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Todo había cambiado desde ese día.
Cinco minutos después de ese abrazo, tus papás llegaron disculpándose por la tardanza. Y cuando les explicaron la razón de su presencia, te miraron confundidos. Un desmayo, fue lo que dijeron. Y tu papá cerró los puños.
— De seguro fue ese noviesito tuyo...
Le tomaste la mano a tu papá explicándole que con él habías terminado, porque sabías perfectamente en lo que él estaba pensando. Y antes de que pudieran decirte algo más, les pediste perdón mientras alzabas ambas mangas.... justo como lo habías hecho conmigo.
Y bueno, desde ese día. Hasta hoy, no te había vuelto a ver.
Estuviste ausente 6 meses.
Pero hoy volvías y nada me hacía más feliz que eso. Porque por fin sabría de ti. Tenías mi número, pero tu conexión fue justamente hace 6 meses. Y supuse que te habrían quitado el celular.
Cuando apareciste en el marco del salón no pude evitar embozar una enorme sonrisa. Me viste, ya no tenías la mirada triste del último día, con la que te despediste de mi. Me sonreíste.
— Buenos días, profesor.
— Qué agradable tenerla por aquí otra vez, señorita Muñoz. Tome asiento.
Asentiste y te sentaste al frente de la clase. Y comencé la lección del día de hoy.
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