podía jurar que vio un leve sonrojo.

Con que eso era.

Las carcajadas no tardaron en llenar el lugar.

— Jodido, Raúl. ¡Estás enamorada de ella!

Su risa aumentó.

— Vete a la mierda.

— La única persona que se irá a la mierda, eres tú. Traidor asqueroso.

Por primera vez, en todo el rato que llevaban en esa aula vacía, Raúl dejó de vacilar y le dedicó una mirada llena de ironía.

— No me hables de traiciones, perra. ¿Quién fue la tipeja que se metió con el novio de su mejor amiga?

La risa que llenaba el lugar ya no era la de ella. El rostro de Raúl mostraba la más grande de las sonrisas.

— Oh, espera, es que ¿al menos la consideraste, verdaderamente, tu mejor amiga? ¿No te acercaste a ella porque estabas obsesionada con el gilipollas con el que salía? ¿O no fue que me dijiste que sólo esperabas el momento perfecto para metértele por los ojos al tipo ese y arruinarle la felicidad a Amelia, que tenía, aparentemente, la vida perfecta que tú querías?

La castaña estaba furiosa. ¿Quién se creía ese hijo de puta?

— No vengas a hablarme de traiciones, porque eres la más jodida. Sí, Amelia me gusta ¡desde siempre me ha gustado! ¡Y soy el más grande imbécil por haberla molestado y por creer que al aprovechar cualquier mínima situación para hacerla sentir mal, tendría su atención! ¡Pero yo jamás, hubiera aceptado formar parte de su puto plan de mierda! ¡Llámenme traidor y lo que queráis, pero ustedes son unos putos violado-

La mano de la chica chocó contra su mejilla. Menuda hostia le había dado.

— ¡Cállate, cabrón! La única persona que tiene la culpa, es ella. Ella se lo buscó.

Raúl no daba crédito a lo que escuchaba.

— ¡No, ella no tiene la culpa de absolutamente nada! Y estoy harto de que me tengan amenazado cual perro, ¿a estas alturas en verdad creen que me importa si debo recibir un castigo por lo que le he hecho? ¿o creen que no sé que han manipulado las cosas para hundirme también si es que llego a decir algo?

Se apoyó contra la pared y bufó.

— Raúl, tú no sabes lo que ella nos ha hecho...

Anabel suavizó su voz. ¿Ella realmente pensaba que él iba a cambiar de opinión? Raúl no respondió y ella continuó.

— Tómalo como tu último escarmiento. ¿Qué vas a ganar con decirle la verdad? Quítate la venda de los ojos, por favor. Ella nunca estaría contigo. Tú mismo viste cómo se comía el morro con Axozer, aquel día en el salón... Que, jooooder, tan invisible tienes que ser para ella, que ni siquiera se dio cuenta que estabas ahí.

Soltó una pequeña carcajada. Raúl desvió la mirada. 

Enterarse que la chica que le gustaba ya estaba ocupada por alguien, y quien no era nadie más y menos que su profesor de Biología, era jodido.

Pero...

— Escarmiento será el que recibiremos nosotros porque ya le he dicho a Amelia, todo. 

Se encogió de hombros y se agachó a recoger su mochila.

Pudo notar cómo la chica frente a él, detenía su respiración en seco. Incluso pudo ver por el reojo, cómo cerraba sus puños.

Ella iba a tomar la palabra... O los gritos, pero él habló primero.

— Ella no merecía nada de lo que le hicimos y si quieren incluirme en toda su mierda, háganlo, pero sé que verlos a ustedes jodidos, será una alegría para ella y no encuentro nada más satisfactorio que eso. Jódamonos juntos, por el bien de Amelia ¿vale?

Le dedicó una sonrisa y salió de ahí, dejando la puerta abierta. Y a una distancia considerable, habló nuevamente.

— Ten linda tarde, Ana.


* * * * * * * * * * * * * * * * * * 

Wiii, ya hay más contexto AJASJAJS

Por cierto, me alegra mucho que cuando Axo y Amelia se estaban comiendo, yo puse que el salón estaba "aparentemente vacío" y muchxs de ustedes, le prestaron atención a eso JAAJA y efectivamente, Raúl era quien estaba ahí, tirado en el piso a punto de mimirse pero unos calentones le interrumpieron JASJASJA

Pero bueeenooooo ¿qué tal? ¿cómo han estadooo? Yo aquí, normal, preparando los próximos capítulos :D

En fin, sin nada más que decír,

¡Léamonos pronto!

—Diana.

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⏰ Última actualización: Dec 02, 2022 ⏰

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